Hay más de 3.000 repartidores independientes en Mendoza y, de ese total, cerca de 2.500 trabajan para la aplicación de delivery a nivel nacional Pedidos Ya. Hace unos días, se creó por primera vez una Asociación Civil que los representa a nivel provincial y que permitirá reclamar por mayor seguridad al Gobierno y firmar convenios con diferentes empresas para acceder a capacitación y mejores condiciones laborales.
Alberto Varela es repartidor independiente y flamante presidente de ACRIMyA (Asociación Civil Repartidores Independientes de Mendoza y Argentina). En diálogo con Los Andes, Varela aseguró que el objetivo de esta nueva figura legal, sin fines de lucro, es representar a todo el conjunto de repartidores de Mendoza para tener “más fuerza y más peso” a la hora de reclamar y conseguir mejoras en diversos ámbitos.
Hace dos años que comenzaron a reunirse algunos repartidores independientes de Mendoza para ver de qué manera podían unirse y tener mayor representación laboral ante el boom del pedido a domicilio. Según Varela, la asociación civil no busca “blanquear” a los trabajadores de las plataformas, ya que uno de los grandes beneficios del rubro -señala- es que cada empleado maneja sus tiempos y trabaja en los días y horarios que le son más convenientes.
“Hoy somos todos monotributistas y queremos seguir siendo independientes y no trabajar en relación de dependencia ni tener un sindicato. No nos consideramos ‘precarizados’, pero queremos tener más seguridad a la hora de salir de la calle; acordar mejores condiciones laborales con las plataformas, lograr más capacitación y buscar acuerdos como tener una mejor prepaga como monotributistas, por ejemplo”, planteó el presidente de ACRIMyA.
La asociación es sin fines de lucro y, por tanto, el asociado (trabaje para una plataforma o de forma particular) puede aportar o no. No es obligatorio el aporte, aclara el presidente.
Inseguridad, el mayor flagelo
Según Varela, la inseguridad es el mayor flagelo que hoy vive la mayoría de los empleados motorizados en las calles de Mendoza. “Hoy los compañeros viven casi a diario asaltos o robos”, sentencia el presidente de la Asociación civil.
Si bien no tiene cuantificado cuánto creció el número de robos y/o asaltos en el último año, Varela afirma que “se nota cada vez más” la inseguridad y que la necesidad de proteger a los repartidores es cada vez mayor, sobre todo, en un contexto de crisis económica y fuertes necesidades.
“Es impresionante la cantidad de asaltos y robos que sufrimos los repartidores. Ya hemos tenido algunas reuniones con el Ministerio de Seguridad. Sabemos que no se va a poder prevenir el total de los robos, pero necesitamos disminuir la cantidad de robos en las calles. Necesitamos soluciones y no promesas falsas por parte de la política”, esgrimió Varela.
Sobre ese punto, ACRIMyA busca que los repartidores puedan acceder de manera más fácil y coordinada con la línea 911, ya sea para pedir como también para colaborar con las fuerzas policiales.
“Con la nueva tecnología de geolocalización que hoy tiene la policía de Mendoza sería mucho más fácil colaborar con los repartidores en peligro. Al mismo tiempo, proponemos poder pasar información a la Policía si hay algo sospechoso o si ocurrió algún ilícito. Somos los cadetes que andamos todo el día afuera y somos el ojo visible en las calles. Podríamos brindar esa información para que puedan actuar inmediatamente”, explicó Varela, quien este miércoles mantuvo “una reunión muy productiva” con funcionarios de Seguridad de la Provincia.
No solo los hombres trabajan en las calles y de noche, sino también mujeres, madres de familia. Es el caso de Johana Magallanes, quien tiene 36 años, dos hijos en edad escolar y hace tres años que comenzó a repartir con su moto para la app Pedidos Ya.
Para ella, trabajar de forma independiente, sin jefe, manejando sus tiempos y con una remuneración digna son las mayores ventajas del trabajo de reparto.
