Mujeres Poderosas Mendoza es un grupo que transita o transitó cáncer de mama y que se conoció en sus sesiones de fisioterapia. El objetivo es sentirse contenidas y apoyar a otras pacientes en iguales condiciones, compartir información y charlas sobre prevención.
El grupo se formó a partir de sesiones con la kinesióloga Andrea Melendi, quien desde hace más de 15 años se dedica a fisioterapia oncológica en pacientes operadas de mama, un rubro con mucho auge en la actualidad para mejorar la calidad de vida de muchísimas personas.
“Las pacientes que se acercan tienen dos situaciones en común, por un lado transitan este período con cáncer o recuperándose de esa enfermedad y, por otro, nuestro consultorio. Esto último hizo que comenzaran a generar vínculos, grupos de whatsapp, charlas, reuniones en distintas casas”, comentó Melendi, en diálogo con Los Andes, para agregar que las mujeres comparten vivencias muy particulares e instransferibles y, además, son jóvenes, ya que tienen entre 25 y 40 años.
El grupo inicial fue de siete pacientes que ellas mismas se autodenominaron “Mujeres Poderosas” y crearon un logo, siempre con la idea de armar una estructura para poner manos a la obra. Así crearon una página de Instagram (@mujerespoderosasmendoza) donde suben frases, fotos y experiencias.
“Lo más importante es la red de contención y los vínculos creado entre todas, además de sus experiencias”, agregó. Así, contó que para el Día del Amigo se desarrolló una linda actividad en el Parque San Martín consistente en una caminata con la bandera alusiva.
“Todas nos pusimos algo rosa ese día y fue muy emocionante. La prevención es clave y se debe implementar todo el año, no solo el día de la lucha contra el cáncer de mama”, indicó.
La kinesióloga agregó que cuando empezó en la actividad los beneficios de la fisioterapia no eran muy conocidos, aunque con el tiempo la tendencia se modificó y hoy es clave la rehabilitación en esta área.
“Desarrollar la parte kinésica tiene como finalidad que las pacientes vuelvan a tener calidad de vida porque sabemos que después de una cirugía puede aparecer dolor, cicatrices y otras secuelas. Las mujeres deben quedar igual o mejor que antes de operarse, ese es el objetivo”, subrayó.
La prehabilitación, por su parte, es ver a la paciente en el estado basal, es decir, antes de cirugía, y lograr que algún otro problema preexistente no se agudice luego de la operación. Asimismo, gracias a la kinesiología se trabaja para evitar los linfedemas (acumulación de líquido que se genera al remover los ganglios linfáticos).
“La rápida recuperación es fundamental para devolverle a la paciente calidad de vida. No olvidemos que la mayoría son mujeres en edad productiva, profesionales, madres, activas”, enumeró.
Por eso, sostuvo que resulta clave la adecuada información. “Una paciente informada y con herramientas para prevenir es una paciente que se recuperará en tiempo y forma”, dijo.
Tras agradecer a la legisladora Jimena Latorre (UCR), que apoya a este grupo, Melendi concluyó: “Gracias a Dios todo avanzó muchísimo, tengo pacientes que corren maratones, entrenan, hacen gimnasia y vuelven paulatinamente a sus vidas. Por eso este grupo es importante, por lo inspirador y esperanzador que resulta para todas sus integrantes”.
En primera persona
Silvina Rodríguez, una de las mujeres del grupo, contó que la mentora fue, precisamente, la kinesióloga Andrea Melendi.
“Todas nos enganchamos porque consideramos importante visibilizar la experiencia de cada una, dar nuestro testimonio sobre la enfermedad, los tratamientos y, sobre todo, mostrar la vida que existe después de atravesar la enfermedad”, aseguró.
“Queremos mostrar que podemos estar bien, volver de a poco a la normalidad, seguir con nuestra rutina y, en la mayoría de los casos, que sirva como disparador para dar vuelta el timón y empezar una actividad nueva, retomar algo que nos gustaba y aprender a mirar la vida de otra manera, valorando lo simple y lo cotidiano, llenándonos de afectos que nos permitan seguir avanzando y sanando”, reflexionó.
Dijo Silvina que en la recuperación todas vuelcan mucho de su parte. “Los médicos nos ayudan a terminar con la enfermedad pero el proceso de sanación depende de uno y esa es la idea, que otras personas que están atravesando lo mismo puedan ver nuestra experiencia y saber que uno puede estar muy bien después de todo lo transitado”, amplió.