Qué series ver en streaming: Cobra Kai, volver a los 80

La primera sensación es la sorpresa y la novedad: una película que se volvió serie 34 años después de su estreno, con los mismos actores interpretando a los mismos personajes.

Cobra Kai, la serie que apareció 34 años después a continuar la historia.
Cobra Kai, la serie que apareció 34 años después a continuar la historia.

Cobra Kai es Karate Kid en tiempos de redes sociales y centenials, con Daniel LaRusso (Ralph Maccio) y Johnny Lawrence (William Zabka) ya cincuentones, con sus vidas armadas o desarmadas, pero sin olvidar los días que los marcaron en su adolescencia.

Karate Kid supo cautivar a niños y adolescentes a mediados de los ’80 con su historia del chico bueno y tímido que era hostigado por los “populares” y malos. Bullyng puro y duro lo definiríamos hoy. El “bueno” gracias a un maestro más bueno aún (el señor Miyagi) superaba al malo con las buenas artes del karate. Y no sólo eso: también se quedaba con su novia, la más linda de la escuela. Eran los tiempos de la Guerra Fría y no había que dejar lugar a dudas sobre cuál era el bando ganador.

Cobra Kai se adapta a la época: no hay buenos 100% buenos ni malos 100% malos (salvo uno que nunca podrá cambiar, pero que no se puede revelar para no hacer spoiler). Los personajes se mueven en los grises: a veces son buenos, a veces malos. En definitiva, son más humanos. Tanto que “Daniel San” llega a hacerse odiar en algunos momentos y el rubio pedante de Johnny puede hacerse querer.

Sus vidas, desde que los perdimos de vista hace más de tres décadas, cambiaron y los cambiaron: LaRusso se convirtió en un empresario exitoso y Lawrence en un fracasado empedernido cuya dieta es a base de cerveza. El reencuentro se da en ese punto preciso, con el ganador del pasado en ascenso y el perdedor en caída libre.

Ese momento hace resurgir en sus vidas el karate y su eterna rivalidad, remarcada por los reiterados flashbacks que muestran cuando Daniel hace “la grulla”, en la pelea final del torneo juvenil de karate de 1984, y le da a Johnny la patada que parece haber definido el resto de sus vidas.

El rubio patán, sin trabajo, una constante en su vida, decide reabrir Cobra Kai, el dojo en el que supo entrenar en su adolescencia. Y el hoy empresario vuelve a practicar sus “kata” en el dojo que alguna vez montó en su casa en honor a Miyagi. Ahora, ellos serán los maestros y lo que necesitan son discípulos. Esto da pie a la otra parte de la historia, con sus hijos entremezclados y un triángulo amoroso de adolescentes, como el de la película en los ’80.

Las dos temporadas de la serie se vieron originalmente por YouTube premium y Netflix la sumó a su grilla el 30 de agosto. Tal fue el éxito en estos días que se volvió tendencia en la plataforma y ya se anunció una tercera temporada.

Cobra Kai es Karate Kid: tiene la misma ingenuidad, contagiada por el espíritu conservador del pueblo californiano donde se desarrolla, y está lejos de ser una obra maestra. Pero entretiene, aporta algunas cuotas de humor y es ideal para una maratón de fin de semana

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