Sin embargo, la inseguridad que hay en las calles es el mayor perjuicio para los repartidores en la actualidad. Por eso, ella tomar algunas medidas preventivas antes de poner en riesgo su vida. Una de ellas fue la de repartir pedidos solo en Maipú, de donde es oriunda y conoce al dedillo dónde hay peligro y dónde no.
“Nunca me pasó nada porque soy muy precavida. No paro nunca la moto. Espero que salga el cliente de su casa y yo sigo encima de la moto. Tampoco ando con mucha plata encima”, asegura. No obstante, la repartidora admite que muchas veces sintió miedo cuando ha tenido que trabajar durante el turno nocturno, así que solo lo hace apenas seis horas los fines de semana y antes de la medianoche. El resto de las horas suele cumplirlas durante el día y entre semana.
“Cuando me envían a barrios jodidos cancelo el viaje o lo derivo a otro compañero. A veces hay pedidos falsos. He tenido colegas a los que le han robado la moto. Yo prefiero perder un poco de plata y no arriesgarme, pero entiendo que no todos pueden elegir”, asegura Johana.
¿Cuánto gana, en promedio, un repartidor?
Casi el 90 % de los repartidores independientes que hay en Mendoza trabajan para Pedidos Ya. Es decir, hay unos 2.500 empleados en esa plataforma y cuyo medio de traslado es la moto.
Las condiciones laborales y la remuneración cambian según la necesidad y disponibilidad de cada trabajador. Hay quienes trabajan solo los fines de semana para tener un “extra” al mes; hay quienes trabajan algunas horas por semana, mientras hay quienes viven exclusivamente del reparto y trabajan full time de lunes a viernes, incluso, suman “horas especiales” durante los sábados y domingos.
Pero para tener una referencia del ingreso mensual trabajando full time, Varela afirma que se cobra entre $ 4.500 y $ 6.000 la hora. Si se toma un valor promedio de $ 5.000 la hora, alguien que trabaja 8 horas diarias, cinco veces por semana gana al mes unos $ 800 mil. Un salario que apenas equipara al valor de la canasta básica, pero que amerita para muchos el riesgo.
Ese monto se calcula sin contar el plus de las propinas, ya sea en mano o a través del pago online que sugiere la plataforma de delivery. Eso sí, la nafta y el seguro y patente de la moto va por cuenta del empleado, quien debe contar con vehículo propio. Lo único que garantizan las empresas de reparto es el seguro por accidente durante las horas que el trabajador está en la calle.
Caos de tránsito y falencias en la app
La falta de transparencia en el pago por parte de algunas plataformas es otro reclamo de los repartidores, ya que muchas veces no queda claro si hubo más o menos propina depositada por parte de los usuarios o si se pagó correctamente las horas trabajadas semanalmente.
Otro de los problemas es que, ante un caso de enfermedad, el repartidor no cobra. Día trabajado, día cobrado. Caso contrario, por más certificado médico que exista, no se cobra. “Para la empresa somos números y no hay una cara visible de la empresa. Está bueno tener una figura de asociación civil porque quizás logremos más derechos estando representados por una asociación civil que nos nuclea”, planteó Magallanes.
Por otra parte, la inseguridad no la viven los repartidores solo en materia de delito. El tránsito y muchas veces el caos vehicular en horas “pico” suelen ser, para muchos, motivos para no emprender un trabajo de ese tipo. “Los fines de semana o en la noche hay gente tomando y maneja como loca. Eso es muy estresante para mí”, confiesa la repartidora, aunque todavía sigue apostando a este trabajo que –asegura- le da “más libertad que cualquier otro trabajo”.
Si bien la asociación civil sin fines de lucro está recién conformada, ya cuenta con 12 miembros en la Comisión Directiva y cerca de un centenar de socios. “Tenemos muchas ganas de crecer y sumar a todos los que quieran estar representados”, señala Varela.
Para los interesados en consultar pueden hacerlo, por el momento, al teléfono: 2617268529.