No solo en la primavera hay motivos para contraer una congestión nasal, también el otoño es propicio para las reacciones alérgicas estacionales y, sobre todo, el cambio brusco de temperatura, de calores extremos a los primeros fríos del año.
La fiebre, el dolor de cabeza, la fatiga, congestión y secreción nasal son algunos de los síntomas comunes, que pueden llegar a confundirse fácilmente con virus respiratorios, sobre todo el del resfriado común, que se manifiesta de manera más leve.
A raíz de esto, la mayoría de las personas tiende a automedicarse inmediatamente, suministrándose fármacos de venta libre en farmacias para lidiar instantáneamente con la congestión nasal.
Los más comunes son el paracetamol, para tratar el dolor y la fiebre; antihistamínicos como la loratadina, para la picazón de ojos y garganta; y fármacos simpaticomiméticos, que combaten la congestión y la secreción nasal.
Dentro de este último grupo terapéutico se encuentran la pseudoefedrina, administrada por vía oral, y la oximetazolina, por vía nasal. Ambos imitan o potencian los efectos de la adrenalina y otros neurotransmisores similares, y producen como efecto farmacológico un estrechamiento de los vasos nasales que da lugar a la descongestión nasal.
Qué consecuencias pueden tener
La pseudoefedrina es un estimulante que puede ser adictivo en ciertas personas, por lo que significa un peligro si se abusa de su consumo. Aunque no es común que las personas desarrollen una adicción a esta droga, puede suceder si se usa en grandes cantidades o durante un período prolongado de tiempo.
Concretamente, el uso prolongado durante más de 5 días puede producir un efecto rebote en nuestro sistema generando aún más congestión. En este caso, el paciente trata de aumentar la dosis para contrarrestar estos efectos y entra en un círculo vicioso. Y puede derivar en una rinitis crónica al pasar del uso al abuso.
Estos fármacos actúan a nivel cerebral y cardíaco, por lo tanto, los síntomas del abuso incluyen ansiedad, irritabilidad, insomnio, taquicardia y presión arterial alta. Eso explica por qué, recientemente, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha empezado a revisar algunos medicamentos que tienen pseudoefedrina para decidir si algunos se deben modificar, suspender o retirar del mercado.
Por todo esto, algunos profesionales de la salud recomiendan acudir en primer lugar a alternativas naturales o menos riesgosas, como una constante hidratación, la toma de mucolíticos como la acetilcisteína, baños nasales con agua de mar o suero fisiológico. Otra alternativa puede ser humidificar el ambiente con difusores de aceites esenciales.
En caso de recurrir a medicamentos, la premisa es no automedicarse, sino que sea el farmacéutico o el profesional de la salud quien te oriente en el tratamiento de la congestión nasal.