Una invasión de cartelería en la vía pública, con una composición gráfica en la que abundan los colores llamativos y las tipografías vistosas. “Festival Palau” se lee, a modo de título. Y a ese título lo acompañan los rostros de distintos artistas -con sus nombres-, entre quienes sobresalen Rodrigo Tapari y Manuel Wirtz.
Una de las caras que se ve -y sobresale- en los afiches, y que también tienen su versión en forma de cartelería móvil enganchada a los tráilers de camionetas, es la de Andrew Palau, quien figura con su nombre castellanizado, “Andrés”.
“Andrew o Andrés, de las dos formas está bien, porque es el mismo nombre”, aclara Palau a Los Andes y en una entrevista en la que siempre se muestra amable, simpático y hasta risueño. Al igual que su padre, el popular y ya fallecido Luis Palau, Andrés es pastor evangélico y predicador. Y el viernes 22 y sábado 23 de noviembre, este hombre de 58 años, nacido en Cali (Colombia) -aunque habla muy poco español- y radicado en Oregón (Estados Unidos) encabezará su propio festival en el Parado Gaucho del Parque San Martín.
Será 19 años después del recordado “Luis Palau Festival 05″, que trajo su padre a Mendoza en 2005 y que convocó a más de 130.000 personas en los Portones del Parque. De hecho, este emblemático monumento mendocino fue cerrado en aquella oportunidad para que los asistentes escucharan cantar y bailaran con artistas como “El Puma” Rodríguez, además de “recibir la palabra” de Palau padre.
“Es un evento para el que se han unido las casi 300 iglesias evangélicas de Mendoza, pero no es solamente para evangelistas. Es abierto para quien quiera ir y disfrutar, sin importar la religión”, aclara Andrés Palau, despojándose de ese mote de “sectas” con que muchas veces suele vincularse a las iglesias evangélicas.
La masividad en el alcance de su palabra y las multitudes que mueve y convoca en los 8 festivales que organiza cada año (en Estados Unidos, en América Latina, en Asia y en África) lo han llevado a posicionarse como una figura atractiva en el mundo de la política.
Sobre todo si se compara la exposición que tiene su rostro en los afiches en las calles, comparable -e, incluso, superior en ocasiones- a la de algunos candidatos.
“Una vez, cuando estaba terminando uno de los festivales en Estados Unidos, se me acercó el alcalde y me pidió que me fuese a trabajar con él, que necesitaba alguien como yo”, rememora sobre una de aquellas tantas propuestas.
“Le contesté que, si llegaba a decirle que sí, mi papá me iba a matar. ‘¡Y también me vas a matar vos!’, le dije”, completa la anécdota, entre risas. Y. para cerrar la idea, aclara que nunca siquiera se le cruzó por la cabeza incursionar en política. “Esta es la pasión de mi vida, y la seguiré”, concluye.
El financiamiento de las iglesias evangélicas, su opinión sobre la mirada oscurantista que ofrece de los pastores e iglesias la serie “El Reino”, las diferencias con el catolicismo y hasta la opinión sobre temas sensibles como el matrimonio igualitario y la interrupción del embarazo son algunos de las temas sobre los que Palau se animó a responder (o, tal vez, no) en esta charla.
Y también recordó sus años como “salidor compulsivo” y oveja descarriada.
TOLERANCIA, PREJUICIOS Y “EL REINO”
Si bien el Festival Palau propiamente dicho es el próximo viernes y sábado, el pastor Andrés Palau, su esposa Wendy -quien la acompaña en el escenario con la prédica evangélica- y todo el staff están en Mendoza hace ya varios días. De hecho, han participado de distintos actos protocolares y eventos solidarios.
Nacido en Colombia, de padre argentino y madre estadounidense, Andrés Palau siempre ha vivido en Oregón, tierra natal de su madre. Como el describe, hace 31 años -durante un festival de su padre, en Jamaica- “aceptó a Jesús” y, desde entonces, comenzó con la prédica. Pero recién hace 15 años se inició en los festivales con él a la cabeza-
En 2005, cuando su padre Luis Palau revolucionó Mendoza con su visita, Andrés no pudo venir, ya que estaba organizando ediciones en otros países. Por lo que esta es su primera vez en Mendoza.
“En ese festival hubo un gran impacto. Hoy me encuentro con líderes y personas que hablan de ese encuentro como algo extraordinario. En el evento del lanzamiento del festival y estando con casi 800 pastores, me contaban lo que fue esa transformación en Mendoza″, agrega.
Según describe Andrés Palau, la convivencia de los evangelistas con otras religiones es tranquila, pacífica y donde prima la tolerancia. Esta semana, durante una actividad social en la cárcel de Almafuerte, compartieron el espacio con el párroco católico del servicio penitenciario, y fue con armonía.
“Tenemos libertad dentro de las iglesias evangelistas, no hay una organización mundial que las dirija. Simplemente nos caracterizamos por tomar en serio la biblia, amar a Jesús, seguirlo y caminar en obediencia”, describe.
