El presidente Javier Milei aseguró que el mundo debe “eliminar el virus de la ideología woke”, al considerar que “es el cáncer que hay que extirpar”, en su discurso en el Foro de Davos.
El mandatario nacional subrayó que la “época dorada” internacional no podrá llegar si sigue vigente “esta ideología aberrante de la cultura”.
Milei hizo una explicación sobre la “cultura woke”, un término utilizado por la ultraderecha para referirse al progresismo. “Es el resultado de subversión cultural”, enfatizó el jefe de Estado en Davos, y detalló: “El feminismo, la equidad, la ideología de género, el aborto y la inmigración, son todas cabezas del mismo monstruo, cuyo fin es justificar el avance del estado”.
Hebe Casado, vicegobernadora de Mendoza, se mostró a favor de estas críticas y lo hizo público en un posteo en sus redes sociales. Durante la asunción del segundo mandato de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, la mandataria celebró: “Se terminó el wokismo con @realDonaldTrump y @JMilei”. El posteo incluía una foto suya con la clásica gorra roja de los republicanos y la frase icónica: “Make America Great Again”.
El presidente Milei viene incluyendo en sus discursos sus fervientes críticas a las “ideología woke”.
Qué es la “ideología woke”
La cultura “woke” ha emergido como una respuesta ante las injusticias sociales, políticas y económicas que prevalecen en la sociedad contemporánea.
Originada en las comunidades afroamericanas de Estados Unidos, la palabra “woke”, derivada de “awake” (despierto en inglés), hace referencia a un estado de alerta y conciencia frente a las desigualdades y discriminaciones sistémicas que afectan a diversos grupos.
El concepto de “woke” tiene sus raíces en la lucha histórica por los derechos civiles de los afroamericanos. A lo largo de la década de 2010, especialmente a través de las redes sociales y el activismo digital, esta palabra cobró relevancia como un llamado a la acción y a la toma de conciencia sobre las injusticias raciales.
Lo que comenzó como un movimiento centrado en los derechos de las personas afrodescendientes se expandió rápidamente, abarcando una amplia gama de luchas sociales. Temas como la igualdad de género, los derechos LGBTQ+, la justicia económica y la sostenibilidad ambiental se sumaron a la agenda de la cultura “woke”, lo que permitió que el movimiento adquiriera una dimensión global.
Una de las áreas en las que el movimiento ha tenido un impacto significativo es la lucha contra el sexismo y la misoginia. Iniciativas como #MeToo, que visibilizan el acoso y la violencia sexual, están profundamente influenciadas por esta cultura de conciencia y activismo. Además, el movimiento ha brindado un fuerte apoyo a los derechos de la comunidad LGBTQ+, promoviendo la aceptación y el respeto hacia todas las identidades y orientaciones sexuales.
En el ámbito político, muchos activistas y organizaciones han adoptado una postura “despierta”, impulsando políticas inclusivas y justas. Esto se refleja en un creciente reclamo por una mayor transparencia y justicia social, tanto en las campañas electorales como en las políticas públicas.