Viviana Canosa aprovechó su espacio televisivo en “Nada personal” (El Nueve) para tomar dióxido de cloro, una sustancia a la que le atribuyen “beneficios milagrosos” contra la Covid-19. Sin embargo, no hay evidencias científicas que respalden semejante afirmación y hasta es peligroso para la salud humana ingerir el químico.
Hay varios orígenes en torno a esta fake news que se hizo viral en distintas partes del mundo. Una de las fuentes recientes en Argentina se dio por una nota publicada en el sitio web de radio Facundo Quiroga que, según Chequeado en base a reportes de Crowdtangle, gozó de 45.600 interacciones en Facebook.
No obstante, el mito del dióxido de cloro proviene del norteamericano Jim Humble, un especialista en minería. En su libro “The Miracle Mineral Solution of the 21st Century” (La solución mineral milagrosa del siglo XXI), publicado en 1996, el hombre dijo que fue contratado para extraer oro de unas minas en Guyana y durante ese trabajo en la selva tropical parte de los trabajadores enfermó de malaria.
Humble contó que en el lugar no se contaba con medicinas o atención médica y lo único que tenía era una sustancia conocida en ese momento como “oxígeno estabilizado”, que llevaba siempre en sus viajes para potabilizar el agua. Este elemento del oxígeno estabilizado era clorito de sodio, que, al ser desestabilizado, se convierte en dióxido de cloro, pero él asegura en su bibliografía que en ese momento no lo sabía. Así que se lo dio de beber a los enfermos. Y, según cuenta, pocas horas más tarde sanaron. Así nació lo que denominó la “solución mineral milagrosa” o MMS, por sus siglas en inglés.
Con la pandemia actual de Covid-19, hubo impulsores como el alemán Andreas Ludwig Kalcker (en Chequeado desmintieron sus virales) e Isidro Fuentes, cuyas aseveraciones también fueron desacreditadas en el sitio español 65ymas.com y Colombiachek.com.
Más allá que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha reiterado que no hay medicamento para prevenir o curar la Covid-19, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) de Argentina emitió un comunicado y confirmó que “el producto mencionado no cuenta con estudios que demuestren su eficacia y no posee autorización alguna por parte de este organismo para su comercialización y uso”.
“En base al informe de este año del Organización Panamericana de la Salud (OPS), resulta necesario destacar que la ingesta de dióxido de cloro y el clorito de sodio reaccionan rápidamente en los tejidos humanos y si se ingieren, pueden causar irritación en el esófago y estómago, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones severas, entre otras complicaciones que pueden incluir graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales”, indicó la Anmat.
Además, según las autoridades, la inhalación puede generar edema pulmonar, broncoespasmos, neumonitis química y edema de glotis, entre otras complicaciones respiratorias como bronquitis crónica y erosiones dentales, así como complicaciones en otros órganos del cuerpo.
Ante el acto irresponsable de Canosa, la Anmat advierte a la comunidad no consumir productos que contengan dióxido de cloro o sustancias relacionadas (clorito de sodio, hipoclorito de sodio, lavandina) ya que no hay evidencia científica sobre su eficacia y la ingesta o inhalación de estos productos podría ocasionar graves efectos adversos.