No hay forma de concebir que el recientemente confirmado avistaje de una serie de ejemplares de corzuelas pardas en el Este mendocino no sea una excelente noticia. Por medio de imágenes captadas con cámaras trampa -dispositivos que se dejan fijos en distintos puntos y realizan capturas a partir de ligeros movimientos-, las autoridades del Departamento de Fauna Silvestre de la Dirección de Recursos Naturales Renovables de Mendoza confirmaron la presencia de esta especie en la provincia por primera vez.
En la primera de las fotos se observa, con claridad, a uno de estos animales que pasa caminando, casi agazapado, por delante del lente. Mientras que en la segunda se ve a dos ejemplares -se cree que distintos al de la primera foto- corriendo campo traviesa y en el mismo momento en que un ave pasa volando sobre ellos, todo capturado en una misma instantánea.
Lo llamativo es que se trata de la primera vez en Mendoza que se registra la presencia de este animal, que es parte de la familia de los ciervos (o cervidae). Y, aunque en las imágenes de las cámaras trampa se observan -casi con seguridad- 3 ejemplares distintos, las autoridades de Fauna no descartan que sean 5 los ejemplares que ya llegaron a Mendoza. Incluso, hay hasta una probabilidad de que sea una misma familia, ya que hay propietarios y encargados de campo que han manifestado haber visto también a una hembra con una cría.
Hasta que se difundieron las imágenes que confirman que se trata efectivamente de corzuelas pardas, solamente había testimonios de propietarios de campo que permitían inferir que esta especie había llegado a Mendoza (no se tenían registros anteriores de su presencia en territorio provincial).
Además, al haber sido captadas las imágenes en el departamento de Santa Rosa, a pocos kilómetros del límite con la provincia de San Luis, se presume que las primeras corzuelas pardas que llegaron a Mendoza provienen de aquella provincia, donde ya estaba registrada la especie. De hecho, no descartan tampoco -aunque resta confirmar- que pueda haber más ejemplares en La Paz, departamento que directamente limita con San Luis.
Un impactante aporte al ecosistema
Según destacan las autoridades de Recursos Naturales y del Departamento de Fauna, el avistaje y la confirmación de que en suelo mendocino habita más de un ejemplar de corzuela parda es un excelente noticia. No solamente por lo positivo de que se haya identificado a esta especie silvestre de la fauna que, en principio, no estaba presente en la provincia; sino también por su aporte a los bosques nativos y a la cadena alimenticia.
Desde lo ecosistémico, la presencia de la corzuela parda ayuda mucho a la diseminación y propagación de bosques nativos. Y es que este ejemplar, de la familia de los ciervos, es un dispersor nato de semillas ya que, al ser herbívoro por excelencia, consume gran parte de la flora nativa y -en ese procedimiento- porque reparte las semillas y permite que esta vegetación se propague.
Además, también hace su aporte a la cadena trófica (alimenticia), puesto que el predador natural de la corzuela parda dentro de la fauna silvestre vendría a ser el puma, otra especie protegida dentro de la fauna local.
Creen que hay cinco ejemplares
Si bien en las dos fotografías que se publicaron -tomadas por cámaras trampa- se aprecian 3 ejemplares (uno en la primera de ellas y otros dos en la segunda de las imágenes), desde la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial de Mendoza se presume que, en total, podrían ser 5 los ejemplares de los que ya se ha tenido registros en Mendoza. No obstante, por fuera de las fotografías, los otros registros son testimoniales de lugareños y propietarios de campo.
En tal sentido, una de las hipótesis es que los dos animales fotografiados sean un macho y una hembra, a los que se sumarían otros ejemplares que dicen haber visto por la zona (incluyendo una hembra con una cría al pie).
