“El tráfico de fauna silvestre es el cuarto mercado ilegal con más actividad en el mundo, después del tráfico de drogas, de la trata de personas y del tráfico de armas”. La frase, ya repetida en incontables oportunidades en forma de advertencia –y que suele ir acompañada de acciones que evidencian preocupación y ocupación en la temática- pertenece esta vez a la coordinadora del Proyecto Cardenal Amarillo de la Fundación Temaiken, Alicia De la Colina.
El contexto en que la enuncia –ya por enésima vez-, en tanto, no es ajeno a la problemática. Porque en lo que va del año, la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial de Mendoza ya lleva rescatados y liberados 20 ejemplares de cardenales amarillos. Todos han sido reinsertados en territorio provincial, una de las zonas donde habita esta especie, y tras varios meses de rehabilitación en el Centro de Rescate de Fauna Silvestre de YPF.
Y es que, tristemente, el cardenal amarillo es una de las especies preferidas por los traficantes de fauna. Además, se trata de una especie que se encuentra en peligro de extinción.
“De acuerdo al Ministerio de Ambiente de Nación, existen varias razones detrás de la captura y la venta en el mercado negro de los cardenales amarillos. Y es que no solo se destinan a la venta a mercados de Asia y Europa (donde son muy codiciados), sino que también hay un mercado interno”, acotó De la Colina, quien es –además- doctora en Biología.
“Tenemos la mala costumbre de querer tener el pajarito en la jaula, es como que está muy arraigada la costumbre de, con la idea de recordar el campo y la infancia, hay que tener sí o sí al pajarito al lado de nosotros”, lamentó la referente.
En el caso de la veintena de cardenales amarillos que han sido rehabilitados y reinsertados en Mendoza en lo que va de 2023, precisamente se trata de ejemplares que fueron rescatados de diferentes operativos de tráfico ilegal de fauna. Así lo confirmó el secretario de Ambiente y Ordenamiento Territorial, Humberto Mingorance, quien resaltó que la totalidad de las aves fueron recuperadas durante los últimos meses y en operativos donde participaron –también- la Policía Rural, el Iscamen y Gendarmería Nacional.
“Los ejemplares machos suelen ser capturados para su venta ilegal. Estas aves son víctimas de la pérdida de su ambiente también”, detalló a su turno el director de Recursos Naturales Renovables, Sebastián Melchor.
IMPORTANCIA ECOSISTÉMICA
Mendoza es una de las regiones en las que habita de manera natural el cardenal amarillo. Esto convierte a la provincia, además, en un foco con mucha actividad en lo que hace a operativos para dar con traficantes de estas especies, quienes intentan –en muchas oportunidades- hasta retirarlos del país vía terrestre, y siempre ocultos.
“En Argentina hay mucho tráfico, lamentablemente se trabaja mucho proveyendo ejemplares protegidos al mercado negro. El rol de las aves como el cardenal amarillo, así como el de cualquier especie, tiene que ver con toda la biodiversidad en su conjunto. Porque es ello lo que nos garantiza la calidad de vida, todos los servicios ecosistémicos, desde alimentación hasta regulación del clima. La biodiversidad se logra con todos sus actores y, si faltan piezas, hay desequilibrio. Y cualquier desequilibrio trae problemas”, explicó De la Colina.
Al igual que muchas de las aves, el cardenal amarillo se alimenta de insectos, al tiempo que diseminan semillas y estructuran paisajes, según explica la doctora en biología, responsable del proyecto Cardenal amarillo en la Fundación Temaiken.
“De repente, si hay una ausencia de abejas, falta la polinización. Sin polinización, no hay harina de trigo, y te quedás sin alimentos. Lo mismo ocurre con las frutas. Todo actor, animal o vegetal, tiene un rol clave en el ecosistema. Si hay un desequilibrio, pagamos nosotros los platos rotos”, ejemplificó la referente.
La problemática del tráfico ilegal de fauna en Argentina involucra a más de 135 especies, de las cuales más de 100 son aves (aquí hay una fuerte presencia justamente del cardenal amarillo, de los pepiteros y los tucanes), cerca de 20 son mamíferos (monos y felinos, los más involucrados) y las restantes son reptiles (las tortugas son las principales víctimas).
REHABILITACIÓN Y REINSERCIÓN
No todos los ejemplares que logran ser rescatados del tráfico ilegal se encuentran en las mismas condiciones, y muchas veces éstas no son las óptimas para que puedan regresar a su hábitat y ser reinsertados con normalidad. De hecho, en términos generales, de entre 8 o 9 ejemplares de la fauna que son rescatados, solo uno puede lograr reinsertarse con normalidad a su hábitat.
