El Consejo Federal de Educación (CFE) aprobó por unanimidad el Marco de análisis y evaluación de riesgo para el desarrollo de actividades presenciales y revinculación en escuelas en el contexto de la pandemia. El documento consiste en indicadores epidemiológicos complementarios al protocolo marco aprobado en el mes de julio que permiten orientar a las jurisdicciones en la toma de decisiones, con información objetiva en relación al nivel de riesgo de contagio de la comunidad educativa, especialmente para áreas urbanas y periurbanas.
Hasta la culminación del ciclo escolar 2020, las jurisdicciones promoverán el regreso progresivo, parcial y escalonado a actividades presenciales con el objetivo de revincular a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de un modo distinto al de clases presenciales antes de la pandemia. Se trata de una presencialidad limitada, enmarcada en los protocolos de regreso consensuados.
Es importante destacar que el Gobierno nacional y las provincias han invertido dos mil trescientos millones (2.300) en estos meses en insumos de higiene y readecuación de infraestructura en los establecimientos educativos de todo el país, para encarar este paso.
La evolución de la pandemia por COVID-19 es muy dinámica y requiere, constantemente, adoptar nuevas medidas que permitan minimizar los riesgos de convivir con el virus.
La toma de decisiones debe ser abordada de manera multidisciplinaria, por cada una de las jurisdicciones, teniendo en cuenta las condiciones y cumplimiento previo de los 9 puntos - elaborados por los especialistas de salud - que a continuación se enuncian:
- 1) Contar con representantes de educación en el Comité Operativo de Emergencia (COE) para la toma de decisión del reinicio de actividades.
- 2) Evaluar la forma de traslado que utilizarán los niños, las niñas, docentes y no docentes, para asistir a los establecimientos.
- 3) Contemplar la situación habitacional o niveles de hacinamiento de los niños, niñas y docentes y planificación de acciones preventivas.
- 4) Instruir adecuadamente al personal docente y no docente acerca de los protocolos que deben seguirse para minimizar los riesgos de transmisión durante el tiempo de permanencia en la institución, con planificación de monitoreos permanentes.
- 5) Tener los procedimientos detallados sobre cómo actuar ante la aparición de un caso sospechoso y/o confirmado de COVID-19 en la escuela.
- 6) Articular entre las carteras de salud y educación local para la detección de casos sospechosos, procurar la realización del diagnóstico de laboratorio a fin de dar una respuesta rápida y realizar el rastreo de contactos estrechos y su monitoreo.
- 7) Poseer un sistema integrado de trabajo intersectorial que permita identificar y dar seguimiento a problemáticas complejas como violencia, patologías de la salud mental, trabajo infantil, dificultades de los hogares para realizar aislamientos en caso de ser necesarios, entre otras.
- 8) Considerar estrategias para aquellos niños y niñas con factores de riesgo que no puedan asistir de manera presencial.
- 9) Abordar estrategias para aquellos niños y niñas convivientes de personas con factores de riesgo.
Indicadores Epidemiológicos
Estos indicadores se articulan con los 9 puntos anteriormente expresados, debe analizarse la situación en general y los indicadores por si solos no determinan el estado de la situación.
Bajo riesgo: reanudación escalonada y progresiva de las clases presenciales en todos los niveles educativos y modalidades en el marco del protocolo y lineamientos establecidos en la Resolución CFE N° 364/2020 y otras especificaciones.
Mediano riesgo: actividades educativas no escolares (artísticas, deportivas, recreativas, de apoyo escolar u otras) destinadas a niños, niñas, adolescentes y jóvenes en grupos de no más de diez personas preferentemente al aire libre; actividades presenciales de cierre del año para estudiantes del último año de nivel primario y de nivel secundario.