El 2 de julio de 2009, Ruca llegó a este mundo. Es una ovejera alemana de la considerada línea de trabajo y, desde el primer día, tuvo en claro que tenía su destino escrito: dejar su huella y, con su aporte, ayudar a los demás. ¡Y vaya si lo hizo! Casi diez años después, en enero de 2019, fue ella quien dio con la pista clave que permitió esclarecer el terrible doble crimen del que está acusado el israelí Gil Pereg en Guaymallén. Está sindicado como quien mató a su madre y a su tía y luego las enterró en el amplio baldío del patio de su casa. Ruca no sólo logró identificar el lugar exacto en el que estaban enterradas las mujeres sino que, minutos antes, había detectado manchas de sangre en unos ladrillos y bolsas de cemento.
A dos años de este hallazgo revelador -que sirvió como punta del ovillo para comenzar a esclarecer el doble crimen que se apresta a llegar a juicio- y a 12 de su nacimiento, el próximo miércoles, 13 de octubre, Ruca tendrá su merecido acto de retiro. “Estos perros se retiran más por una cuestión física, pero no emocional. Lo que es seguro es que Ruca va a seguir con su vida de mascota, aunque sin entrenamiento. De la misma manera en que se jubilan los humanos”, sintetiza Ayelén Castro (40), dueña y compañera de Ruca en incontables operativos.
La ovejera y Ayelén integran lo que se conoce como binomios de búsqueda (debe su nombre a que lo integran una persona y un can). Miembros del grupo ESCAM, ambas hicieron historia a lo largo de más de cinco años. “Nos convertimos en binomio certificado como tal cuando rendimos el examen del Ministerio de Seguridad de la Nación, el 10 de diciembre de 2016. Ruca fue la segunda perra en integrar el registro nacional en el país, mientras que fue la primera de Cuyo”, sintetiza Ayelén quien, tras ser certificada en el mismo momento que la perra, se convirtió en la primera mujer en entrar al Registro Nacional de Binomios.
“Cuando Ruca tenía solo dos años, obtuvo la certificación LETS, que es una especialidad en detección de restos humanos y que brinda una organización de Estados Unidos”, destacó Castro sobre su fiel e inseparable compañera.
La historia de Ruca
Criada como ovejera alemana de línea de trabajo desde su nacimiento, 70 días después de que la perra viera la luz Ayelén fue a buscarla. “Desde el primer día en que llegó a casa arrancamos con un entrenamiento especial. Son entrenamientos que se hacen a través del refuerzo positivo, porque nunca se los obliga o fuerza, sino que es por medio del estímulo que se trabaja. Se trabaja e incorporan aromas y estímulos”, explica Ayelén desde su casa en Maipú. A su lado está, como siempre, Ruca, quien ya se prepara y mentaliza para su retiro.
Aunque estudió y se recibió en Turismo, Ayelén Castro nunca ejerció en el rubro. De hecho, trabaja en la distribuidora de su padre hace 20 años. Las participaciones -cuando se las convoca- como binomio son ad honorem y de forma voluntaria. “Siempre hemos trabajado en este tema de manera seria, porque hay vidas de personas en el medio”, advierte Ayelén.
Las participaciones de Ayelén trabajando en binomio con canes adiestrados tienen su origen desde antes del nacimiento de Ruca. En el 2000, con su antiguo compañero -otro ovejero alemán de nombre Chopper-, dio sus primeros pasos y siempre estuvo dispuesta a participar de los operativos en que fuera necesario. “Hice cursos de capacitación y siempre me expuse a exámenes que evaluaran la capacidad de binomio”, agregó la mujer. De hecho, junto a Chopper, participaron en la búsqueda de personas luego del recordado terremoto de 2010 en la zona de Concepción, en Chile.
Y una vez que Ruca tenga su merecido agasajo de retiro y comience a disfrutar de su “jubilación”, Ayelén ya tiene a sus sucesores preparados. “Vivo con mi marido y mi hija, y tenemos otros dos compañeros caninos, también ovejeros. Justamente a ellos los estamos formando para que lleguen a integrar binomios. De hecho, dentro de ESCAM ya hay otro perro que está relevando a Ruca, aunque no es mío. Es Ipa, un border collie que participó ya en el caso Aliaga”, se explaya la voluntaria.
El CV de Ruca y sus casos resonantes
Aunque su participación en el hallazgo de los cuerpos de la madre y la tía de Pereg -en 2019- fue el caso que más exposición pública e internacional tuvo, Ruca y Ayelén fueron fundamentales en distintos procedimientos que permitieron esclarecer otros recordados hechos policiales también.
La propia Ayelén Castro los recordó, desde el lugar de haber sido coprotagonista de estas intervenciones. “El primer caso en que participamos ya como binomio certificado fue en 2017, en el caso de Marina Vedia. Era una mujer que estaba embarazada, fue asesinada y su cuerpo fue hallado desmembrado. En ese procedimiento, antes de que se encontrara el cuerpo de la víctima, Ruca marcó el baúl donde había estado encerrada la mujer mientras se requisaba el auto de su ex pareja. Luego fue hallado el cadáver y se comprobó que María había muerto tras ser golpeada con un elemento contundente”, reconstruye Castro sobre aquel procedimiento.
La perra, además, marcó el arma con que había sido golpeada y asesinada la víctima: una masa. “Cuando hicieron la prueba luminosa para identificar las manchas hemáticas, se comprobó que el arma había sido justamente la masa. Ruca la marcó antes, y en ese lapso se comprobó que la mujer había estado encerrada en el baúl”, continúa.
En junio de 2018, el asesino -identificado como Luis Alberto Araujo (36)- fue condenado a prisión perpetua por el crimen de su ex pareja, Marina Vedia.
También en 2018, la ovejera alemana Ruca fue uno de los eslabones claves para lograr encontrar el cadáver de Concepción Arregui, la mujer chilena que fue asesinada por su pareja y cuyo cuerpo fue arrojado por el asesino -Roberto Aduano- al dique Potrerillos. Y, ya con el cuerpo, el caso pudo ser esclarecido.
“La detección de restos humanos en agua tiene algunas características especiales. En estos casos, el perro marca un perímetro específico y suele ser allí donde se encuentra el cuerpo”, explica Castro.
Sobre el caso Pereg y el protagonismo de la perra, su compañera también se detiene en algunas especificaciones. “En esa oportunidad, lo primero que marca Ruca, y que muestra que es una perra bien entrenada, son unos ladrillos y bolsas de cementos en los que había manchas de sangre. Luego, con más tiempo y ya con la zona delimitada, marcó la zona en la que estaban enterrados los cuerpos de las mujeres”, sigue Ayelén.
En todos estos procedimientos en que intervienen binomios de personas y perros, luego de que uno de los canes realiza un hallazgo sospechoso por medio del olfato, debe recorrer el lugar otro perro (que se conoce como perro de remarcado). En pocas palabras, un primer hocico marca y el segundo reconfirma. “Ruca es muy especial, no muchos perros tienen estos antecedentes”, concluye Ayelén Castro.