El tema del sexo para las mujeres a partir de la menopausia tiene tantas facetas como individualidades: A cada una le afecta distinto, aunque existen algunas coincidencias que derivan de la biología y que permiten trazar un norte más o menos homogéneo. Como consecuencia de la disminución de estrógenos, puede ocurrir que la mujer experimente menos deseo sexual acompañado de sequedad vaginal que produzca dolor al momento del coito con penetración. También puede ocurrir que por la misma disminución de esta hormona, comience a tener aumento de peso, aún manteniendo la dieta y ejercicios de siempre, lo que más allá del cambio corporal, puede afectar la autoimagen de manera negativa y, como consecuencia, provocar retraimiento social e íntimo.
Sin embargo, esta etapa de la vida también tiene aspectos positivos en materia sexual para la mujer, que no son tan explorados ni explicitados tanto por la ciencia como por los profesionales médicos en consulta. En la mayoría de los casos, existe la presunción de que si una pareja de mediana edad tiene poca actividad sexual se debe, principalmente, a la falta de hormonas en la mujer, ya que los hombres no pierden el disfrute erótico a pesar del paso de los años.
Sin embargo ante esta presunción hay varios aspectos a tener en cuenta. Por un lado el hecho de que antes de los 40, los hombres se excitan y llegan al orgasmo más rápido que las mujeres, por lo que muchas jóvenes no logran ni siquiera excitarse, cuando la pareja masculina ya eyaculó. Pero a los hombres mayores les toma más tiempo excitarse, lo que favorece la armonía sexual en la edad post menopausia. “Comparados con los amantes jóvenes, los adultos mayores tienen mejor sincronización sexual con sus parejas”, dice el Dr. Richard Sprott, psicólogo del desarrollo. “Las parejas que comprenden esto disfrutan del sexo más plenamente a los 65 años que a los 25, aun sin necesidad de erección o coito”.
Otro aspecto a tener en cuenta es que en muchos casos, las mujeres de más de 50 años bajan su actividad sexual no porque les falte deseo, sino por la poca disponibilidad masculina. En este sentido la doctora Stephanie Faubion, directora del Centro para la Salud de la Mujer de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, indicó que “hay estudios que muestran de manera constante que la pareja tiene una relevancia notable. No se trata solo de la disponibilidad de la pareja, sino también de su salud física”.
El estudio más reciente, publicado en la revista médica Menopause, está basado en la encuesta realizada a más de 24.000 mujeres de entre 50 y 74 años, que respondieron cuestionarios de salud de opción múltiple acerca de su vida sexual. Del total de las encuestadas, aproximadamente 4500 también dejaron comentarios escritos, lo que les dio a los investigadores material muy valioso. Según las respuestas, más de la mitad de la mitad (51,8%) aseguró tener una baja actividad sexual relacionada con viudez o separación, cuidado de los padres ancianos, cuidado de la pareja tras sufrir algún tipo de accidente o enfermedad, adicciones y depresión de la pareja.
Tanto la información de la encuesta como los comentarios fueron analizados por Helena Harder, investigadora de la Escuela de Medicina de Brighton y Sussex, y sus colegas, que llegaron a la conclusión de que los médicos necesitan conversar con las mujeres sobre temas sexuales con mayor frecuencia. “Las mujeres dicen que lamentan que las cosas hayan cambiado. Desearían que fuera diferente”, comentó Harder. “Pero, en general, el tema no surge en las conversaciones. Las pacientes necesitan sentir que está bien hablar de sexo y formular preguntas. Si lo hacen, quizá sea un gran paso hacia el cambio”.
