Cada 6 de enero los niños se entusiasman con la llegada de los Reyes Magos. Los obsequios que pidieron en las cartitas aparecen debajo del árbol de Navidad. El ritual comienza un día antes, cuando se coloca el pastito y el agua fuera de la casa para alimentar a los camellos que traen la magia con el comienzo del año.
En la mayoría de los países, la tradición (católica), indica que los padres deben dejar los regalos que traen los Reyes Magos la noche del 5, previo a la madrugada de este 6 de enero. Un juego que, como el de Papá Noel y sus regalos, se mantiene en el terreno de la fantasía, al menos hasta que los niños crecen lo suficiente como para entender que son los papás los responsables de esos obsequios.
Los orígenes de estas costumbres pueden encontrarse en el relato bíblico, en los días en que nació Jesús, llegaron a Jerusalén unos magos del Oriente.
Según la historia, los reyes Melchor, Gaspar y Baltasar siguieron un camino, guiados por la estrella de Belén hacia el Rey de los Judíos (Jesús), que acababa de nacer. Cuando llegaron hasta el niño Jesús lo llenaron de regalos.
Luego tuvieron un sueño que les advirtió que no debían regresar a donde Herodes (rey de Judea en ese entonces) y tomaron otro camino de regreso (así figura en el relato bíblico asentado en Mateo 2, 1-18). El origen de esta festividad se encuentra en la iglesia oriental.
Compras de reyes: puntos a tener en cuenta
Como es una época en la que se realizan compras y operaciones comerciales para que los padres adquieran estos regalos, la Dirección de Defensa del Consumidor de Mendoza, lanzó una serie de recomendaciones a tener en cuenta, sobre todo en aquellos establecimientos informales que se montan especialmente para estas fechas.
• Tratar de comprar en negocios que están instalados debidamente y habilitados.
• Pedir el ticket o factura por si hay que hacer cambios, porque los productos nuevos tienen 6 meses de garantía, mientras que los usados tienen 3 meses.
• Revisar en qué condiciones están los juguetes o regalos antes de pagarlos
.• Abrir los regalos con un adulto, para verificar que se encuentran en perfectas condiciones.