“Con el cardenal amarillo, justamente al tratarse de una especie en peligro de extinción y que se vende a precios muy altos, hay una eficiencia mayor. Y podemos decir que alrededor de 70% de los ejemplares rescatados se logra reinsertar”, destacó la referente de la Fundación Temaiken.
El detalle es que, al tratarse de un circuito clandestino, hay ocasiones en que los ejemplares son transportados en condiciones deplorables (sin espacio o sin la posibilidad de respirar, por ejemplo), lo que determina que su estado sea muy malo cuando se los rescata.
“Las patologías y lesiones, producto del cautiverio al que fueron sometidas las aves, pueden demandar muchos meses hasta que se recuperan físicamente, y algunos –lamentablemente- no lo logran”, acotó a su turno el jefe del departamento de Fauna Silvestre de Mendoza, Adrián Gorrindo.
Dependiendo del estado en que sea rescatado el ejemplar, será el tiempo que demande su rehabilitación completa antes de estar lista para la reinserción. Cualquier animal que haya sido rescatado, según explica De la Colina, precisa de una cuarentena estricta que puede extenderse –generalmente- durante 30 o 60 días. Claro que hay especies, como las tortugas, que pueden demandar hasta 6 meses de cuarentena, dado que todo su metabolismo es más lento.
En el caso de los 20 ejemplares de cardenal amarillo que ya fueron rescatados y reinsertados recientemente en Mendoza, durante la cuarentena que cumplieron se evaluó el estado de salud por medio de exámenes clínicos, análisis de sangre y exámenes coproparasitológicos. Además de los controles médicos, se identificó a cada ejemplar con anillos especiales, lo que permitirá llevar un control individualizado de cada uno de ellos y un posterior seguimiento.
Una vez superada la etapa sanitaria, las aves pasaron a una etapa de musculación, en jaulones de vuelo donde recuperaron su peso y volvieron a desarrollar fuerza en el vuelo. Esto último debido a que, por el encierro -y mientras los cardenales amarillos permanecen cautivos por los traficantes-, sus músculos se debilitan y no les permiten volar de forma sostenida para desempeñarse en la naturaleza. A ello se suma la mala alimentación que reciben, lo que suele derivar en sobrepeso.
“Todo animal que es rescatado tiene un período de cuarentena, un chequeo médico y una recuperación comportamental. Esto último es para que vuelva a expresar todo su comportamiento habitual. Con las aves es más sencillo, ya que se busca que puedan responder y reaccionar a predadores. En el caso del cardenal amarillo, hay un ensayo que nos permite comprobar si el animal responde a predadores y se asegura que sepa huir de ellos cuando vuelva a la naturaleza”, destacó De la Colina. Y agregó que a los ejemplares como los que ya fueron liberados en Mendoza se les hacen análisis genéticos para conocer cuál es su zona de incidencia y reinsertarlos en su lugar o, al menos, en uno acorde a esas condiciones.
“Cumplida estas tres etapas -sanitaria, física y comportamental-, se buscó un área de reinserción donde esté presente la especie y que posea sitios de alimentación y acceso seguro al agua mediante la aplicación de rampas de rescate en los sistemas de reservorios de agua a fin de ayudar a evitar el ahogamiento de fauna silvestre. Estas rampas permiten que los animales tomen agua y no corran peligro de ahogarse”, siguió, por su parte, Gorrindo, de Fauna Silvestre.
Melchor, por su parte, explicó que reinsertar en su hábitat a los ejemplares rescatados y rehabilitados no es tarea fácil e implica un proceso del que intervienen el Departamento de Fauna, el Ecoparque de Mendoza, el Centro de Rescate de Fauna Silvestre de YPF y las fundaciones S.O.S Acción Salvaje, Aves Argentinas, Temaiken y Cullunche, entre otras.
SANCIONES Y CÓMO DENUNCIAR
Según indicaron desde el Departamento de Fauna Silvestre, el compromiso ciudadano es cada vez mayor con esta problemática y cada vez son más las personas que colaboran dando aviso de tenencias de aves en domicilios particulares de manera ilegal.
Quienes cuenten con información sobre ejemplares de fauna silvestre heridos o quieran denunciar casos de tráfico, caza o tenencia ilegal pueden hacerlo vía web en www.ambiente.mendoza.gov.ar, o vía mail a fauna-drnr@mendoza.gov.ar
También están habilitados los teléfonos de Dirección de Recursos Naturales Renovables – (0261) 4252090 y 4257065, interno 3411, de lunes a viernes, de 8 a 13-, el 911 (Policía de Seguridad Rural de Mendoza) y el (0261) 4815989 y 4815900 (Base Policía Rural).
