Al sur de la provincia de Mendoza, ubicado en el distrito Cuadro Benegas, departamento San Rafael, a 38 km al oeste de la ciudad de San Rafael y a 240 km al sur de la ciudad de Mendoza, se encuentra el Complejo Minero Fabril San Rafael, perteneciente a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Aquí se extrajo y procesó mineral de uranio entre 1975 y 1997, año en que se suspenden las actividades debido al contexto internacional de precios. Posteriormente hasta la actualidad, se han desarrollado tareas de monitoreo, investigación y gestión ambiental. Los pasivos ambientales generados por esta actividad están siendo abordados con distintas estrategias, en tal sentido, se ha aprobado una primera fase de remediación que contempla el tratamiento de agua de canteras y de residuos sólidos de mineral de uranio.
Se han identificado mediante imágenes satelitales y trabajo de campo procesos de restauración pasiva en diversos sitios del complejo. La restauración pasiva es la recuperación natural de un ecosistema. Cuando los impactos de una actividad sobre un sitio natural y su entorno no han sido significativos, este puede recuperarse a partir de la sucesión ecológica, definida como los cambios progresivos en la composición de especies de una comunidad en el tiempo conforme esta evoluciona. En otros casos, los impactos ambientales generan limitantes para la recuperación, por lo cual es necesario intervenir directamente los ecosistemas con acciones de revegetalización y mejoras en el sustrato, lo que se conoce como restauración activa. El objetivo de la restauración ecológica es recuperar las condiciones previas a la generación de impactos o alcanzar un estado similar a un ecosistema natural de referencia.
Primeras acciones
A finales del año 2022 se realizó un muestreo en un sitio del Complejo con el objetivo de evaluar la restauración pasiva de la vegetación. El sitio está conformado por un dique de precipitados (obra minera donde se almacenan sólidos precipitados derivados del tratamiento del mineral) estabilizado en el año 2013 con material estéril de relleno (roca y arenisca sin mineralización). Para analizar la restauración de la vegetación se comparó la diversidad de especies y cobertura vegetal del sitio impactado con un sitio natural de referencia sin impactos de la actividad minera. La diversidad es la variedad y abundancia de especies en un lugar, mientras que, la cobertura vegetal es la porción de terreno ocupado por la vegetación. La vegetación es el componente que define la sucesión ecológica, por lo tanto, constituye un buen indicador de la salud de los ecosistemas.
Tiempo de restauración
Para comparar la diversidad se aplicó un índice ecológico que expresa la similitud entre sitios en porcentaje. Los resultados bajo distintos tratamientos de los datos arrojaron una similitud entre 31% y 48%. Valores por debajo de 50% son considerados de baja similitud, es decir, una restauración incompleta, mientras que, una similitud superior al 80% indica un proceso de restauración exitoso.
En zonas áridas y semiáridas, propias de la mayor parte de la provincia de Mendoza, la sucesión puede demandar decenas de años hasta alcanzar un nivel aceptable de similitud con respecto al ecosistema natural de referencia. Teniendo en cuenta que el sitio lleva nueve años de recuperación, deben seguir estudiándose estos procesos por períodos de tiempo más largos. Además, es necesario analizar la influencia de otras variables, como el sustrato y la variabilidad climática, en el proceso de restauración.
Dos especies exóticas
A diferencia de la diversidad, la cobertura vegetal muestra resultados similares, 44% para el sitio en estudio y 43% para el sitio natural de referencia. La cobertura está influenciada por la presencia de dos especies exóticas (introducidas al ecosistema por el ser humano): aguaribay y tamarisco. Estas especies de árboles, muy distribuidas en la provincia, se hallan colindantes al sitio, tamarisco al norte y este conformando dos pequeños bosques, mientras que el aguaribay se halla en los caminos internos del establecimiento. Se hallaron especies nativas (pertenecientes a un ecosistema por naturaleza) creciendo bajo la sombra de ejemplares de aguaribay. Se abren nuevos interrogantes acerca de la influencia de estas especies sobre especies nativas y sobre los beneficios ambientales que aportan al sitio.
Monitoreo de impactos [GA9]
Para concluir, hay que resaltar la importancia del seguimiento en el tiempo de estos sitios, ya que aporta información sobre aquellas especies de vegetación que se establecen primero, aquellas que lo hacen de manera tardía, cuáles son las más abundantes y dominan cada etapa de la sucesión, cuáles se hallan con menor frecuencia y qué variables intervienen en estos procesos, favoreciendo la elaboración de planes de manejo eficientes para aquellos sitios que requieran restauración activa. Además, la comprensión de la sucesión en nuestros ecosistemas es de vital importancia para evaluar la resiliencia ecológica, es decir, la capacidad de un ecosistema de absorber impactos sin modificar sustancialmente su estructura y procesos internos.
En alineación con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) en cuanto a velar por la conservación, restablecimiento y uso sostenible de los ecosistemas y con los compromisos ambientales y responsabilidad social de la Comisión Nacional de Energía Atómica, se continúan estudiando procesos de restauración pasiva y alternativas de remediación ambiental en el Complejo Minero Fabril San Rafael – Sitio Sierra Pintada.
*El autor es licenciado en Gestión Ambiental - International Center for Earth Sciences – Comisión Nacional de Energía Atómica (ICES-CNEA)
Producción y edición: Miguel Títiro - mtitiro@losandes.com.ar