Sexo en el agua: secretos para hacer más placentero el encuentro

Es una de las fantasías más recurrentes y practicadas, sin embargo hay algunos tips para tener en cuenta y no correr riesgos

Sexo en el agua: secretos para hacer más placentero el encuentro
Consejos para tener sexo en el agua

Con la llegada del verano, las altas temperaturas, los tragos frescos y el deseo de unas vacaciones en algún lugar paradisíaco, llega también un incremento del deseo y de fantasías que –más o menos inocentes- casi todas incluyen sexo en el agua.

Porque además de ser uno de los ideales más fácilmente concretable, tiene algunas ventajas como romper la rutina, experimentar nuevas sensaciones y la posibilidad de algunas posturas difícilmente practicables fuera del agua.

Sin embargo hay que tener en cuenta que también encierra algunos riesgos menores, que de todos modos deben ser tenidos en cuenta.

Lubricantes de silicona

El sexólogo José Bustamante explica que uno de los problemas es la lubricación, ya que contrariamente a lo que se podría pensar, el hecho de estar en un medio acuático no favorece la penetración, ya que “el flujo habitual que aparece en la excitación femenina que facilita la penetración, desaparece por el agua y dificulta que el coito sea fluido”.

Esto se debe a que tanto la sal del mar como el cloro de las piletas puede provocar irritaciones, cambiar el PH natural de la vagina, producir sequedad y fricción, generando pequeñas lesiones que luego pueden provocar malestar y dolor, además de convertirse en el medio ideal para el cultivo de parásitos que provoquen algún tipo de infección posterior.

Algunos expertos aconsejan hacer el juego previo en el agua, mediante besos, caricias y hasta masturbación, dejando el coito con penetración para después, una vez afuera del agua.

Otros sugieren que en el caso darse la penetración en el agua, se utilicen lubricantes a base de silicona, que resisten mejor el medio acuático, ya que los que son de base acuosa se diluyen rápidamente.

Embarazo: ¿sí o no?

Uno de los mitos más comunes tiene que ver con la posibilidad de embarazo. Tanto los que piensan que tener sexo bajo el agua sirve de anticonceptivo natural, como los que suponen que esta práctica favorece la concepción están equivocados.

Por un lado, si la mujer usa algún método anticonceptivo oral o vaginal (como las pastillas o el DIU) el hecho de tener sexo en el agua no modifica la efectividad del método. El problema se encuentra en el uso de los preservativos de látex, ya que su consistencia se modifica y se vuelve poroso, por lo que es más factible que se rompa.

Por otra parte, algunos especialistas opinan que tener sexo en el agua “supone menos riesgo de embarazo” —y está entrecomillado porque es el menos efectivo y más peligroso de todos los métodos— debido a que los espermatozoides pueden salirse más fácilmente, no ser fértiles y destruirse con el agua. Este es el motivo por el cual, aquellos que buscan un embarazo en un medio acuático creyendo que esto facilitará la concepción, pueden pasar un gran momento pero corren el riesgo de no alcanzar el objetivo final.

Lo más seguro es tener claro que ni el jabón en la ducha, ni la sal del mar, ni el cloro de las piletas eliminan la posibilidad de un embarazo. Si la relación sexual es completa y el esperma entra en contacto directo con el interior de la vagina, el agua que haya alrededor no interfiere en el proceso, por lo que la probabilidad de embarazo es real.

Cuidado con las infecciones

En cuanto a las infecciones, tanto el mar como el agua de las piletas o ríos promueven el crecimiento de gérmenes ya que el medio está contaminado, por eso existe un mayor riesgo que si se practica sexo en la cama. Los sexólogos recomiendan revisar las condiciones higiénicas y el estado del agua para prevenir infecciones y hongos.

Otro dato a tener en cuenta es el hecho de prestar atención a la ropa interior y las mallas. En el caso de los primeros, lo ideal es usarlos de algodón, porque permiten mayor permeabilidad y aireación de las zonas íntimas. Mientras que en el caso de las mallas, la recomendación es no dejarlas mojadas mucho tiempo para evitar un aumento de las infecciones vaginales como la candidiasis o las urinarias como la cistitis.

Sexo en la playa

Una de las fantasías en las que con mayor frecuencia se produce el “debut y despedida” es la de tener sexo en la playa, ya que muchas parejas, después de cumplirla, deciden no reincidir nunca más.

El motivo es que la arena se adhiere con facilidad a cualquier parte del cuerpo, quedando en los más recónditos pliegues de la piel y ni siquiera sale esponja y jabón. Además si granos de arena se cuelan en la vagina antes o durante la penetración, la fricción puede ocasionar irritación y dolor. Y es otro factor que incrementa el riesgo de la rotura del preservativo.

Como fantasía sexual debe de ser de las menos recurrentes: empezar a tener sexo en la playa o la pileta al atardecer y ser sorprendidos por la Policía es probable que esté lejos de ser el ideal para la mayoría de los anhelan un encuentro al aire libre y rodeados de agua.

Cómo hacerlo bien

El sol, la disminución de las obligaciones y la ligereza de ropa propicia el aumento de testosterona tanto en el hombre como en la mujer, favoreciendo el aumento del deseo sexual.

En este sentido, la idea de tener relaciones en el agua ayuda a las parejas a salir de la rutina, romper la monotonía y agregarle un poco de diversión al encuentro, ya que incrementa el nivel de erotismo y estimula la exploración de nuevas sensaciones.

Héctor Galván, psicólogo clínico, sexólogo y director clínico del Instituto Madrid de Sexología argumenta que “probar nuevos lugares y nuevas experiencias hace que el sexo se convierta en algo diferente y, en ocasiones, acabe proporcionando más placer que en las condiciones habituales”. Y es cierto, el sexo dentro del agua puede ser muy excitante, en parte por las sensaciones en la piel que nos genera o el menor peso de los cuerpos. Sin embargo, ya sea en el agua o en cualquier parte, siempre será fundamental tener en cuenta las precauciones necesarias.

Carme Sánchez, codirectora del Instituto de Sexología de Barcelona, explica que “dentro del agua se pueden practicar algunas posturas sexuales imposibles fuera de ella, porque pesamos menos en este medio”. Sin embargo aclara que “es muy posible que se necesite lubricante porque el agua (tanto del mar como de las piscinas) hace que la lubricación natural se diluya.

Por ello, siempre recomiendo que el agua sea un medio para realizar algunos previos y entrar en calor y dejar la penetración para la zona seca”, concluye.

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