Qué es el humo de tercera mano y por qué fumar afuera también afecta a los no fumadores

En tabaquismo, los especialistas reconocen tres tipos de humo pero el desconocimiento expone a los no fumadores a riesgos.

Qué es el humo de tercera mano y por qué fumar afuera también afecta a los no fumadores
Fumar al aire libre no exime a los no fumadores de no ser afectados. Foto Paulo Bizzarri. Gentileza La Voz

En lo concerniente al tabaquismo los especialistas reconocen tres tipos de humo, el llamado “humo de tercera mano” es poco identificado por los fumadores y sus familias y tal desconocimiento implica riesgos para quienes se ven expuestos.

Así lo identificó un relevamiento de la Asociación Argentina de Tabacología (AsAT) realizado en mayo sobre hábitos tabáquicos, conocimiento y percepciones acerca de los distintos tipos de residuos del cigarrillo, su duración y efectos. El trabajo concluyó que sólo el 14% de los encuestados reconoció el concepto “Humo de Tercera Mano”.

La difusión del abordaje se da en el marco del Día Mundial Sin Tabaco, declarado para cada 31 de mayo con la intención de generar conciencia.

¿De qué se trata?

La entidad difundió un comunicado en el que diferencia tres tipos de humo y sus residuos según determina la ciencia médica actual.

Por un lado, el Humo de Primera Mano (HPM), que es aquel que inhala la persona fumadora. A este se agrega el Humo de Segunda Mano (HSM) que es al que se está expuesto al compartir espacio con alguien que está fumando y resulta de la combinación del humo del cigarrillo encendido y el exhalado por un fumador; también se lo conoce como “fumador pasivo”.

Pero además, se ha sumado un concepto más actual, el de Humo de Tercera Mano (HTM), que está compuesto por partículas residuales provenientes del humo exhalado por el fumador y las del humo generado por la combustión del cigarrillo (HSM). A ellas se agregan nuevas sustancias químicas que se generan a partir de la nicotina y su interacción con componentes presentes en el ambiente y que alcanzan un grado de toxicidad que es incluso mayor que el humo exhalado por los fumadores, detalla en el texto.

“El HTM, su permanencia y su capacidad para `moverse´ entre espacios y personas muestra que fumar afuera no es la solución para evitar ni reducir los riesgos que conlleva el tabaco. El proceso de cesación tabáquica comienza con la decisión de dejar de fumar, pero mucha gente cree que no puede lograrlo, especialmente quienes intentaron abandonar el hábito solos y fracasaron. No existe una manera `correcta´ para dejar el cigarrillo, los tratamientos efectivos actualmente combinan tratamientos farmacológicos y terapias cognitivo conductuales y hoy, en este contexto especial de pandemia, se puede acceder a ellas a través de la telemedicina”, indicó Julieta Cassone, médica psiquiatra y presidente de AsAT.

Impacto

En la encuesta al respecto participaron .personas de entre 10 y 90 años de edad. Allí apreciaron que menos del 14% tiene conocimiento sobre el concepto de HTM.

“La noción de HPM fue reconocida por menos del 50% de los participantes y sólo el 32% reconoció al HSM, si bien el 97% declaró conocer el concepto de “Fumador Pasivo, se refiere.

A partir de esto se concluye que hay un importante desconocimiento respecto los componentes dañinos menos visibles del cigarrillo, presentes en el HTM. Es un dato muy significativo si se tiene en cuenta que en el total de participantes había fumadores (12%), no fumadores (43%) y ex fumadores (45%), que en el 55% de los hogares encuestados habitan menores de edad y que más del 50% de los hogares está en contacto con fumadores actuales, entre los encuestados fumadores y aquellos que reciben visitas de familiares o empleados fumadores”, expresa el documento.

“Las partículas del HTM son muy pequeñas y permanecen luego de disiparse el humo visible, absorbidas por el pelo, la piel, indumentaria y otros textiles (ropa de cama y baño, alfombrados y tapices), incluso muebles, paredes y yeso. Pueden quedar impregnadas por horas, días, meses e incluso años en las distintas superficies si no son lavadas diariamente con agua y jabón o detergente, a pesar de haber una buena ventilación del ambiente”, explicó Ana Balanzat, médica especialista en Pediatría y Neumología Infantil y vicepresidente 1° de AsAT.

Pero la mayoría de los encuestados no cree que esto sea así.

“El 65% de los encuestados manifestó creer que en menos de 24hs se eliminan las partículas dañinas derivadas del consumo de cigarrillo. Del 35% que cree que persisten más tiempo, el 16% les dio hasta un mes de persistencia y solo el 12% cree que duran más de 6 meses. Esto permite detectar que tanto en población fumadora como no fumadora existe la creencia incorrecta acerca de una corta duración de las partículas dañinas derivadas del humo en los ambientes”, se detalla.

Asimismo, “la mayoría de la población encuestada coincidió en la permanencia en el mobiliario del humo de tabaco, pero hay una importante creencia en que fumar afuera minimiza el riesgo y que ventilar bien es suficiente para “sacar” el humo. El 32% cree que fumar afuera evita riesgos para los convivientes, y el 48% cree que abrir las ventanas es suficiente para erradicar el humo del tabaco, desconociendo que el HTM viaja a casa con los fumadores y no se remueve con la ventilación”, sfirma la entidad.

El 80% de los participantes piensa que está expuesto a problemas derivados del humo en situaciones de ‘simultaneidad’ con alguien que fuma, pero menos del 40% cree estar expuesto a estos problemas cuando no está frente al humo al momento de su generación, en situaciones como por ejemplo compartir el ambiente con alguien que fumó en otro espacio, compartir objetos o ropa con un fumador o compartir vehículo con personas fumadoras, aunque no estén fumando en ese momento.

“Esto señala un mayoritario desconocimiento del riesgo vinculado a HTM, cuyas partículas además de impregnarse en objetos de ambientes donde se fuma son susceptibles de ser trasladadas de un lado a otro -y de una persona a otra- a través de la indumentaria, piel, pelo, del familiar o visitas de persona fumadoras impregnados por las partículas del HTM. Sabemos que también se trasladan a través de conductos de aire, paredes y en los automóviles. Desde las superficies, las partículas de HTM ingresan al organismo por vía inhalatoria, dérmica e incluso digestiva. La evidencia científica señala que con fumar afuera o abrir la ventana no alcanza. Se hace cada vez más necesaria la cesación tabáquica, por uno mismo y por quienes nos rodean, sean niños, adultos e incluso animales de compañía”, agregó Balanzat.

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