En el mundo, hay unos 222 millones de niños que no acceden a una educación adecuada. De ellos, 78,2 millones ni siquiera asisten al colegio. Así lo informó la Organización de las Naciones Unidas a partir de datos arrojados por el informe “La Educación No Puede Esperar”.
La entidad señaló que se estima que la pandemia y otros factores revirtieron dos décadas de avances en la esfera educativa. Según la ONU, muchos de los países menos adelantados tienen una infraestructura escolar básica deficiente: sólo el 54% de los centros disponen de acceso a agua potable, apenas el 33% cuentan con un suministro eléctrico fiable y únicamente 40% cuenta con instalaciones para lavarse las manos.
Gran parte de estos niños se han visto afectados por crisis en los lugares donde viven o vivían, ya que una buena proporción son desplazados.
“Los niños sin escolarizar suman 78,2 millones, mientras que 120 millones más van a la escuela pero no alcanzan las competencias mínimas en matemáticas o lectura. Todos esos menores precisan apoyo urgente”, aseguraron desde el fondo mundial de las Naciones Unidas para la educación en situaciones de emergencia y crisis prolongadas. Advirtió que se trata de una situación que se agrava ya que la cifra pasó de 75 millones en 2016 a 222 millones en la actualidad.
En una publicación resaltó que sólo el 10% de los que cursan la educación primaria o secundaria alcanza los estándares de competencia.
Impacto de la pandemia en educación en Argentina
Justamente este martes el Gobierno nacional difundió los resultados de las pruebas Aprender, que demostraron una fuerte caída en Lengua y una leve baja en los conocimientos de Matemática. También quedó en evidencia como la pandemia afectó los aprendizajes en los chicos pobres.
La evaluación tomada durante diciembre del año pasado a alumnos de sexto grado de todo el país, reveló que casi el doble de ellos no alcanza un nivel satisfactorio en la comprensión de textos, comparado a 2018, cuando fue la última vez que se había llevado adelante este operativo.
El 44% de los alumnos de sexto grado del país ahora tiene dificultades para comprender un texto adaptado a su edad: no pueden jerarquizar la información, no tienen incorporada la práctica de la relectura y no pueden reflexionar sobre el tipo de narrador o las características de los personajes, entre otras dificultades. En cambio en 2018, el porcentaje era del 24,7%.
La pandemia pareció no tener un impacto tan grave en Matemáticas, aspecto en el cual las mediciones ya eran malas antes. Aquí hubo una leve caída pero que no fue “estadísticamente significativa”, informó el Ministerio de Educación. En el año 2018 era 42,6% el porcentaje de alumnos que no llegaba a un nivel satisfactorio. Ahora, en Aprender 2021 ese porcentaje asciende a 45,2%. El deterioro fue de 2,6 puntos porcentuales. La caída en Matemática se da en todo el país, y todos los niveles sociales, expresan desde el área.
La evaluación mostró cómo la pandemia afectó a los alumnos más pobres. El desempeño en Lengua llegó a niveles alarmantes: hoy, casi 7 de cada 10 alumnos del nivel socioeconómico bajo (68,1%) no llega a un nivel satisfactorio en comprensión de textos. Y 4 de cada 10 (el 41,9%) ni siquiera llega al nivel básico.
Por el contrario, entre los alumnos de nivel socioeconómico alto los que no alcanzan un nivel satisfactorio son el 21,8%. Es decir, que hay 49,3 puntos porcentuales de diferencia entre los chicos pobres con problemas en Lengua con respecto a los del nivel socioeconómico alto.
Causas de las carencias en educación
Según el estudio, el 84% de los niños sin escolarizar por motivos de crisis vive en países como Afganistán, la República Democrática del Congo, Etiopía, Mali, Nigeria, Pakistán, Somalia, Sudán, Sudán del Sur o Yemen, donde hay guerras y otros factores que alejan o impiden que los pequeños acudan a la escuela. En Ucrania, se estima que en pocos meses el conflicto ha afectado a 5,7 millones de menores en edad escolar.
“Los recursos para responder a esta realidad acuciante son insuficientes y la pandemia de Covid ha ensanchado el déficit, por lo que La Educación No Puede Esperar y sus socios presentaron hoy en Ginebra una campaña para movilizar recursos”, informaron.
La iniciativa “#222MillonesDeSueños” busca recaudar fondos de los donantes, el sector privado y otros actores para ampliar sus operaciones, que ya ofrecen educación de calidad a más de cinco millones de niños en más de 40 países afectados por crisis.
“El mundo cuenta con los recursos económicos para asegurar que cada niño reciba una educación de calidad. Ahora, debemos tomar medidas responsables para los 222 millones de niños, niñas y adolescentes en emergencias y crisis prolongadas. Los gobiernos, el sector privado y las fundaciones pueden y deben desbloquear estos recursos”, subrayó Gordon Brown, enviado especial de la ONU para la Educación Mundial.
Por su parte, la directora de La Educación No Puede Esperar, Yasmine Sherif, instó a la acción global, argumentando que los sueños de 222 millones de niños están basados en sus vivencias de las guerras y desplazamientos forzados.
“Este es nuestro momento para empoderarles a convertir sus sueños en realidad. Sueñan con convertirse en su propio potencial en lugar de ser víctimas. No los defraudemos. Es nuestro deber empoderarlos a través de la educación y hacer que sus sueños se hagan realidad”, puntualizó Sherif.
En la Agenda 2030, los líderes mundiales se comprometieron a garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y a promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos, como lo plantea el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4.
En septiembre próximo, la ONU celebrará la Cumbre sobre la Transformación de la Educación, convocada por el Secretario General, António Guterres, con el propósito de impulsar acciones políticas y solidaridad para transformar la educación y recuperar el terreno perdido.