La Tercera Cámara de Apelaciones desestimó el pedido de la Iglesia para que una demanda por daños derivados de una denuncia por violencia de género contra el Arzobispado de Mendoza sea llevada a la Justicia Federal.
Sucede que la institución se niega a ajustarse a las leyes argentinas ya que consideran que el caso debe ser juzgado bajo las normas de la Iglesia.
“Niego expresamente que el Arzobispado de Mendoza, por su condición de persona jurídica pública, tenga la obligación de cumplir y ajustar su estructura, organización y funcionamiento al Estado constitucional de derecho, al que estamos sometidos todos. Es persona jurídica pública no estatal, regida por su propio derecho, según el artículo 147 C.C.C.N; y al Acuerdo con la Santa Sede”, cita el expediente.
“Debido a que nosotros planteamos la inconstitucionalidad del Código de Derecho Canónico como la del Concordato de 1976 ellos consideraron que la demanda es materia federal”, explicó a Los Andes el abogado Carlos Lombardi.
“El error es ese, es decir, el objeto del pleito no es la inconstitucionalidad sino un reclamo por el daño que se le ocasionó a la víctima”, explicó el letrado.
En cuanto a la consulta de si alguna vez la Justicia argentina ha dado lugar a este tipo de argumentos, Lombardi explicó: “Afortunadamente no. Solo la Corte de Justicia de la Nación ha expresado que el Estado no puede meterse en asuntos que le competen a la Iglesia. Salvo que esos asuntos vulneren el orden público, como en este caso”.
De esta manera el expediente vuelve al juzgado de origen y continúa el trámite del juicio.
Violencia de género en modalidad institucional
En 2018 la víctima demandó al Arzobispado de Mendoza por violencia de género “en su modalidad institucional”, generada por la arquidiócesis luego de que ella denunciara a un diácono con el que mantuvo una relación de 15 años. El hombre llevaba una “doble vida”.
En una entrevista para diario Clarín, la mujer manifestó: “Fui a ver a un abogado, para que le pidiera al Arzobispado que lo echara. Pero lo que hicieron fueron mandarme curas a mi casa varias veces para que baje el pedido de investigación. También me citaron al Arzobispado, donde me maltrataron”.