Diez sismos de entre 2,3° y 3,8° de magnitud fueron registrados durante la madrugada de este viernes en Chile y en un lapso de apenas una hora. Más precisamente fue entre las 4 y las 5 de la mañana de hoy, sobre el Océano Pacífico y frente a la zona de Cobquecura, en la región trasandina de Ñuble.
Si bien desde la Red Geocientífica de Chile destacaron que no hubo reportes de percepción contundentes, los movimientos fueron percibidos por algunos habitantes del país vecino y que viven en la zona. Incluso, muchos de ellos reportaron que los episodios continuaron registrándose pasadas las 5 del viernes también.
Como cada vez que se registra una sucesión de movimientos telúricos en esa región, a nivel científico se vuelve a hablar de lo que se conoce como el “Cinturón de Fuego del Pacífico”.
Qué es el Cinturón de Fuego del Pacífico y que involucra también a Mendoza y San Juan
La costa chilena se encuentra comprendida dentro de lo que se conoce como el Cinturón de Fuego del Pacífico y, dado lo angosto del territorio continental de Chile y la proximidad con las provincias de Mendoza y San Juan, estos dos territorios argentinos también se ven afectados por el mencionado fenómeno cuya principal manifestación son los constantes sismos.
El Cinturón de Fuego, también conocido como el Anillo de Fuego del Pacífico, tiene una extensión cercana a los 40.000 kilómetros y la forma de una herradura, lo que precisamente le da la denominación de “cinturón”. Se encuentra ubicado sobre las costas de todo el océano Pacífico y cuenta con una particularidad: concentra la mayor zona de subducción (hundimiento), lo que provoca una intensa actividad sísmica y volcánica en las zonas que abarca.
Dentro de América, todos los países con costa sobre este océano se ven afectados por sus consecuencias y características. Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, México, Estados Unidos y Canadá son los países incluidos dentro de la superficie del Cinturón de Fuego del Pacífico y las consecuencias también repercuten y abarcan a algunas provincias y regiones de Argentina, dada la proximidad con Chile.
Por fuera de América, el recorrido del Cinturón de Fuego del Pacífico abarca a las islas Aleutianas, para luego bajar por las costas e islas de Rusia, Japón, Taiwán, Filipinas, Indonesia, Malasia, Timor Oriental, Brunei, Singapur, Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón, Tonga, Samoa, Tuvalu y Nueva Zelanda.
Lo que da forma y actividad al mencionado cinturón de fuego es la tectónica de placas, ya que juega un rol fundamental y es el movimiento y la colisión de éstas lo que marcan la extensión. La parte oriental del Cinturón es el resultado de la subducción (hundimiento) de la placa de Nazca y la Placa de Cocos, debajo de la placa Sudamérica que se desplaza hacia el oeste. La Placa de Cocos, en tanto, se hunde debajo de la Placa del Caribe en Centroamérica, la Placa de Juan de Fuca (placa oceánica) y una pequeña parte de la Placa del Pacífico se hunden debajo de la placa norteamericana.
Esta zona tiene alrededor de 452 volcanes y concentra alrededor de 75% de los volcanes activos e inactivos del mundo. Todo esto da como resultado que la mayoría de los terremotos (y 80% de los más grandes) se produzcan en la zona del Cinturón de Fuego del Pacífico.
¿Qué diferencia hay entre sismo, temblor y terremoto?
Las palabras “temblor” y “terremoto” provienen del latín y significan “movimiento o sacudida de tierra”, al igual que “sismo/seísmo”, que proviene del griego. Es por este motivo que los tres términos pueden ser utilizados como sinónimos.
Sin embargo, cualquiera de los tres términos implican descripciones y categorías diferentes a los fines prácticos: los especialistas remarcan que cualquier evento sobre 7,5 de magnitud es llamado terremoto, mientras que sobre 4 se los denomina sismo o temblor.
Otro matiz para sumar al debate: un temblor es el sacudimiento del suelo que produce susto, pero no genera daño estructural. En tanto, un terremoto es el movimiento que produce el colapso de viviendas y pérdidas humanas (mayor daño, desde el punto de vista social y de experiencia).