Desde este lunes y hasta el domingo 31 de julio se celebra en Argentina la cuarta edición de la “Semana de la NO Dulzura”, una campaña creada para generar conciencia sobre la importancia de moderar el consumo de azúcar y promover una mejor educación alimentaria para prevenir enfermedades crónicas no transmisibles.
La iniciativa surgió en 2019 como una reacción frente a la famosa Semana de la Dulzura, que nació en 1989 para promover el consumo de golosinas en kioscos. Esta semana, en cambio, promueve una alimentación saludable y la compra en dietéticas y verdulerías.
Apoyada por organizaciones, nutricionistas y diversos actores del ecosistema de la alimentación saludable, se consolidó como un movimiento organizado de manera colaborativa, horizontal y federal. “La Semana de la NO Dulzura pretende expresar un espíritu de época, manifiesta que hay diversos actores de la sociedad civil que buscan mejorar la alimentación”, comunicaron los impulsores de la iniciativa.
Según indicó Luciana Paduano, nutricionista miembro de AADYND (Asociación Argentina de Nutricionistas y Nutricionistas Dietistas), “en Argentina consumimos 115 gramos de azúcar diarios por habitante, el triple de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud, que va de 50 gramos (como límite firme) y 25 gramos para obtener beneficios adicionales”.
Entre sus perjuicios, la profesional remarca que el azúcar “favorece la obesidad y otras enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes tipo 2, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y enfermedades cerebrovasculares, que en su conjunto constituyen la primera causa de muerte en el país”.
La Lic. en Nutrición Antonella Robledo Irigoyen (MP 2151) agrega que “el problema no es el azúcar en sí mismo sino su exceso, porque la dosis hace al veneno”. “Nuestros ancestros consumían la misma cantidad de azúcar en todo el año que nosotros consumimos hoy en un sólo día, alrededor de 115 gramos. En 1800 se estima que el consumo per cápita rondaba un kilo anual (¡lo que hoy consumimos en 10 días!)”, expresó.
Según la especialista, esto ocurrió porque “la industria alimentaria comenzó a utilizar azúcar indiscriminadamente, por ser económico, delicioso y servir como conservante”, y de esta manera más de la mitad de los productos que hoy están en góndolas contienen azúcar, incluso en productos impensados como pastas de dientes, pan de molde, salsas, aderezos, pizzas congeladas, entre otros. “Y esto viene perjudicando la salud pública, provocando más obesidad y otras enfermedades crónicas no transmisibles asociadas”, concluyó Robledo Irigoyen.
Apoyo a la Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos
La campaña de este año se propone complementar la Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos, promulgada en noviembre de 2021 y reglamentada en marzo de 2022, con mayor educación y concientización pública. “La nueva ley aportará a los consumidores información clara, oportuna y veraz sobre el valor nutricional de los alimentos y, entre otras cosas, mandará al frente al azúcar que hoy se esconde entre más de 50 nombres diferentes”, celebraron los impulsores de la Semana de la No dulzura.
Entre otras aclaraciones, indican que “la eficacia disuasoria de los sellos depende, entre otros factores, del grado de consciencia de la ciudadanía sobre la importancia de evitarlos”, y es por eso que la propuesta de este año “es mostrar frontalmente que el exceso de azúcar enferma y mata”. La nutricionista Antonella Robledo agregó que “la nueva Ley de etiquetado frontal es importante para combatir la pandemia de la obesidad y empoderar al consumidor para que pueda tomar decisiones de compra mejor informadas”.
La Lic. Rigada Elizabeth, miembro de la directiva de Aadynd (Asociación argentina de Dietistas Nutricionistas dietistas), expresó: “Esta semana de la NO dulzura, invita a pensar la alimentación desde una mirada más natural y honesta con nosotros mismos, se sabe que la sanción de la ley de etiquetados (como se conoce) colabora con una información directa al sentidos de la vista porque impacta en la percepción del consumidor, y en el futuro se sumará educación alimentaria en todas las etapas escolares para formar consumidores conscientes a la hora de decidir frente al alimento envasado y poder elegir con conocimiento”.
Como la “Semana de la No Dulzura” tiene un alto componente educativo y propone “reeducar el paladar y repensar las costumbres”, la celebración coincide con la última semana de receso escolar en Ciudad autónoma de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires, Jujuy, Santa Cruz, Santiago del Estero y Tierra del Fuego, “cuando la población para la pelota y está más permeable a probar nuevos hábitos”, explicaron los impulsores de la iniciativa.