La doctora Faubion, quien también es directora médica de la Sociedad Estadounidense de la Menopausia, señala que hay tratamientos disponibles para ayudar a las mujeres con la sequedad vaginal y el dolor durante el coito, aunque algunos medicamentos se encuentran aún en etapa de experimentación. De allí que la charla con el médico sea tan importante. Por otro lado, acudir a una terapia sexual puede ayudar a las mujeres a lidiar con problemas de ansiedad y bajos niveles de deseo sexual. Un terapeuta puede enseñarles que, aunque el deseo sexual espontáneo puede menguar, ellas pueden planificar sus encuentros, y que con frecuencia el deseo regresa una vez que la mujer está involucrada en la intimidad.
Para la terapeuta sexual Lawrence Siegel, las mujeres blancas, bisexuales, físicamente activas o libres de enfermedades crónicas, tenían más probabilidades de tener un mayor número de parejas sexuales, aunque los tres últimos factores son obvios: el ejercicio regular probablemente se traduce en una mejor imagen corporal y, a su vez, una mayor confianza para buscar sexo, mientras que la buena salud hace que sea más fácil participar en la actividad sexual sin incomodidad. “Mientras más saludable y vital es, más sexo tienden a tener”, dijo. La bisexualidad también puede asociarse con una mayor confianza, así como una mayor oportunidad para las parejas sexuales.
Los expertos de las universidades de Oxford y Coventry en el Reino Unido, desarrollaron un cuestionario sobre la frecuencia de la actividad sexual entre participantes de entre 50 y 83 años. Aquellos que mantenían una actividad sexual frecuente, obtuvieron puntuaciones más altas en las pruebas de memoria y función ejecutiva. Además, se mostraron menos propensos a sentirse deprimidos y solitarios. Por su parte, la revista The Journals of Gerontology publicó un estudio al respecto en el que se analizaba cómo el sexo tiene una incidencia en la actividad cognitiva de las personas mayores de 50 años.
En otro estudio llevado a cabo recientemente en la Universidad de Castilla-La Mancha y titulado Percepciones de la sexualidad en personas mayores: una revisión sistemática de estudios cualitativos, se concluye que “las personas mayores consideran la sexualidad como algo positivo y como un deseo que siguen queriendo expresar”.
Y agregan: “Los estereotipos sociales, los prejuicios de las personas con las que conviven, la falta de intimidad y la asociación de la sexualidad con la procreación o bien con la obligación marital son consideradas barreras para la expresión de su deseo sexual”.
Consejos para principiantes de la menopausia
- Olvidarse de la obsesión por la erección y el coito: La obsesión en este sentido siempre es negativa, a cualquier edad. Pero en esta etapa, además, disfrutar el contacto de la piel a piel, las caricias y los abrazos vale el doble. De hecho, deben explorarse sin la sensación de que es la única opción porque no se puede hacer otra cosa. Disfrutarse sin tiempo, sin apuro, puede terminar inesperadamente en un orgasmo.
- Primar la calidad por encima de la cantidad: Aunque los avances médicos y el envejecimiento activo permite disfrutar del paso del tiempo en unas condiciones de salud óptimas, no hay que olvidar que a determinadas edades (70 o 80 años), puede ser normal presentar patologías o trastornos físicos que impidan de alguna manera una relación sexual tal y como se concibe socialmente. Por lo tanto, cualquier tipo de contacto sexual es positivo.
-Animarse a probar cosas nuevas: el uso de geles térmicos para masajes eróticos, bálsamos con sabores para masajes corporales y el uso de dispositivos como vibradores o dildos pueden ayudar a encontrar mayor placer durante el juego del encuentro íntimo.
- Comunicación y autoestima: Fomentar la comunicación entre la pareja, trabajar individualmente la autoestima y hacer ver a la pareja el interés sexual que despierta, es esencial en esta etapa de la vida.
- Valorar la tranquilidad de poder disfrtuar del sexo sin horarios y en cualquier momento, sin interrupciones: La mayoría de las personas después de los 50 ya no convive con sus hijos, lo cual permite sentir libertad de hacer todo el ruido que deseen, pasear desnudos dentro de la casa y permitirse la sensualidad de hacer el amor en cualquier horario.