Las vacunas contra el Covid que conocemos y que fueron un gran logro científico cuando se lanzaron están dando paso a un desarrollo superador. Es que la nueva generación de vacunas, las bivalentes, son una versión mejorada que ya se aplica en otros países del mundo. En Mendoza, tal cual se ha señalado desde el Ministerio de Salud local, se espera que lleguen entre marzo y abril.
Pero ¿de qué se trata?
Las vacunas bivalentes son aquellas que protegen el cuerpo contra dos tipos de antígenos. Se trata de una versión mejorada que permite una protección más amplia.
Pfizer y Moderna son por ahora los dos productores de esas dosis adaptadas, pero está en proceso la vacuna argentina que será del mismo tipo.
Las vacunas bivalentes contra el Covid-19 incluyen un componente de la cepa del virus original para brindar una amplia protección y un componente de la variante ómicron, la que circula actualmente de manera predominante en diversas subvariantes. Estas se llaman vacunas bivalentes porque contienen estos dos componentes. Una vacuna bivalente también puede denominarse dosis de refuerzo “actualizada” de la vacuna, detalla la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de Estados Unidos.
“Las vacunas contra el COVID-19 pueden ayudar a protegerlo de enfermarse gravemente, ser hospitalizado y de la muerte a causa del Covid. A medida que el virus cambia y su inmunidad disminuye naturalmente con el tiempo, usted puede perder parte de esa protección”, destaca la entidad.
Es decir que las vacunas que se utilizaban hasta ahora en el mundo eran monovalentes, estaban diseñadas contra el virus original. Comenzaron a colocarse en diciembre de 2020 y se logró su desarrollo en tiempo récord para este tipo de fármacos.
La vacuna argentina contra el Covid, Arvac, avanza: hace una semana recibió la aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para el inicio de los estudios de Fases II y III. En esta instancia se evaluará su seguridad, tolerabilidad e inmunogenicidad.
Fue desarrollada en conjunto por el CONICET, la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y el Laboratorio Pablo Cassará.