Consultado sobre las principales diferencias entre los católicos y los evangelistas, desde su punto de vista, Palau prefiere mantenerse en su rol conciliador y no ahondar.
“Como evangelista invitado por las iglesias locales, no me corresponde a mí hablar de ello. Seguramente hay diferencias en algunas creencias, pero quizás es una pregunta para hacerle al comité que me invita. Y también hacerle esa pregunta a los líderes católicos”, destaca.
Aunque, casi en el acto, enumera que ambas religiones tienen muchos factores en común, como por ejemplo la misma biblia.
Otro tema sobre el que Palau prefiere mantenerse sus pies en el terreno de la tolerancia y no cruzarse de vereda es el de los prejuicios. Hace unos años, la exitosa serie argentina “El Reino” -disponible en Netflix- mostró desde una óptica oscura un mundillo de corrupción, poder y codicia en torno a un pastor evangélico que llega a ser presidente de la Nación.
La ficción no cayó nada bien entre muchos evangelistas, a tal punto de que el pastor mendocino Héctor Bonarrico” -ex legislador provincial- llamó públicamente a los fieles a darse de baja de la plataforma de streaming como forma de protesta.
Por un lado, Palau aclara que no ha “tenido el placer” de conocer a Bonarrico. Pero prefiere diferenciarse del llamado al apagón masivo de Netflix.
“La mayoría de la gente tiene sentido común y puede diferenciar qué es ficción y qué es realidad. Pero no hace falta un show de televisión para saber que hay quienes dicen ser personas de Jesús y han hecho mucho mal en su nombre”, aclara sobre ese manto de sospechas que se tiende en ocasiones.
BOOM DE IGLESIAS EVANGÉLICAS
De acuerdo a las estadísticas de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera), para 2019 en el país hay más de 25.000 templos en todo el país, que nuclean a más de 6.500.000 fieles. En Mendoza, en tanto, son más de 400.000 los fieles que asisten a las 1.100 iglesias.
Los evangelistas están entre las religiones que más han crecido en la región en los últimos años. ¡Y ni hablar del fenómeno en Brasil, foco de las iglesias evangelistas en América!
“Si uno mira a todo el mundo, puede ver un gran crecimiento en las iglesias evangélicas protestantes. A veces, muchos curas y amigos católicos me preguntan por qué crecen tanto las iglesias evangélicas y qué hacen para ‘llevarse’ a muchos jóvenes”, se sincera Palau.
Y aunque, aclara, no tiene una respuesta certera frente a este interrogante, cree que se debe a lo “auténtico que encuentran los Jóvenes en su camino”.
“Cuando uno es transformado por la palabra de Dios, quiere contárselo al mundo”, refuerza.
De hecho, el propio Andrés Palau reconstruye cómo fue el momento en que el encontró su camino, como él lo define. Antes de conocer a Wendy y formar su familia
“Hasta los 17 años yo era un salidor compulsivo. Tenía un trabajo y me estaba yendo relativamente bien. Pero no traía ningún aporte a la sociedad. En la antigua vida yo tenía relaciones con personas de quienes me aproveché y estafé. Y pensé que nunca me iba a poder casar a la manera de Dios, pensaba que había destruido mi vida en esta área. Porque mis hábitos y mis malos comportamientos eran un patrón que no podía romper”, rememora sobre sus años de oveja descarriada.
FINANCIAMIENTO Y DIEZMO
El financiamiento y sustento de las iglesias evangélicas siempre han sido un tema frecuente de conversación y discusión, principalmente entre quienes son ajenos a esta religión.
No solo en los evangelistas, sino en otras tantas religiones, el sustento se basa en el diezmo, que es la donación de la décima parte de nuestro ingreso a la iglesia.
“Todo el sostén de la iglesia viene de sus fieles. No se recibe de ningún impuesto, y el diezmo es absolutamente voluntario. Además, la biblia nos manda a dar con alegría”, destaca Palau, quien aclara que esos fondos se destinan a los gastos inherentes a lo que es el lugar, la obra y lo que hacen los pastores.
No obstante, Palau aclara que no se exige obligatoria ni indispensablemente ese 10% de los ingresos.
“Creo que el mejor ejemplo es el que nos enseña Jesús de aquella viuda pobre, que no tenía nada, y dio lo poquito que tenía en ese momento. Y él la honró por encima de todos los que dieron fortunas y más fortunas”, ejemplifica.
NO SABE, NO CONTESTA
Hay algunos temas sobre los que Andrés Palau prefiere no dar su opinión -favorable o contraria-, o al menos no públicamente. Y, siempre con los buenos modales como bandera, se excusa respetuosamente.
Son aquellos temas que siempre han generado rispideces dentro de la Iglesia Católica también, como -por ejemplo- el matrimonio igualitario y la interrupción del embarazo (voluntaria y/o legal).
“En mi rol en este lugar y como invitado de las iglesias, no creo que tenga que dar una opinión sobre estos temas. Yo prefiero no hablar de mi posición personal”, concluye.
