En febrero de 1993, Diego Maradona se encontraba de visita en la casa de su manager y amigo Guillermo Coppola cuando una llamativa noticia los sacó de su rutina: al vecino de Coppola, el ex embajador de Estados Unidos en Argentina, James Cheek se le había extraviado su mascota: una pequeña tortuga. Mientras los dos amigos y vecinos del diplomático colaboraban en la búsqueda, el jugador campeón del mundo en 1986 le dijo a Coppola –entre risas-: “¡No se te puede escapar la tortuga, hermano!”. Y la frase quedó inmortalizada y para la posteridad.
A exactamente 30 años del nacimiento de la mítica frase, “se les escapó la tortuga” es la frase a la que –en confianza- recurren quienes participaron del operativo que rodeó al rescate de una tortuga africana gigante en Mendoza, y que tuvo lugar luego de que, a comienzos de febrero de este año, un grupo de transeúntes viera y grabara al reptil mientras este caminaba sin sobresaltos por la transitada Avenida Balloffet (San Rafael). Y es que el animal se había escapado de la casa en la que una familia la tenía viviendo consigo.
El mega operativo de rescate y traslado se coordinó entre el departamento de Fauna de la Dirección de Recursos Naturales de la Secretaría de Ambiente de Mendoza y la Fundación Bioparque Temaikén, de Buenos Aires. A este predio fue trasladada la tortuga de espolones africana (Centrochelys sulcata, según su nombre científico), luego de que Ambiente de Mendoza y Temaikén coordinaran el traslado aéreo del ejemplar. El Ministerio de Ambiente de la Nación, en tanto, tuvo a su cargo la escolta del animal desde el aeropuerto en Buenos Aires hasta el bioparque y la sede de la fundación.
“Luego de que se diera aviso de la tortuga caminando por la vía pública, se hizo presente personal de Recursos Naturales en el lugar y, lo primero que se hizo, fue llevarla al Ecoparque de Mendoza para darle una primera atención. En otros casos distintos ya habíamos trabajado con Temaikén, por lo que –por medio del convenio entre Mendoza y Temaikén- coordinamos el traslado de la tortuga a Buenos Aires. Ahora estamos a la espera de que se conozca el informe sanitario del ejemplar y, de ser posible, se intentará trasladarla a su hábitat natural, en África”, sintetizo el secretario de Ambiente y Ordenamiento Territorial de Mendoza, Humberto Mingorance.
Pero detrás del llamativo hallazgo, del rescate de la tortuga y de la postal del animal de más de 70 kilos hay toda una investigación que sigue su marcha. Y es que, si bien el animal ingresó legalmente a Argentina y con documentación en 2008 –lo hizo procedente desde África, aunque a nombre de un ciudadano inglés y que no es quien la tenía en su casa de San Rafael cuando se escapó a comienzos de mes-, la tenencia de estos animales como mascotas no está permitida. A ello se suma que, según esa misma documentación, la tortuga entró con otros dos ejemplares similares; por lo que la pista está ahora centrada en encontrar a las otras dos tortugas.
Una tortuga perdida en San Rafael
El miércoles 9 de febrero pasado por la mañana, varios automovilistas que circulaban por Avenida Balloffet y Los Sauces detuvieron su marcha ante un particular “intruso” que caminaba con mucha calma por el medio de la transitada avenida. Se trataba de un ejemplar de tortuga gigante africana.
Con un improvisado instinto protector, los automovilistas se bajaron de sus vehículos para orientar a la tortuga al costado del camino, hacia un sitio más seguro, y fue en ese momento en que llegó un hombre en una camioneta, la cargó en la caja y se fue del lugar con ella.
Hasta allí, la historia es simpática y hasta de color. Pero la investigación que se inició después fue lo que le aportó mayores condimentos. Porque personal de la delegación de Recursos Naturales de San Rafael comenzó con las averiguaciones sobre este vecino que se había llevado a la tortuga y, cuando lograron dar con el domicilio, se hicieron presentes acompañados por efectivos de la Policía Rural. Cuando llegaron al lugar, este vecino presentó la documentación que –supuestamente- acreditaba el origen de la tortuga y su permiso de tenencia.
“Había un documento legal que autorizaba su autorización y que dejaba registro de que había entrado a Argentina en 2008 junto a otras dos tortugas, todas habían sido importadas desde África. La autorización estaba a nombre de un ciudadano inglés y no se especificaban los fines con que se había autorizado el ingreso. Sin embargo, se secuestró y rescató a la tortuga, ya que la familia que la tenía consigo no era la persona autorizada en ese documento”, destacó uno de los responsables que participó de este operativo. En tal sentido, aclaró que no se autoriza su tenencia en cautiverio ni como mascota.
El rastro de las otras dos tortugas
El rescate de esta tortuga de espolones africana, que a nivel internacional se encuentra en peligro e incluida la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, permitió iniciar la búsqueda de otra punta de la investigación. Y es que en la documentación que la familia sanrafaelina presentó para intentar certificar la tenencia del ejemplar, se detalla que entraron 3 tortugas juntas a Argentina y en ese mismo operativo de hace ya 14 años.
“En su momento era más fácil poder importar legalmente muchos de estos ejemplares. Pero ahora cambió la legislación. El tema es que, en 2008, ingresaron con autorización de Fauna de la Nación y fue un inglés quien las trajo. Si bien los ejemplares entraron legalmente, el problema se da en el seguimiento, ya que en muchos de estos casos suele empezar la reventa y se pierde el rastro”, agregaron desde la Dirección de Recursos Naturales y Renovables.
Según los participantes del operativo, quienes además iniciaron ahora la investigación para rastrear el paradero de las otras dos tortugas, éstas podrían estar en Mendoza. Y la autorización emitida hace 14 años podría ser clave para poder dar con ellas y, al igual que ya se hizo con la primera, rescatar a los otros dos reptiles.
La evolución de la tortuga rescatada
Ni bien fue rescatada del domicilio particular, la tortuga encontrada en San Rafael fue derivada al Ecoparque de Mendoza, donde se le brindó la primera asistencia. Y dos días después fue trasladada a Temaikén (Escobar, Provincia de Buenos Aires) donde hay veterinarios especializados en el tratamiento y seguimiento de estas especies.
La tortuga de espolones africana es una especie que proviene del sur del desierto del Sahara, en el Sahel. En la actualidad su supervivencia está garantizada solo en reservas y parques nacionales, ya que se encuentra amenazada en su hábitat. Las principales causas que la tienen el peligro son los procesos de desertización, el avance de la urbanización, las actividades agrícolas y también la caza, ya que se consume su carne y se emplea como insumo de la medicina tradicional.