San Alberto, un paraje “energético” de Uspallata que combina la naturaleza y la cultura

Con deslumbrantes bellezas naturales, este sitio es elegido por muchos para buscar tranquilidad. También tiene un gran museo a cielo abierto. Cerca de la zona se filmó la película “Siete años en el Tíbet”

San Alberto, un paraje “energético” de Uspallata que combina la naturaleza y la cultura
Una postal de San Alberto, en el valle de Uspallata. Tiene un centenar de habitantes, muchos de ellos llegados de la ciudad en busca de paz. / Foto: Los Andes

Patricia vive en Paraná y desde su Facebook cuenta los maravillosos días que pasa en San Alberto, Uspallata, un sitio que genera gran atracción a mendocinos, argentinos y extranjeros. Es un lugar con rica historia. Muy cerca de allí está Tambillos, por donde cruzó parte del Ejército Libertador, bajo el mando del General Las Heras. Y ese lugar forma parte del Qhapac Ñan o Camino del Inca, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Volviendo a San Alberto, lo que enamora del lugar es el paisaje, una postal de un valle de montaña que ha servido de imágenes de películas internacionales. A menos de 30 km de la villa de Uspallata, por la ruta 149 camino a San Juan, se llega a esta estancia, un paraje que cuenta con una frondosa arboleda, gracias al agua que provee el arroyo San Alberto. Allí vive un centenar de personas en forma permanente, según el registro del municipio de Las Heras. “La principal riqueza es el paisaje natural. Está ubicado unos 300 metros más alto que el valle de Uspallata y podés observar la cordillera de los Andes y la precordillera. Además, tenés el cielo todo para vos, por lo que es un punto importante de observación y por eso tenemos muchos astrónomos que vienen aquí en vez de viajar hasta el observatorio El Leoncito, en San Juan”, asegura una de las vecinas, que prefiere mantener el anonimato porque considera que elegir San Alberto es un tema muy personal, y aclara que quienes visitan por primera vez viven experiencias similares. La mujer destaca que hace más de 10 años dejó la vida en la Ciudad de Mendoza y se mudó a unos 140 km al noroeste.

San Alberto tiene fama de “lugar energético” a nivel internacional, y por este motivo recibe visitas de distintas partes del mundo. “Tengo entendido que estamos bajo un yacimiento de cuarzo, que es una piedra energética, y que es un sitio con alta protección de la radiación electromagnética”, dice la vecina.

La mayoría de los habitantes considera que se debe recurrir a la riqueza natural que posee San Alberto, relacionado al turismo rural, cultural, astronómico y místico, apto para “retiros energéticos”. Pero aclaran que debe ser de “bajo impacto”, es decir en pequeños grupos de visitantes.

Es que esta tendencia ya está marcando el futuro del lugar y se puede comprobar en las primeras consultas en la red, que ofrecen terrenos a la venta o servicios de alojamiento. “Creo que este resurgimiento de San Alberto debería estar planificado para que no se pierda su sentido”, explica la vecina. Cuenta que actualmente hay varios emprendimientos relacionados con el turismo rural, que ofrecen a una familia -por ejemplo- vivir la experiencia de la vida de campo, compartiendo con la misma gente las actividades diarias. Dice que algunos tienen granjas y otros ofrecen alojamiento, gastronomía y actividades como cabalgatas, caminatas o pesca.

“Aquí estamos a 2.100 metros sobre el nivel del mar, entre la precordillera y la cordillera, y desde aquí se puede llegar hasta Jujuy recorriendo los valles de los Andes”, señala la pobladora, y agrega que es ínfima la insfraestructura que hace falta. Recuerda que, hace unos años, reactivaron la vieja pista de aterrizaje del Aeroclub Uspallata, uno de los pioneros en el país. Hoy está a cargo de Natalia Toti Antolín, y fue un viejo anhelo de los uspallatinos la reapertura de la pista, que había cerrado en 1969 y fue habilitada en forma temporaria a fines de los 90, durante la filmación de la película “Siete años en el Tíbet”, con Brad Pitt.

Un párrafo aparte merece el Parque de las Artes Marañón, museo a cielo abierto con más de 23 hectáreas dedicadas a la escultura. Fue idea de los artistas mendocinos Fausto y Yamila Marañón, inspirado justamente en la riqueza cultural que posee el lugar.

Cabe recordar que en 1997, entre San Alberto y Uspallata, también se asentó la comunidad huarpe Guaytamari, con el objetivo de reforzar la identidad cultural originaria. Dispone de 31 hectáreas sobre la ruta 3, kilómetros 11, de San Alberto.

Rodrigo Pérez Esquembre, director de Turismo de Las Heras, señala que el municipio está trabajando “junto con el Concejo Deliberante y los prestadores turísticos de la zona, en una ordenanza municipal sobre turismo rural que sirva para regular, potenciar y desarrollar esta actividad en constante crecimiento. A nivel mundial, los turistas buscan cada vez más este tipo de actividad, que tiene que ver con alejarse de los cascos urbanos e interactuar con las comunidades rurales para vivir la experiencia de conocer sus costumbres”.

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