Ya decían los especialistas más importantes del mundo, a comienzos de 2020, que tomaría años recuperar la “normalidad” previa a la pandemia. Llegado diciembre, el planeta se ilusionaba con las primeras vacunas y empezaba a vislumbrar el principio del fin.
Pero este coronavirus, que ha paralizado al mundo, parece no dejar de sorprender a la comunidad científica y ahora el mundo habla de una nueva cepa descubierta en el Reino Unido, altamente contagiosa.
Para entender mejor de qué se trata y qué se debe esperar en Mendoza, Sergio Saracco, titular de Toxicología de la Provincia y especialista en Emergentología, dice que lo primero a tener en cuenta es que la mutación es parte del comportamiento natural esperable en un virus, como ocurre con la gripe, por ejemplo.
En este sentido, Saracco detalla que desde comienzo de la pandemia a los pacientes positivos de coronavirus se los analiza, por lo que, al igual que en todos los países, “en Reino Unido se creó en abril un laboratorio, Covid-19, en el que se realizan estos tipos de estudios”.
Fue allí que notaron una situación particular. Victoria Codina, infectóloga del Hospital Privado, cuenta que “en la segunda mitad de septiembre del año pasado detectaron que hubo una explosión de casos llamativa”, por lo que comenzaron a hacer estudios virológicos a nivel molecular descubriendo que “más del 50% de los casos correspondían a esta nueva cepa”.
Así, los especialistas llegaron a la conclusión que el incremento de casos no sólo respondía a relajación de la población en las medidas preventivas, sino que es entre un 50% y un 70% más contagiosa.
“Lo que detectaron fueron cambios en la estructura proteica, de la Proteina S, que es la ‘antenita’ que tiene el virus y que es justamente la manera que tiene de entrar en nuestro organismo”, detalla el emergentólogo.
Esa mutación en el virus, que es una especie de evolución o adaptación, le brinda más efectividad para “quedarse pegado” en el organismo humano. “Es tan nuevo esto, que no se sabe todavía si estos cambios pueden estar relacionados a mayor gravedad, pero la mayoría de estos casos son personas jóvenes, menores de 60 años, así que son necesarios más estudios”, indica la infectóloga.
La prevención es la clave
En cuanto a la llegada de la cepa a Mendoza, se da por descontado que tarde o temprano se va a detectar el primer caso.
Si se tiene en cuenta que los especialistas locales ya anunciaron que esperan una “segunda ola” a nivel local para mediados de febrero o principios de marzo, la pregunta es si con esta cepa la misma podría ser más virulenta.
Sobre este punto, Saracco se muestra tranquilo: “No creo que dé tiempo para que haya tanta difusión de la cepa acá, la predicción de aumento de casos está relacionada a la conducta social”.
Por su parte, Codina asegura que, desde el sector sanitario, tanto público como privado, “nos estamos preparando”, y se debe “hacer hincapié en las medidas preventivas individuales: practicar autoaislamiento, usar tapabocas y mantener la distancia social”.
Todo esto hasta tanto que se consolide la situación de las vacunas. “Hemos empezado lo más rápido que se pudo, el tema es que son muy costosas, pero en la medida que el mecanismo sea más aceitado y acelerado, se va a lograr”.
Se estima que debe estar vacunada al menos el 60% de la población para que se pueda frenar los contagios.
En Europa la mutación acapara la mitad de los casos
Casi en forma simultánea a los anuncios de comienzo de vacunación en diferentes países del orbe, Reino Unido daba a conocer al mundo el resultado de los estudios, advirtiendo principalmente sobre lo contagiosa que es.
Es que al comienzo, cuando se identificó, sólo eran unos pocos casos, pero Saracco precisa que “al transcurrir los meses más de la mitad de los casos correspondían a esta cepa, lo que hace pensar que es más transmisible que las demás”.
Actualmente, se han detectado casos en diferentes países de Europa, Estados Unidos e, inclusive, en Brasil y Chile.
Apenas fue detectada la cepa, Reino Unido dio aviso “a todos los centros de detección, el origen ha sido sudafricano, creen que puede haber salido desde ahí y, tras el alerta, saltaron casos en otros países”, señala el emergentólogo.
El panorama genera cierta preocupación tanto en el ámbito científico como en gobiernos y ciudadanos. “Estamos repitiendo la misma historia que vivimos en febrero del año pasado”, reflexiona Codina. Es que, para muchos, es ver la historia repetirse.
Ambos especialistas coinciden en que, al menos hasta el momento, no se ha detectado que la cepa genere ni mayor gravedad ni mayor letalidad, pero la preocupación está relacionada a una cuestión estadística.
La mortalidad aumenta o disminuye relacionada a la cantidad de casos, por eso, si la mutación es más contagiosa, es esperable que se registren más contagios y, en proporción, haya más fallecidos.
En este sentido, Codina resalta el hecho de que las complicaciones y fallecimientos son “multivariables”, influyendo la edad, el estado inmunológico, el sistema sanitario de cada lugar, las enfermedades previas, entre otros factores: “Aún no se sabe si es más mortal o no, pero por lo que hemos visto creemos que no”.