Recuperadores urbanos y un llamado a la concientización para facilitar su tarea

La Cooperativa de Recuperadores de Mendoza (Coreme) insistió a la población en la necesidad de realizar la separación domiciliaria en origen. El galpón funciona en Ciudad y trabajan 25 operarios. Cómo lograr hábitos en casa.

Recuperadores urbanos y un llamado a la concientización para facilitar su tarea
Celeste Alam, Coreme.

Un llamado a la comunidad para que exista una mayor concientización respecto de la separación de residuos en los domicilios, efectuó la Cooperativa de Recuperadores Urbanos de Mendoza (Coreme) a través de su presidenta, Celeste Alam.

La trabajadora (que en 2022 obtuvo un importante premio por un proyecto para fabricar juegos a partir del material reciclable de la basura) enfatizó, en diálogo con Los Andes, que los antiguamente denominados “cartoneros, cirujas o basureros”, al formar una cooperativa formal, obtuvieron una mejoría en el trabajo y hoy son reconocidos como un eslabón más de la cadena laboral, además de pieza clave en el cuidado del medio ambiente.

En ese sentido, reiteró la necesidad imperiosa de que los domicilios de todo el territorio de Mendoza comiencen a separar la basura en origen, es decir, en sus propios domicilios.

“Esto se puede realizar con costumbres y hábitos muy sencillos y fáciles de aplicar, no es necesario comprar bolsas de distintos colores sino más bien organizarse en el hogar”, destacó.

Es decir, aclaró que en cada domicilio se debería efectuar la primera clasificación entre desechos destinados a reciclaje y los que no. “Es la primera etapa en toda gestión integral sin la cual no es posible lograr un sistema de reciclado eficiente”, aclaró, para agregar que los recuperadores obtienen para comercializar vidrio, plástico, cartón y metal.

Coreme atravesó momentos difíciles tiempo atrás, cuando la planta donde funcionaban, en Las Heras, fue clausurada y numerosos operarios quedaron en la calle, subsistiendo de manera informal y, muchos de ellos, buscando elementos para vender en forma particular.

“Fue caótico, desesperante. Hasta que el intendente de Ciudad, Ulpiano Suárez, logró rescatar a muchos de los trabajadores y nos cedió un galpón que es donde hoy trabajamos recibiendo, separando y reciclando. Se encuentra en cercanías de La Favorita, en Capital y formamos un equipo muy lindo”, reflexionó Alam, para insistir en agradecer a Suárez el haberlos “socorrido” para continuar la labor después de seis meses de padecimientos.

Este cambio, dijo, fue favorable en todo sentido, especialmente en las condiciones de trabajo. “Hoy nos asisten con insumos que antes debíamos costear nosotros”, indicó la referente, para señalar que de un total de 45 operarios hoy quedan 25 en actividad, en ese galpón.

“Creo que lo más importante para decirle a la población es que la basura es nuestra fuente laboral y que nuestro trabajo y nuestro tiempo depende de la separación en origen que hacen los mendocinos. No importa dónde, nosotros trabajamos en Ciudad, pero todos los compañeros merecen recibir los desperdicios en las mejores condiciones y si es posible debidamente separados”, reiteró.

En ese sentido, manifestó la necesidad de que los centros médicos, clínicas, hospitales, geriátricos y casas particulares donde existen residuos sanitarios realicen un adecuado tratamiento y no los mezclen con el resto de la basura.

“Sabemos que hay multas, pero no todos lo cumplen. El material patológico es muy peligroso y eso no debe ir totalmente separado y rotulado”, expresó Alam, que desarrolla esta actividad desde que era niña.

Las botellas ya sean de vidrio o plástico, los metales, cartones, papeles y latas son elementos preciados para este sector de trabajadores que se desempeña en los galpones entre las 8.30 y las 18.

“Trabajamos alrededor de 9 o 10 horas diarias, de lunes a viernes y el valor estimativo que obtenemos es de 42 mil pesos semanales”, indicó. Esto suma menos de 170 mil pesos al mes.

Celeste Alam aclaró que el color de la bolsa no es lo más importante, aunque sí es indispensable que cada una tenga separados los desechos para facilitar y optimizar el trabajo de muchísima gente. Cada vez más debido a la pobreza y el desempleo reinante, dijo.

Los operarios se desempeñan de mañana y de tarde para esperar los distintos camiones provenientes de las diferentes áreas. Algunos de estos vehículos llegan con basura preclasificada, hecho que mejora la distribución y administración.

Los galpones de Coreme situados en Ciudad.
Los galpones de Coreme situados en Ciudad.

Para lograr que la cadena funcione cada vez mejor, sostuvo Alam, es clave que exista cada vez más educación y concientización en cuanto a la separación.

Taller de reciclado para mujeres

Alam sostuvo que sigue vigente el taller destinado a mujeres sobre reciclado. En estos talleres un grupo de trabajadoras transforma residuos en juegos didácticos y juguetes que luego se comercializan. “Hacemos productos que son útiles para la vida cotidiana, como accesorios para bebés, mochilas, pañaleras. Todo esto es un plus para nuestros ingresos, ya que en muchos casos se venden en las ferias”, dijo.

Celeste tiene 44 años y conoce al detalle el mundo de los desechos. Fue reconocida en 2022 con el Premio Fundación Avon, que reconoce y apoya económicamente a 5 proyectos liderados por mujeres que transforman las vidas de otras personas.

El proyecto de Celeste no solo ganó, sino que se sigue prolongando en el tiempo. Pocos días atrás ganaron otro premio de la municipalidad de Ciudad y el dinero se invirtió en máquinas de coser. Se denomina “Recicladoras: transformando el ambiente y la economía” y funciona desde 2020 con mujeres que convierten el material desechable en utilizable para armar objetos y juegos que luego comercializan.

Este espacio en el que las mujeres se desempeñan en medio de los residuos representa también un lugar de ayuda y contención frente a temáticas difíciles, como la salud sexual y reproductiva y la violencia de género.

Celeste y sus hermanos sobrevivieron gracias a lo que obtenían de los residuos en el basural a cielo abierto de El Borbollón, denominado “Quemadero”. Siempre trabajó en Las Heras hasta que la planta fue clausurada y fue absorbida por el municipio de Ciudad.

Aunque es presidenta de Coreme, su contacto con la basura es cotidiano y asegura que, cuando debe realizar otra actividad dentro de la planta, extraña la adrenalina que le produce la cinta. Por eso, tiempo atrás, apenas ganó el premio se definió como “recuperadora de cuna”. “Hoy sigo repitiendo esa misma definición. Es lo que soy y a mucha honra”, concluyó Celeste, que es mamá de Juan, Rodrigo, Miguel y Uriel y abuela de dos nietas.

Seguí leyendo

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA