Días atrás se conoció la noticia de que en el fondo del lago Mari Menuco, en la provincia de Neuquén, había encontrado la estatua de un minotauro que vigilaba estoico las aguas a pocos metros de la superficie. El hallazgo estuvo a cargo de un joven que se navegaba en kayak por la zona y al advertir una figura en el lecho del lago, decidió investigar hasta descubrir de qué se trataba.
Días después, el joven regresó con amigos y descubrió otra escultura pero esta vez se trataba de un enorme rostro con una inscripción. Dicho rostro también estaba en el fondo del lago y su presencia perturbó a los pobladores.
Sin embargo, los autores de ambas obras de arte se dieron a conocer y contaron las historias detrás de las creaciones. Los artistas no dieron a conocer sus identidades pero aseguraron que lo importantes son esas obras que hoy reposan en el Mari Menuco.
“Lo importante acá son las obras”, aseguraron y detallaron que son fanáticos del buceo. Todo nació a partir de la inspiración en otra escultura, la de Cantalicio Luna, que desde hace años está sumergida en el lago.
La idea de las esculturas
Según lo detalló LMNeuquén, los jóvenes revelaron que todo se originó en un almuerzo entre amigos: uno de los integrantes del grupo “armó en 3D y en un ratito, cómo debería ser la balsa para llevar las obras lago adentro. Esa fue la confirmación de que lo íbamos a hacer”. Como el proyecto debía ser antes del tercer fin de semana de febrero, una vez diseñada la balsa, los artistas debían definir qué escultura iban a sumergir.
“Cuando empezamos a debatir qué hacer, dijimos que debíamos partir los dos de una misma base y que cada uno le diera su enfoque”, contaron. “Llegué a casa a la noche, medio manija y con muchas ganas, y me puse a hacer un boceto. El dibujo inicial, me encantó”, recordó a dicho medio, pero en cuanto sacó cuentas del material que iba a utilizar, notó que iba a ser imposible de mover. Fue así que decidió transformar el diseño para que su peso no superara los 250 kilos.
A la hora de elegir la figura, uno de los artistas contó que pensó en un “ser sobrenatural que cuidara el fondo del agua y que, a la vez, fuera una motivación para que los grandes y chicos puedan bucear en la zona”.
En su taller había un maniquí: “Una vez que procesé la data y lo vi, me di cuenta que mi escultura iba a ser un minotauro”. Después de hablar con una amiga que pertenece a la comunidad mapuche, supo que esa figura podría ser el gen ko del Mari Menuco. “Cuando le conté de esta figura, me respondió con su cosmovisión y la historia de esta energía. No me quedaron dudas de que mi escultura sería ese minotauro”, puntualizó.
El momento de la inmersión
El primer fin de semana de febrero la cargaron a una camioneta y la llevaron hasta el Mari Menuco. “Fuimos exclusivamente a ver si flotaba y pasó la prueba”, aseguró uno de ellos y su compañero agregó que “Fue complejo. Tuvimos que conseguir todos los elementos, que fueron todos prestados, donados o chatarra que recuperamos y nos queríamos apurar para que estuviera listo en el día D”.
Dicho día D fue el 19 de ese mes, cuando los artistas y un grupo de colaboradores depositaron ambas esculturas en el fondo del lago: El minotauro sufrió al pérdida de parte de sus dos cuernos en el traslado, pero fuera de eso lo demás salió a la perfección.
“Están cerca de la escultura de Cantalicio Luna”, afirmaron, pero agregaron: “No vamos a dar más precisiones del lugar”.