Un joven que conducía en estado de ebriedad impactó contra un cantero y un poste de luz en las calles de Mar del Plata. Lo curioso del accidente es que el conductor se filmó manejando alcoholizado y el video se viralizó en redes sociales, provocando el repudios de cientos de usuarios. “Si nos matamos, nos matamos”, se lo escucha decir antes del choque.
Según se informó, el protagonista de esta triste historia deberá pagar los costos de los arreglos que se tienen que hacer por los destrozos que provocó en la zona de Cabo Corrientes.
“Desde la Municipalidad iniciamos las gestiones y demandas correspondientes para que esta persona se haga cargo de los costos para la reparación por los destrozos que causó en la infraestructura, que es de todos los marplatenses”, sostuvo el subsecretario de Movilidad Urbana, Dante Galván.
Según información oficial, el conductor, oriundo de Berazategui, tenía 1,03 miligramos de alcohol por litro de sangre.
“El intendente Guillermo Montenegro nos pidió que le retiráramos la licencia de manera inmediata, tal como ocurre habitualmente en este tipo de casos y que pague los costos por los daños ocasionados”, agregó Galván.
Esta política quedó instalada desde agosto último, cuando se registró el primero de varios despistes consecutivos en menos de tres meses, todos en la curva en zizgag a la altura de la intersección de la calle Falucho y el Boulevard Marítimo Peralta Ramos.
El inicio de esta seguidilla de incidentes, todos sin lesiones de gravedad para sus protagonistas, lo inició un joven de 22 años que al volante de un Toyota Corolla embistió el paredón y cayó contra las piedras, en el límite con el mar y a casi diez metros por debajo del nivel del paseo costanero. Fue de madrugada y luego se confirmaría que su test de alcoholemia dio positivo.
Poco después, el 23 de septiembre, la protagonista fue una mujer que a bordo de un Peugeot 206 gris siguió el mismo recorrido que el anterior caso. El automóvil terminó incrustado de trompa, entre las rocas. El cinturón de seguridad le salvó la vida, pero no de una serie de lesiones menores producto de terrible impacto.
Estaba fresco el cemento de la reparación de ese sector de murete protector de piedra cuando, una semana después, otro conductor perdió el control de un Citroën Berlingo y también culminó su recorrido en las piedras.
Lo milagroso de todos estos casos no solo fue que los protagonistas casi no sufrieron rasguños. Lo que más llama la atención –y se celebra– es que ninguno de ellos embistió a personas que por allí transitan a toda hora, ya sea en caminatas de paseo o con prácticas deportivas.
Estaba fresco el cemento de la reparación de ese sector de murete protector de piedra cuando, una semana después, otro conductor perdió el control de un Citroen Berlingo y también culminó su recorrido en las piedras. Sasso, en este caso en sentido desde el centro hacia el puerto. Lo condenaron a seis años de prisión.
Desde entonces se apuraron obras de señalización y protección vial, ya concluidas y que incluso se pueden advertir en el video registrado por el acompañante del joven que esta madrugada se despistó y chocó en Cabo Corrientes. Siempre al volante, a alta velocidad y consciente de lo que podía pasarles: “Nos matamos, nos matamos”, decía entre risas. Y, a pesar de la grave colisión, hoy lo puede contar.