Aunque no llega a generar tanta repulsión como la nata en una taza de leche caliente y es hasta más “amigable” -por usar una palabra que la defina- al momento de enfrentarla, el té también tiene su propia capa que se genera en la superficie y que no es precisamente muy agradable que digamos. Ni tampoco es natural.
Esta “espuma” que se forma en la superficie de una taza de té -especialmente aquellos tés refinados- es parte de una reacción que tiene que ver con el tipo de agua que se utiliza para prepararlo, entre otras cosas. Por supuesto que esta película aceitosa no se trata de algo natural en la infusión y puede llegar a arruinar hasta el gusto y todas las cualidades positivas de un buen té, como por ejemplo los compuestos antioxidantes y antiinflamatorios.
Para quienes son amantes y realmente disfrutan de “la hora del té” y del sabor auténtico, esta espesa capa que se forma es un verdadero problema. Porque suele formarse en el momento en que se está dejando reposar el té para que se prepare en el agua -algo muy común en el tradicional te matcha- y puede arruinar todo el ritual.
Qué es la “espuma” del té y por qué se forma
La espuma o capa aceitosa que se forma en la superficie del té tiene su explicación e, incluso, su manera de evitarse. La ETH Zúrich, una de las principales universidades internacionales de tecnología y ciencias naturales a nivel mundial, investigó de qué se trata esta película aceitosa con forma de espuma que se forma en la superficie de esta infusión y publicó en la revista Physics of Fluids (Física de Fluidos) un artículo con las conclusiones relacionadas a cómo se conforma y qué la compone.
Los investigadores de la ETH Zúrich adjudicaron la formación de esta película a la reología, que es el estudio de la deformación y el flujo de los materiales, en especial cuando se presentan en estado líquido o gaseoso. De acuerdo a las explicaciones científicas, la mencionada reología es una rama de la física que se puede aplicar a distintas disciplinas, como son por ejemplo la ingeniería, la geofísica, la biología y la farmacéutica, entre otras.
¿Cómo interviene la reología en la formación de esta capa espumosa y aceitosa? Pues bien, se produce un “fenómeno interfacial” -esas palabras utilizan los investigadores de la ETH Zúrich- en la superficie del té estacionado y que tiene que ver con lo que se genera en la zona de transición entre las dos fases (líquida y el aire) en el momento en que el té se deja enfriar. Es entonces cuando se genera ese “delgado film” que se quiebra como si fuera hielo cuando entra en contacto con los labios de quien lo bebe o hasta con una cucharita.
Por medio de esta “reología interfacial”, los científicos lograron describir qué compone a la famosa “espuma del té” y qué la genera. Entre las principales conclusiones se destaca que tienen mucho que ver en su generación la dureza y la acidez del agua, así como también el hecho de que se le agregue azúcar o leche. La concentración de la hierba del té y la mismísima temperatura de la preparación también son factores condicionantes.
“Los experimentos de reología interfacial se realizan con una pieza de metal que se coloca sobre la superficie del té. La rotación de este aparato se controla cuidadosamente, y la resistencia que presente la película nos permitirá determinar su solidez”, explicó una de las autoras del trabajo, Caroline Giacomin, citada por el portal El Español.
Si bien en un principio se creía que esta espuma o capa aceitosa que se formaba en el té preparado podía llegar a tener que ver con los residuos del recubrimiento céreo de las hojas del té, ya en la década del 90 se descartó esta posibilidad. Y allí fue cuando se concluyó que el carbonato de calcio que está presente en el agua es el principal elemento que contribuye a esta reacción de “espuma”.
“El agua de la canilla de muchas regiones procede de acuíferos de caliza en los que abunda el carbonato cálcico, que es inofensivo, pero que le da un sabor particular al agua”, explicó Giacomin.
Cómo evitar que se forme espuma en el té
Es precisamente a causa del mencionado carbonato cálcico que muchas casas tienen filtros descalcificadores en sus surtidores y tanques, para evitar que se formen los depósitos y las capas en las canillas. “Si intentásemos hacernos un té con agua totalmente pura, evitaríamos que se formase espuma, pero sabría bastante amargo”, ejemplificó Caroline Giacomin sobre las posibilidades de evitar que se forme la capa aceitosa.
En ese sentido, la investigadora aportó un tip bastante útil para evitar que se forme la espuma sin cambiar el agua con que se prepara el té. “Añadir un componente ácido, como un cítrico, a la mezcla del té reducirá la formación de la película y añadirá sabor”, destacó. ¿En pocas palabras? Ponerle unas gotitas de limón al té evitará la molesta y poco agradable espuma.