Para ello se continuarán colocando cámaras trampas en distintos puntos de Santa Rosa y La Paz, para confirmar efectivamente si son los 5 ya descriptos, o más, o menos. No obstante, lo destacable es que -aunque fuesen únicamente los 3 ya confirmados-, no se trata de un avistaje esporádico, sino que hay fundamentos sólidos para creer que vive toda una familia en el lugar.
Estos animales son muy tímidos e intentan evitar a toda costa la presencia de las personas. Además, son ágiles y sigilosos, lo que dificulta aún más su avistaje en persona. No por nada los únicos registros fotográficos, hasta el momento, son producto de una de las ya mencionadas cámaras trampa.
Cómo se captaron las imágenes en Mendoza
Las dos fotografías que confirman la presencia de ejemplares de corzuelas pardas en Mendoza fueron tomadas en campos privados de Santa Rosa con las ya mencionadas cámaras trampa. De toda la logística de este operativo participó personal de guardaparques de la Reserva de Biósfera Ñacuñan y del departamento de Fauna Silvestre, además de contar la colaboración de los dueños de los campos.
“Uno de los ciudadanos entrevistados manifestó haber observado un grupo de 5 individuos, en diferentes ocasiones. El resultado de las cámaras trampa arrojó la imagen de dos individuos, días después. Esto confirma la información recibida y la presencia de la especie en la provincia”, destacó el director de Recursos Naturales, Sebastián Melchor. Además, resaltó que se trata de una especie silvestre protegida de la fauna cuya presencia no había sido constatada fehacientemente en Mendoza hasta ahora.
Según la Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, la corzuela parda (Mazama gouazoubira, según su nombre científico) tiene una amplia distribución en el país y no existe evidencia de que haya disminuido regionalmente en los últimos años.
En este sentido, la especie está presente en ambientes naturales, en numerosas áreas protegidas y aún en paisajes severamente degradados y hasta transformados, presumiéndose además un tamaño poblacional grande. Si bien su hábitat original se encuentra muy fragmentado, en especial en la región chaqueña y el espinal, es capaz de sobrevivir y reproducirse en fragmentos y en la matriz agrícola.
No obstante, desde la Dirección de Recursos Naturales destacaron que la corzuela parda es una especie muy cazada en todo su rango de distribución. A pesar de esto, los ejemplares persisten y se recuperan rápidamente en cuanto la presión disminuye. La distribución de la especie está avanzando hacia el Centro y Norte de Misiones, tal vez, favorecida por la fragmentación y las plantaciones forestales de especies exóticas.
En Argentina, las poblaciones se extienden por todo el Norte y Centro del país, en las provincias de Jujuy, Salta, Formosa, Tucumán, Chaco, Catamarca, Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, San Luis y La Rioja. A estas provincias debería sumarse, ahora, Mendoza.
Caza prohibida
Desde la Dirección de Recursos Naturales Renovables recordaron que la fauna silvestre de la provincia de Mendoza está protegida por la Ley Nacional de conservación de la fauna silvestre (22.421), la Ley Provincial de adhesión (4.602/84), su modificatoria -Ley 7.308- y el Decreto Reglamentario 1.890/05.
En tal sentido, insistieron en que la captura, tenencia ilegal y comercialización de fauna están penadas por la legislación, así como también la destrucción de sus hábitats. El infractor podría quedar a disposición de la Justicia y expuesto a penas de prisión. Además, las multas por este tipo de infracciones alcanzan valores que pueden superar los 2 millones de pesos por ejemplar, según la gravedad del hecho.
Quienes deseen brindar información sobre ejemplares de fauna silvestre heridos o denunciar casos de caza o tenencia ilegal, pueden hacerlo a través del portal de la Secretaría de Ambiente (www.ambiente.mendoza.gov.ar) o al mail fauna-drnr@mendoza.gov.ar .
También se puede denunciar telefónicamente a los teléfonos (0261) 4252090 y 4257065, interno 3411 (Departamento de Fauna Silvestre), de lunes a viernes, de 8 a 13. O al 911 (Policía de Seguridad Rural de Mendoza).