Vivaz y bigotudo, “Rinti” se parece más bien a un perro callejero que a un animal adiestrado a la perfección y con ocho años de servicio en la IV Brigada Aérea de Las Heras perteneciente a la Fuerza Aérea Argentina.
Atento y sujetado por su guía -el soldado voluntario Ezequiel Barrionuevo- Rinti permaneció en guardia durante el desarrollo del acto de colación de 10 pilotos de combate, que contó, el miércoles, con la presencia del ministro de Defensa de la Nación, Agustín Rossi.
Ese día fue uno de sus últimos de servicio, porque a fin de año se retirará después de varios años intensos en el ámbito de la seguridad. “Será un antes y un después, porque aquí todos lo adoramos. Si bien es un perro ´bravo’, porque está acostumbrado a la defensa del guía y a todos nosotros, nació para custodiar y, eventualmente, atacar”, dijo a Los Andes el cabo principal Alexis Vera.
Rinti es el único animal de la brigada que participó exitosamente de situaciones delictivas reales. Anécdotas hay a montones. Hace pocos días, por ejemplo, durante un operativo en el que fueron detenidos dos delincuentes, los mantuvo inmóviles contra la pared hasta el momento de la detención.
Pero el mes próximo, su accionar “oficial” quedará a un costado y comenzará otra etapa para él, la del descanso, siempre junto a su guía y en la ciudad de Mendoza. Si bien la esperanza de vida de esta raza oscila entre los 13 y los 16 años, se decidió que Rinti diera un paso al costado un poco antes de esa edad para no seguir sobrecargándolo.
Vivaz, inteligente
Su raza es Schnauzer estándar o Schnauzer mediano, es decir, la versión mediana de esta familia canina de origen alemana. Tienen un peso estimado de 15 kilogramos y sus colores pueden variar. En este caso es grisáceo.
Los especialistas definen a estos perros como de buen temperamento, devotos, vivaces, inteligentes, juguetones y entrenables. Eso sí: nada de tener un arma o cualquier otro elemento amenazante en la mano, porque Rinti no tiene ni tendrá piedad e irá derecho al ataque.
“Posee una gran personalidad, insisto, todos aquí lo queremos muchísimo y jamás nos ha hecho nada malo, es sumamente defensor del sistema de seguridad”, amplió el cabo Vera. Acotó, entre bromas: “Ha sido sumamente profesional todos estos años y aún hoy su accionar sigue siendo impecable, por eso merece su jubilación”.
De a poco, Rinti se despide de su ámbito de trabajo y las sensaciones son encontradas, sostuvo el cabo principal.
“Porque es nuestro compañero y tiene buen carácter pero a la vez hay que dejar que descanse”, justificó.
Sobre si ataca o muerde en caso de que sea librado de su correa, Vera indicó que “estará en guardia. No sé si llegará al ataque pero se le enseñó a desconfiar, a actuar en forma inmediata”, definió.
Bajo el sol mendocino en la IV Brigada, el can peludo y de simpáticos bigotes continuaba ladrando a quien lo mirara de cerca. Observaba a su alrededor quizá entendiendo que transita sus últimos días de complicidad en la Fuerza Aérea. Merecido.