Pasaron exactamente 65 días de cuarentena estricta, entre marzo y mayo, hasta que los mendocinos pudieron volver a reunirse con sus familiares no convivientes. Fue un gran alivio, ya que el temor a la pandemia sumado al distanciamiento con los seres queridos había comenzado a hacer mella. En esas épocas los contagios eran escasos e incluso algunos días no se registraban nuevos positivos.
Lamentablemente esta situación se revirtió con el paso de los meses. El avance del coronavirus recrudeció en Mendoza y actualmente los casos se cuentan en promedio de a 100 por día. Por esta razón, el gobierno provincial -en consonancia con lo que también planteó el nacional- decidió prohibir estos encuentros entre miembros de la misma familia, mientras sí continúan habilitadas otras actividades.
Según explicaron desde el ejecutivo provincial, lo que motivó esta decisión fue el relajamiento de las normas de cuidado que se impusieron para su concreción, sumado a la dificultad de control en un ámbito privado. Pero, además, se trata de una limitación que no afecta la actividad económica de la provincia, la cual se está intentando mantener con gran esfuerzo.
Sin números precisos
De todas formas, y a pesar de las consultas de este diario, no se compartieron datos numéricos que respalden la medida, tales como el porcentaje de contagios que se dieron en el ámbito de estas reuniones.
Los números que sí se mostraron durante la conferencia de prensa del gobernador Rodolfo Suárez el pasado lunes, estuvieron relacionados con las edades. Allí se evidenció que la mayor proporción de contagiados (78%) se da entre los 15 y 59 años. Mientras que entre los de 60 y más suman un 8%. Pero esta relación se invierte cuando se habla de letalidad.
La directora de Epidemiología de Mendoza, Andrea Falaschi, explicó que el porcentaje de infectados en reuniones familiares es difícil de sacar ya que durante las investigaciones epidemiológicas que realizan cuando hay un positivo, muchos suelen negar la asistencia a este tipo de encuentros.
Según su experiencia, las situaciones en las que más se han registrado estos contagios han sido en bautismos, reuniones del día del padre y sobre todo en cumpleaños. “Te dicen que fueron cinco o seis y después empiezan a saltar a los 15 días un montón de personas. Cuando empezamos a mirar, están relacionados porque tienen parentesco”, señaló la directora de Epidemiología.
A su vez reconoció es un ámbito difícil de controlar. “Es un ambiente privado y cerrado al que no se puede ingresar a inspeccionar y en donde se suele exceder el número de personas permitidas”, expuso. Pero además destacó que suelen relajarse los cuidados que se tienen en otros lugares. “Se sientan todos en una mesa y nunca es menos de 15 minutos, ni a más de dos metros, como debería”, observó Falaschi.
En tanto agregó que se comparten utensilios, tales como platos y ensaladeras, también botellas, entre otros. “Es complicado mantener las medidas de higiene y el distanciamiento en un ámbito de festejo”, agregó.
Igualmente reconoció que actualmente están apareciendo muchos contagios en otros ámbitos, como en el laboral. “Hay mucho movimiento en la calle y no hay cumplimiento de las medidas. Nos están llamando de varias empresas por positivos”, relató la funcionaria.
Lo que se viene
Pero a pesar de esta realidad se consideró más factible prohibir las reuniones familiares pensando en la economía. “Es lo que se puede limitar sin afectar las actividades productivas de Mendoza, porque la gente tiene que seguir viviendo”, expuso.
Con respecto al futuro de estos eventos, Falaschi aseguró que se va a ir evaluando de acuerdo a los datos epidemiológicos, que cambian semana a semana.
En tanto vislumbró como una posible alternativa las juntadas al aire libre. “Ahora en invierno se complica, pero es una de las opciones. Toda actividad que se haga al aire libre con espacios ventilados es menos riesgosa, pero siempre hay que evaluarlo con los datos de la provincia”, aclaró.
Caso testigo: estudiaron el contagio en una reunión familiar
Para ilustrar cómo es el contagio del Covid-19 en reuniones familiares, la cadena BBC (Londres) utilizó un caso testigo informado por el Departamento de Salud del condado de Catawba, en el centro oeste de Carolina del Norte (EE.UU.). Una cantidad no especificada de personas participaron de una reunión familiar sin usar tapabocas, ni respetar el distanciamiento físico.
De los que participaron, 14 dieron positivo por el virus. Sin embargo, antes de saber que estaban contagiados ni mostrar síntomas de la enfermedad, las personas continuaron con su vida diaria normal, por ejemplo, yendo a trabajar o de paseo a la playa con otras familias.
Esto se tradujo en una cadena de contactos de persona a persona que terminó con el contagio de Covid-19 en 41 individuos de nueve familias diferentes y ocho lugares de trabajo distintos.
Tal como se informó, los 14 que se contagiaron en la primera fase, infectaron a 18 en la segunda, ocho en una tercera y una en una cuarta etapa. Todo 16 días. Entre ellos hubo uno niño de 9 años que contagió a sus dos abuelos.
Amparo contra la prohibición
Si bien en Mendoza ya se había adelantado la posibilidad de prohibir las reuniones familiares, un decreto del gobierno nacional las limitó en todo el país. Luego de dos días de que saliera el DNU del presidente Alberto Fernández que lo establece, el abogado y docente universitario Alejandro Sarubbi Benítez interpuso en la Justicia una acción de amparo para solicitar que se declare la inconstitucionalidad del mismo.
Tal como publicó Infobae, en el escrito presentado a organismos judiciales, el letrado manifestó que las normas cuestionadas lesionan, restringen, alteran y amenazan con arbitrariedad e ilegalidad derechos y garantías claramente consagrados por la Constitución Nacional.
También agregó que, al restringir por decreto los derechos y garantías contenidos en la carta magna, el Poder Ejecutivo Nacional “no sólo se excede en sus facultades, sino que también abusa de su poder”.