El intendente de la Ciudad de Mendoza, Ulpiano Suárez, anunció en el programa Agenda Los Andes que en su segunda gestión va a remodelar La Alameda, el tradicional paseo de la calle San Martín, para que se convierta en el “centro comercial a cielo abierto más lindo del país”.
Atrás quedó la remodelación olvidable que realizó el ex intendente Raúl Vicchi y los intentos truncos de otro ex intendente, Víctor Fayad, de lograr que se convirtiera en una suerte de San Telmo.
Suárez señaló que van a “trabajar para que sea el centro comercial más lindo del país a partir del rescate y la preservación de la importancia que tiene el lugar histórico, cultural, patrimonial. Va a ser un trabajo articulado con la CAME, con la Federación Económica de Mendoza y con la Cámara de Comercio de la Ciudad. Ya hemos concluido una etapa de trabajo con un claro diagnóstico de cuál es la situación hoy de la Alameda sobre la idea fuerza para consolidarla como un centro comercial a cielo abierto, potenciando el paseo en sí y lo que ya tiene”.
El intendente de la Ciudad dejó claro que “hoy hay una mixtura de actividades y de rubros que hacen que no tenga identidad. Mucha gente que ha visitado otras ciudades me dice la Alameda debería ser como San Telmo, o tal cosa. La Alameda va a ser lo que en conjunto definamos que tenga que ser”, finalizó Suárez.
La historia y el General San Martín
A pedido de los vecinos, los alcaldes comenzaron a gestionar en 1806 un paseo que luego se llamará “La Alameda” situado a un costado de la calle principal, la actual avenida San Martín –hasta la década de 1880 llamada San Nicolás.
El 13 de agosto de 1808, nació oficialmente “La Alameda” como paseo, al ser aprobada su construcción por el Cabildo. El mismo tuvo una extensión original de seis cuadras y se construyó con la ayuda de los vecinos, para esto se tomó como modelo el Paseo del Tajamar, de Santiago de Chile. Por iniciativa del español Juan Francisco Cobo se plantaron allí álamos, introducidos por él a la provincia.
Durante la gobernación intendencia del General José de San Martín en 1814, la Alameda fue embellecida y extendida a sus 7 cuadras actuales, convirtiéndose en un verdadero paseo público con una doble hilera de álamos, un rosedal y asientos de cada lado, generando un nuevo ámbito social separado de la plaza fundacional. Se dice que la costumbre de pasear por la Alameda la iniciaron el mismo San Martín y su esposa, Remedios Escalada.
Hacia 1825, algunos viajeros dieron sus impresiones sobre la tranquilidad de la ciudad y algunas costumbres de sus habitantes, como dormir la siesta, tomar postres de nieve (helado) mientras paseaban por la Alameda y bañarse en el Tajamar (un antiguo canal de riego que hoy corre entubado debajo de este paseo).
Hacia 1911, debido a su mal estado vegetativo, los álamos originales que le dieron su nombre fueron remplazados por tipas blancas y acacias visco que hoy luce el paseo.