Tras 100 días de incertidumbre y nulos ingresos, los hoteles alojamiento reabrieron sus puertas en San Juan para la privacidad de las parejas. Si bien como en otras actividades respetan un estricto protocolo sanitario, en el sector ya lo aplicaban hace tiempo. Mientras, en Mendoza, la situación de los albergues es incierta.
Marcos Noguera, gerente del hotel “No sé”, ubicado en la ciudad de San Juan, contó a Los Andes que intensificaron la limpieza y la desinfección para recibir a los clientes, tal como pidieron las autoridades sanjuaninas. “Estamos acostumbrados a lidiar con eso. Es parte de nuestro trabajo. Siempre tuvimos protocolos de limpieza más fuertes que los hoteles convencionales”, recordó.
La reapertura en “No sé” se dio este 1° de julio, aunque todavía hubo escasa cantidad de huéspedes. Para que la actividad retomara, los propietarios tuvieron que colocar alfombras de sanitización en los ingresos, así como asegurar la presencia de alcohol en gel y la falta de contacto entre los visitantes y los empleados.
Las parejas -por ahora se permiten dos personas por habitación- deben ingresar a cada cochera y dirigirse directamente al cuarto asignado. Si bien el albergue “No sé” puede atender las 24 horas, hay un límite estipulado para el encuentro sexual: dos horas de alojamiento en la habitación. Luego, los efectores de limpieza desinfectan con amonio cuaternario cada rincón, incluyendo camas, mesas, sillas, paredes, sofá y demás elementos. También se respeta una ventilación obligatoria de una hora al culminar un turno.
Para quienes quieran acudir a los hoteles alojamiento en San Juan, no es necesario que hagan reserva previa. “El cliente y nuestro personal están totalmente seguros. La cobranza, incluso, es por ventanilla a ciegas. No hay espacios comunes y la higiene es constante”, destacó Noguera.
El encargado del hotel alojamiento se mostró esperanzado en que, con la llegada del fin de semana, más parejas puedan acercarse para restablecer la intimidad perdida en casa durante la cuarentena. Los precios por habitación se mantienen en un rango que va de los $700 a $1.200.
El alivio por la reapertura es para los 12 trabajadores del lugar, después de tres meses de preocupación por sus fuentes laborales. Se estima que en toda la provincia vecina, hay 45 albergues transitorios, de los que se benefician indirectamente unas 500 familias, según el gerente de “No sé”.
Mientras tanto, en Mendoza, los dueños de los “telos” aguardan por la habilitación del Gobierno. En mayo, la Asociación de Albergues Transitorios de Mendoza (AATM) elevó a las autoridades municipales y provinciales la carta de reapertura, adjuntando el protocolo a respetar. No obstante, la seguidilla de casos de coronavirus durante junio (68 positivos, récord en lo que va de la pandemia) puso en stand by muchas de las opciones a flexibilizar.
El protocolo, realizado por la Federación Argentina de Alojamientos por Hora (Fadaph) y al que adhirieron las asociaciones de cada jurisdicción, establece pautas similares a las aprobadas en San Juan. Sin embargo, el registro de personas es uno de los obstáculos: en caso de que una persona diera positivo, actualmente no hay declaración jurada sobre con quién asistió al hotel alojamiento para aislar y testear en un eventual contagio.
Algunas indicaciones del protocolo sanitario para albergues transitorios:
- Sanitización en la entrada a las habitaciones con cloro.
- Cuando finaliza cada periodo, que cada cliente tenga una bolsa de residuos con sábanas. Ésta se fumiga por fuera y por dentro, y va directo al lavadero.
- Ventilación en cada habitación sostenida por media hora.
- Venta y reserva digital, ninguna por cartilla.
- Equipo de protección para los empleados y separadores en mostrador.
- En el caso de Mendoza, si así lo requirieran las autoridades, que la reserva la realice la persona con el DNI habilitado según el día de la semana.