Las nevadas de la actual temporada son muy superiores a las del 2019. Según informó la Dirección General de Irrigación, las precipitaciones de este año son entre tres y siete veces mayores que las del año pasado. Sin embargo, no alcanza para cambiar el mapa de la situación hídrica que sufre desde hace años la provincia.
Los datos provienen de un informe preliminar elaborado por la Dirección de Gestión Hídrica del DGI desde donde se asegura que la actual temporada de nevadas comenzó, en general, en la primera quincena de junio, y se ha caracterizado por tener una importante seguidilla de tormentas. Esta situación facilitó la acumulación que presentan las estaciones nivométricas del Sistema de Información Hidronivometeorológico.
En el informe se explica que la cantidad de nieve caída en esta temporada es muy superior a la del año pasado. Sin embargo, desde este ente gubernamental aclaran que esta situación no es sorpresiva ya que el año pasado se produjeron los mínimos históricos.
Por otra parte, la caída de nieve de este año ha sido entre 3 y 7 veces mayor a la que cayó en todo el año pasado. “Hasta ahora, las nevadas han sido más importantes en el Sur provincial, disminuyendo hacia el Norte de la provincia”, aclaran desde Irrigación.
En tanto, respecto de un año normal, para la fecha actual, se registran valores inferiores en el orden de un 15% aproximadamente, en la cuenca del río Mendoza; valores similares al año medio en el Atuel y Diamante; y superiores en el resto: 17% en la del Tunuyán y 50% en la cuenca del río Grande.
En resumen, las nevadas presentes a la fecha, son similares a las de un año normal en las cuencas del Norte provincial y superior al año normal en un 25% en las del sur.
¿Temporada normal?
Para que se pueda considerar una temporada invernal normal aun falta. Sin embargo, desde Irrigación aclaran que hasta ahora las altas cuencas se encuentran en una muy buena situación de nieve y que aún falta que transcurran los próximos 35 días, que es la época en que se deben presentar las mayores nevadas del invierno.
De la acumulación total del año (al final de la temporada), para que sea un año normal, se tiene a la fecha: un poco más de 50% en la cuenca del río Mendoza, 70% en las cuencas de los ríos Tunuyán y Diamante, y casi 80% en la del Grande.
En resumen, se puede decir que la acumulación actual está al 60% de la total anual, para un año normal, en el norte provincial, y casi un 80%, en las cuencas del sur.
Sigue la sequía
Respecto de los caudales, desde Irrigación explicaron que los registros en las distintas secciones de aforo de los ríos provinciales no han variado significativamente de lo que se esperaba, y siguen respondiendo a las condiciones de sequía de 2019.
Esto es así porque las actuales nevadas, aunque buenas en cantidad, no producen aumentos en los escurrimientos, dado que las bajas temperaturas de alta montaña generan muy bajos deshielos. Si este año continúa como hasta ahora y termina siendo un año normal en nevadas, los caudales importantes se registrarán recién para la segunda quincena de noviembre, época en la que los caudales de ingreso y egreso de los embalses se empiezan a compensar.
Por lo tanto, las dotaciones de los sistemas de riego, durante los meses de primavera, dependerán de las reservas en los embalses. Hidrológicamente, luego de períodos tan extensos de sequía, registros normales de nieve no generan años normales en caudales superficiales, ya que una muy buena parte de los deshielos se dirigen a recargar acuíferos y napas, generalmente muy secos por las escasas recargas de años previos.
La situación del agua, embalse por embalse
Las importantes nevadas no han generado efecto alguno sobre los ríos ni sobre los embalses.
• Potrerillos: debido al manejo cuidadoso de las erogaciones que se realizó la temporada pasada, el dique se encuentra a 91% de su capacidad útil.
• El Carrizal: ha presentado este año los extremos en los que se puede manejar una obra como esta. La corta que realiza siempre debió extenderse casi 2 semanas, ya que los niveles eran los mínimos históricos y no había suficiente reserva para entregar un riego completo al sistema. La situación cambió radicalmente, ya que se presentaron importantes caudales desde fines de marzo, lo que produjo un rápido llenado del embalse, adelantando así el inicio de la temporada de riego, lo que se produjo esta semana, luego de que se llegara al 98% de la reserva útil.
• Agua del Toro: presenta una reserva de 36% mientras que Los Reyunos llega a 88%. Para los fines prácticos de satisfacer las demandas, el volumen total de la reserva es de 61%. Al ver la serie histórica, la reserva conjunta se encuentra en los valores más bajos para la época del año. Igual, se prevé que la temporada de riego no tendrá grandes problemas.
• Los embalses del Atuel son los que se encuentran en peor situación, con 35% de la capacidad en el Nihuil y 88% en Valle Grande, con una reserva útil conjunta del 55%. Como en otros embalses, este año las reservas llegaron a mínimos operativos y los caudales siguen en los registros mínimos históricos. Si se tiene en cuenta que la capacidad máxima de los reservorios es baja, la disponibilidad del recurso es muy baja para afrontar el inicio de la temporada de riego, previéndose que tengan valores similares a los de la temporada pasada (60%).