Con una red de miembros asociados que abarca todo el país, alto nivel competitivo, y la costumbre permanente de su práctica en hogares, el Scrabble –un juego de inteligencia cuyo objetivo es formar palabras cruzadas en un tablero compartido con el rival– muestra una vigencia que se refleja menos en las ventas que en la pasión visible de quienes lo practican.
Buena prueba de ello es que, desde el sábado 15 de abril, la provincia cuenta con una Asociación Mendocina de Scrabble, que formará parte de la nacional y que organiza ocho competencias anuales en las que participan jugadores de tan alto nivel que varios de ellos han conseguido premios internacionales.
Para aquellos que vivieron su infancia en los 60, 70 u 80, este juego no necesita mayor presentación, ya que no era extraño encontrar en la casa familiar o en la de alguna amistad un tablero con las fichas, y estas con sus letras y su valor, para ponerse a jugar. El desarrollo tecnológico y el predominio de otras distracciones hicieron que el Scrabble perdiera terreno. Sin embargo, lejos de desaparecer, hoy muestra una vitalidad notable más allá del ocio familiar: por ejemplo, hay un mundial de este juego, torneos australes, nacionales y regionales. En el ámbito del español, además, Argentina es uno de los países con jugadores más destacados, junto con España y Venezuela.
Pero, además de ser entretenido, el Scrabble “ayuda a desarrollar el pensamiento organizado y a respetar un reglamento establecido. También mejora la capacidad para conocer nuevas palabras, lo cual es similar al entrenamiento físico en el fútbol” asegura Horacio Moavro, dirigente nacional e internacional de de este juego y actual subcampeón mundial.
Moavro llegó el sábado a Mendoza para sumarse a la creación de la sede local de la asociación. El encuentro había llamado la atención de la politóloga Josefina Canale, diputada provincial por el PD progresista, quien propuso la declaración de interés del encuentro. “La capacidad de entender el mundo y a uno mismo está directamente ligada a la cantidad de palabras y el vocabulario que una persona maneje. El Scrabble es una manera simple y accesible para aumentar la cantidad de palabras que se manejan, además de ayudar a la agilidad mental”, aseguró en sus fundamentos la legisladora, quien confiesa que “hace mucho” que no juega, pero que “de más chica era algo que jugaba habitualmente”.
Moavro dice que “hoy en día el Scrabble está creciendo en difusión nuevamente. Hay gente interesada de todas las edades. No es fútbol, claro. Pero si bien es menos jugado que el ajedrez, dentro de los deportes de la mente, después de ese está el Scrabble”.
En este sentido, si bien Moavro dice que “se juega en escuelas y en las casas y no distingue edades”, donde en realidad ha crecido es en su faceta competitiva. “El Scrabble se juega en 26 idiomas, y cada uno tiene sus particularidades por la distribución de las fichas y sus valores. En español está unificado el reglamento y el diccionario, que es el de la RAE y esto determina qué palabra es válida y cuál no, para evitar discusiones y jugar internacionalmente”, explica el destacado jugador, quien es contador público de profesión.
En esa marea competitiva en la que está inmerso el Scrabble, Mendoza parecía estar ajena hasta hace poco. De hecho, era la única de las provincias más populosas del país que no tenía una asociación local, algo que fue subsanado ayer.
Sin embargo, la falta de sede no hacía que Mendoza empezase a destacar en el ámbito nacional, como sucedió hace poco con dos jugadoras, Alicia Casares (actriz y directora de la Fiesta de la Vendimia 2019) y Patricia Dinerstein, profesora de Francés jubilada. Ambas se trajeron de Neuquén, donde se realizó la última competencia nacional, sendas medallas como “mejores jugadoras debutantes”.
La exdocente, de 66 años, juega “desde hace más de 50 años, siempre en familia. Pero desde que tengo tiempo y disponibilidad, lo hago en grandes ligas, y para eso entreno. Es un juego que generacionalmente estaba a nuestro alcance, pero hoy en día creo que es ideal para incentivar por sus múltiples beneficios”.
