Belisario Cuervo (1867 – 1914) fue un destacado e ilustre boticario mendocino, propietario de una de las más clásicas farmacias y droguerías de Mendoza y quien contagió en su clientela la pasión por el oficio. Además, fue intendente de la Ciudad de Mendoza entre 1899 y 1908, entre otros cargos notables que ocupó.
No solo ello, sino que Cuervo fue, también, el iniciador de una destacada familia dentro de la historia de Mendoza, los Peña y Lillo, quienes dejaron su marca en la sociedad. Y es por ello que su bóveda, dentro del Cementerio de Mendoza, es uno de los más impactantes e importantes de todo el lugar.
Hasta comienzos de julio, en la parte más alta de la bóveda, sobresalía un imponente busto del ya mencionado Belisario Cuervo. Sin embargo, en circunstancias por demás extrañas y que se investigan, la figura fue robada entre el domingo 2 y el miércoles 5 de julio. Junto a la figura –de bronce- fueron sustraídas, además, una gran cantidad de placas de ese mismo material y que estaban en la bóveda de las familias Cuervo y Peña y Lillo.
“Nos hemos quedado sorprendidos. Y es que, si bien generalmente se producían hurtos y robos de floreros y placas, llegar a un extremo de un busto, es mucho y llamativo. La obra estaba montada en la bóveda de la familia y el lugar donde estaba es muy inaccesible. Por esto mismo es que, a raíz del robo, se ha hecho una denuncia y se procedió a la apertura de sumario interno para determina la posible participación de agentes municipales o actores externos”, destacó el director del Cementerio de Mendoza, José Curia.
Lo que más llama la atención del robo es que el botín tiene grandes dimensiones, un peso considerable (es de bronce y pesa entre 50 y 60 kilos) y estaba a una altura superior a los 2 metros del piso.
El llamativo robo del busto de Belisario Cuervo en el Cementerio de Mendoza
Según indicó el director del Cementerio de Mendoza, el robo se produjo en horas de la madrugada, y entre el 2 y el 5 de julio.
“Quien constató la situación fue la cuidadora que designó la familia para la bóveda. Cuando ella llegó, se dio cuenta de que faltaban varias placas y el busto. En cuanto al busto, estaba apoyado en una especie de columna, al lado a la representación de la Virgen. Teniendo en cuenta que la altura es de casi 2 metros desde la sepultura, para robarlo como lo hicieron, deberían haberse trepado”, siguió Curia, quien indicó que había un faltante de entre 8 y 9 placas de las familias en la bóveda.
José Curia, director del Cementerio de Mendoza, destacó que son una constante los robos de bronce –ya sea placas o floreros- en el cementerio, aunque nunca algo tan llamativo como el busto de considerables dimensiones.
“Estamos teniendo robos nocturnos, personas que ingresan por calle Caseros y se trepan por la pared. Es gente que aprovecha la noche y se llevan placas de los mausoleos”, destacó Curia. En ese sentido, relató que hace algunas semanas un grupo de Preventores sorprendió a unas personas huyendo con una bolsa repleta de placas. Y, aunque los ladrones huyeron, dieron con la bolsa y todo el metal.
“En el caso del robo de este Busto, el daño que se genera es más que nada histórico y patrimonial. Por eso se está investigando, tanto en la Justicia como de forma interna en el Cementerio”, concluyó.
Reemplazo y restauración
La directora del departamento de Patrimonio de la Ciudad de Mendoza, Elsa Rodríguez, también se refirió al robo del busto de Belisario Cuervo y al valor patrimonial.
“Todo el Cementerio de Mendoza tiene una declaratoria patrimonial, por lo que este busto está contemplado en ella. En cuanto a la obra de Belisario Cuervo, es parte de una tumba que fue realizada en el período dorado y de mayor esplendor del cementerio, que comenzó a partir de 1910, cuando fue la gran inmigración”, resumió la especialista.
Las escultura de aquella época eran encargadas por los familiares a distintos artistas que se encargaban a la decoración y tenían un gran realismo. “Era una muestra fehaciente de cómo había sido el fallecido en vida”, acotó Rodríguez.
A nivel general, no solo dentro del cementerio, el equipo que comanda Elsa Rodríguez ha realizado un registro preciso de todas las obras patrimoniales disponibles en Mendoza (incluyendo plazas, parques y sitios históricos). Hace 10 años se comenzó a trabajar en ello, aunque se hizo un foco especial en los últimos dos.
Placas, bustos y monolitos –objetos que suelen estar más expuestos a todo tipo de vandalismo- son parte de este registro, y por cada uno hay una ficha. En total, hay casi 400 fichas, cada una única y perteneciente a un bien en particular.
Además, en términos generales, la comuna trabaja en el reemplazo de placas o figuras que puedan haber sido robadas (hasta el momento cuentan 15 de ellas).
“Algunas de ellas se están haciendo en material de menor calidad, para que no tenga un valor que atraiga a los que la roban. Para ello se usan las fotos y registros que tenemos, para replicarlas”, destacó Rodríguez.
Quién fue Belisario Cuervo, la cabeza de una familia notable
Belisario Cuervo solo tuvo hijas mujeres, por lo que con su fallecimiento se interrumpió la descendencia del apellido en línea recta. Quienes descansan en la bóveda de Cuervo en el Cementerio de Mendoza llevan, entonces, los apellidos de los maridos de las hijas de Belisario Cuervo.
Entre ellos está su yerno, Silvestre A. Peña y Lillo (p), quien fue vicegobernador de Rufino Ortega (h), ministro de Obras Públicas de Emilio Civit y ministro de Hacienda de Guillermo Cano.
También reposan en esa bóveda los restos de Silvestre A. Peña y Lillo (h), historiador, profesor, miembro fundador de la Universidad de Mendoza y quien ocupó cargos públicos como diputado provincial y nacional, entre otros.
“Cada una de las personas que allí descansa tuvo un destacado rol y participación en el crecimiento de Mendoza”, destacó uno de los descendientes de Belisario Cuervo a Los Andes, molesto por el robo.
Belisario Cuervo nació en Mendoza, en 1867, y con apenas 16 años, abrió la que luego fue acreditada como farmacia y droguería Del Pueblo, en Necochea 43 (Ciudad de Mendoza).
Cuervo fue electo concejal por la Ciudad de Mendoza durante el período 1895 - 1898, y además llegó a desempeñarse como vicepresidente del Consejo Deliberante.
Entre el 1 de enero de 1899 y el 2 de abril de 1901, Cuervo fue electo como intendente de la Capital y entre sus logros se destacan el primer inventario de los bienes municipales, el arreglo del palacio de la Exposición, así como también los arreglos del matadero, del teatro, y del corralón municipal, entre otras cosas.
En mayo de 1906 fue reelecto como intendente, cargo que ocupó hasta agosto de 1908. También fue diputado provincial, dos veces senador y el gobernador Rufino Ortega (h), lo designó ministro de Hacienda en marzo de 1910, función que desempeñó hasta abril de 1912, cuando se retiró por razones de salud. Falleció en noviembre del 1914, a los 47 años.
