En países que ya han superado situaciones críticas de Covid-19 se habla del rol esencial que cumplen los “rastreadores” en el marco de la transición hacia la nueva normalidad.
Se trata de equipos que salen a la búsqueda de posibles positivos, contactos estrechos de aquellos que ya han sido confirmados.
Los rastreadores de Atención Primaria son considerados una pieza clave para la detección precoz de la enfermedad y el control de la transmisión, en particular en lo que llaman “pos pandemia”.
La estrategia permite un diagnóstico temprano para evitar la transmisión en periodo asintomático o con escasa sintomatología, pero que aún así contagian.
Para el gobierno local, cuentan con ventaja en este sentido y así lo han señalado, aunque no los llamen de ese modo.
Creen que la estructura sanitaria que cuenta con abordaje territorial a través de los centros de salud les está permitiendo un seguimiento en terreno.
Es lo que en los partes diarios del Ministerio de Salud local, aparece como Operativo en los Barrios, que realizan coordinadores sanitarios, de los cuales hay uno por departamento, es decir 18.
Son quienes coordinan los centros de salud de cada municipio y arman brigadas a medida que surgen positivos. Así, cuando esto sucede, hacen un abordaje en el barrio o la zona, yendo casa por casa en busca de sintomáticos sobre los cuales se realiza un informe y seguimiento.
También puede tomarse la decisión de abordar un barrio al azar, para constatar si hay circulación comunitaria para lo que se apela al testeo rápido.
Quienes conforman las brigadas son los trabajadores de todos los centros de salud y este trabajo se hace diariamente. Se llega aproximadamente a unas 3 mil personas por semana y con este procedimiento ya se ha alcanzado a unas 27 mil personas.
Experiencia catalana
En España, por dar un ejemplo, han puesto en valor la importancia de este trabajo tras haber superado lo más crítico de la pandemia pero ante una situación de rebrote.
Un caso es el de Catalunya donde hay 120 ‘rastreadores’, encargados de localizar y hacer seguimiento de los contactos estrechos de personas infectadas. Trabajan repartidos en tres turnos de 40 personas para cubrir las franjas horarias de mañana, tarde y fin de semana. Sin embargo, las autoridades consideran insuficiente este número. La epidemióloga del Hospital Vall d’Hebron, Magda Campins, o el científico Alex Arenas, han señalado que Catalunya necesitaría unos 2.000 rastreadores para poder hacer la trazabilidad de todos los contagios.
Lo que hacen es un seguimiento de los movimientos que hizo un caso positivo los días previos a la detección para saber con quién ha estado.
Lo hacen a través de llamadas telefónicas para saber si han presentado síntomas y se los aísla por 14 días. Esto ya se hace en Mendoza a través de un call center.