Para ella, junto con el estímulo cognitivo que resaltaba el subcampeón mundial, el Scrabble tiene también la particularidad de ser “realmente inclusivo. No hay distinciones de edad, sexo, ni nada, sólo se pide que tu cabeza esté despierta”. Por esta razón, la mendocina tiene pensado, a partir de la creación de la Asociación Mendocina de Scrabble, “hacer torneos y mostrarlo en las plazas y lugares públicos, como se hace con el ajedrez”.
El Scrabble también se juega en internet
Tal vez esa difusión revierta lo que observan las jugueterías con respecto al Scrabble: no se trata de uno de los juegos más vendidos, según las consultas realizadas. “Por lo general lo compra gente de 30 años para arriba, para regalar o porque tenía el juego en su casa familiar y quiere volver a jugarlo”, cuenta la empleada de un negocio del centro mendocino.
Ivana Espinoza, de Tiki Taka (juguetería de San Martín) coincide con el diagnóstico. “Vendemos un par por año, nunca a gente muy joven. Pero hay que tener en cuenta que tenemos el original, que sale $8.900. Los más jóvenes buscan juegos rápidos y este es más largo y exigente”.
“Justo a mí me gusta mucho, pero no se vende tanto tal vez porque se puede jugar online”, asegura la primera consultada. “Además, por ejemplo, yo lo tengo en mi casa como herencia familiar. Mi Scrabble está impecable y debe de tener como 40 años”, explica.
La difusión del juego online fue percibida por la propia empresa que posee los derechos de la marca. En consonancia con la difusión de otro juego de palabras (Wordle), tiene una página oficial donde puede jugarse el Scrabble sin necesidad de comprar el tablero, aunque evidentemente no es lo mismo: https://playscrabble.com/
Consejos para jugar bien el Scrabble
La mendocina Patricia Dinerstein viene de obtener una medalla en el torneo nacional de Scrabble realizado en Neuquén. Ella dice que para jugar mejor y competir ha buscado estrategias. “Estuve buscando y leyendo al respecto y lo la clave es ser arriesgado. Animarse a poner en problemas al oponente. No repetir jugadas o estrategias, no estar en la cómoda. Estar en estado de aprendizaje permanente es bueno”.
Otros consejos para jugar podrían ser los siguientes:
Ampliar el vocabulario: una de las claves es tener un amplio conocimiento de palabras, especialmente aquellas que son menos comunes. Estudiar listados de palabras y usar un diccionario pueden ayudar.
Prestar atención a las letras y a su valor: algunas letras, como la Q, la Z, la X, y la J, tienen un alto valor en el juego. Aprender a utilizarlas correctamente puede marcar la diferencia.
Conocer las palabras que pueden ser utilizadas como prefijos o sufijos: muchas palabras se pueden utilizar como prefijos o sufijos (por ejemplo: en lugar de “natural”, “sobrenatural”) para crear nuevas palabras, lo que puede resultar en un gran puntaje.
Aprovechar las casillas especiales: las casillas de bonificación, como las casillas de doble o triple palabra o letra, pueden aumentar significativamente el puntaje.
Pensar estratégicamente: el Scrabble no sólo se trata de formar palabras, sino también de impedir que los oponentes lo hagan y es importante aprender a bloquear al oponente.
¿Quién es el Messi del Scrabble?
- El Scrabble fue inventado en 1938 por el arquitecto neoyorquino Alfred Mosher Butts. Se llamó inicialmente “Criss-Crosswords” y no tuvo mucho éxito. Butts insistió y en 1948 lo relanzó bajo el nombre de “Scrabble”, y a partir de ahí tuvo un éxito mundial. Consta de un tablero de 225 casillas y cien fichas.
- Hay 26 idiomas en los que se puede jugar el Scrabble oficial. La versión en español se rige por el diccionario de la Real Academia Española. Es decir, si una palabra no la consigna el diccionario, no vale.
- El actual campeón mundial del Scrabble en español es un genio en sí mismo: se trata del francés Serge Emig, quien no habla fluidamente este idioma, pero ha estudiado palabras para competir. El subcampeón es el argentino Horacio Moavro.
- El que está considerado “el Messi del Scrabble” es justamente argentino: Luis Picciochi, de profesión agrimensor, quien es el único que ha podido conseguir tres veces el campeonato mundial.
