Con un renovado pedido de justicia, esta tarde se hará el acto central por el 30° aniversario del atentado a la embajada de Israel en Buenos Aires, ataque terrorista que el 17 de marzo de 1992 dejó 22 muertos y 242 heridos.
La ceremonia conmemorativa se desarrollará a partir de las 14.50 en la plaza seca de la calle Arroyo al 900, donde hace tres décadas se ubicaba la delegación diplomática.
Sin la presencia del presidente Alberto Fernández, el Gobierno argentino estará representado por el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Martín Soria.
En tanto, el principal orador será el viceprimer ministro de Israel, Gideon Sa’ar.
El miércoles, Fernández recibió a las autoridades del Congreso Judío Latinoamericano (CJL), ante quienes ratificó su compromiso contra la impunidad, en el marco del 30° aniversario del atentado a la embajada de Israel.
A 30 años del atentado terrorista que destruyó la sede diplomática, la investigación sigue abierta en la Justicia argentina, sin que se haya logrado detener a sospechoso alguno, pese a dos órdenes de captura internacional todavía vigentes.
La Corte Suprema de Justicia tiene a cargo la pesquisa por ser de su competencia originaria, ya que se trató de un ataque a una sede diplomática extranjera y dio ya por probado cómo ocurrieron los hechos y la responsabilidad del movimiento fundamentalista islámico Hezbollah.
Tanto el ataque contra la embajada, como el que se produjo contra la sede de la AMIA en 1994, fueron relacionados, inexorablemente, al involucramiento de la administración de Carlos Menem en los conflictos vigentes en Medio Oriente. Distintas pistas y versiones atribuyen responsabilidades a ciudadanos y funcionarios iraníes y libaneses. Pese a las diversas hipótesis investigadas, a las alertas rojas, a los procesos judiciales abiertos y tras el fracaso del Memorándum de Entendimiento con Irán, no ha habido justicia para las víctimas ni pena para sus autores.