Ni bien comenzó a circular el virus Sars CoV-2, los sistemas de salud se abocaron a dar respuesta inmediata al Covid-19, la enfermedad que se había vuelto pandémica. Por tratarse de un microorganismo nuevo, el conocimiento sobre su impacto se fue (y se está) construyendo.
Así, con el correr de los meses se fueron haciendo visibles las secuelas que deja y mientras algunos la transitan asintomáticos, otros demoran varios meses en recuperarse. Esto en particular si presentaron un cuadro grave, requirieron internación prolongada e incluso ingreso a Unidad de Terapia Intensiva (UTI) y respirador.
Por ello, pasados los primeros cimbronazos, el sistema comenzó a organizarse para atender a quienes deben recuperarse y así han comenzado a surgir áreas destinadas a la rehabilitación Covid.
Desde el Ministerio de Salud informaron que son cuatro los hospitales públicos que tienen áreas específicamente dedicadas a esta recuperación: se trata del Central, el Lencinas, el Gahilac y el Del Carmen, de la Obra Social de los Empleados Públicos (Osep).
Por otra parte explicaron que en otros efectores e incluso en algunos centros de salud también brindan servicios tendientes a la recuperación de las secuelas.
En el Central dijeron que es algo incipiente, y si bien, obviamente, se viene atendiendo esta demanda, la conformación del área específica es reciente y está en proceso. Pero otros están más avanzados, tanto en la forma de abordaje como en los equipos que la conforman.
Tal es el caso del hospital Lencinas, que ya contaba con un completo sector para rehabilitación, que incluso tiene una pileta para hidroterapia. Con ese respaldo, fue más fácil avanzar en esta tarea.
El doctor Marcelo Barcenilla, director del hospital Lencinas comentó que se han implementado nuevas estrategias de abordaje.
En el hospital Del Carmen también están trabajando fuerte en su Centro de Neurorehabilitación Integral. Allí han creado un área de internación para rehabilitación para recuperación de recuperados de Covid-19 que tiene 15 camas.
Interdisciplina
Lo que distingue el tratamiento es que se hace con equipos interdisciplinarios, es decir, con el aporte de varios servicios y profesionales formados en diversas especialidades.
Los médicos a cargo de estas áreas destacan que el mayor impacto deviene usualmente del tiempo prolongado de internación, del ingreso a UTI y el uso del respirador, por ello, los pacientes que asisten son aquellos que han tenido cuadros más graves. Además, puede haber sucedido que el covid empeore otras patologías de base.
Hay que tener en cuenta que se estima que 15% de las personas que resultan infectadas van a requerir internación y que 5% ingresará a UTI.
Barcenilla detalló que lo que se está rehabilitando son lesiones neurológicas como polineuropatías. Es usual que se vean afectados los miembros inferiores y haya trastorno de la marcha.
Luego de la larga internación, los pacientes quedan con trastorno motor por pérdida de masa muscular, como hipotonía, y les cuesta caminar.
También hacen rehabilitación respiratoria en pacientes internados en UTI más de 30 días y que quedan con secuelas pulmonares. Algunos tenían Epoc y con Covid empeoran y personas patologías cardiovasculares: “Algunos han hecho un ACV y requieren tratamiento fonoaudiológico”, señaló, al advertir que pueden quedar con problemas para la deglución y el habla.
Son en general pacientes que han tenido neumonía severa y dijo que quienes han transitado la enfermedad de manera ambulatoria no suelen llegar a esta instancia.
Desde la UTI
El neurólogo clínico Marcos Graña es el jefe del Departamento de Rehabilitación (general) del hospital Del Carmen. Explicó que con covid, el proceso se inicia ya desde la internación en UTI.
“Hacemos todo el trabajo de rehabilitación, que era ambulatorio, con la pandemia abrimos un área de rehabilitación en internación en el mismo centro y priorizamos los pacientes que necesitan rehabilitación integral poscovid”, detalló.
Comenzaron a organizarse como área específica a comienzos de julio. El staff fijo es de unas 30 personas, a los que se suman profesionales que se desempeñan en otras áreas del nosocomio. Participan médicos psiquiatras, neurólogos, médicos clínicos, kinesiólogos motores, kinesiólogos respiratorios, terapista visual, terapista ocupacional y una neuropsicóloga.
Además, Graña dedicó un capítulo especial para los enfermeros, que -dijo- cumplen un rol esencial y prestan servicio las 24 horas.
También “hay un rol ‘ultra fundamental’ de los fonoaudiólogos, porque desde la terapia tienen que empezar a trabajar para ayudar a descomplejizar del respirador, lo inician en UTI y lo siguen luego”, remarcó.
“Una vez que se descomplejiza el cuadro, se comienza a sacar el respirador y a trabajar en la deglución. Cuando se puede sacar el tubo, el paciente pasa a clínica médica”, explicó. Si está estable hace allí una estadía corta y de ahí se pasa a internación de la rehabilitación. Cuando cumplen criterios de independencia, se van ambulatorios y continúan el tratamiento en el mismo centro de esa manera.
Según las condiciones de la persona puede llevar desde unos días a varios meses.