El mediodía de este martes transcurría con su habitual normalidad rutinaria de cada semana para cientos de miles de mendocinos cuando, repentinamente, una estruendosa explosión sorprendió a la ciudadanía. Algunos se quedaron con el almuerzo atragantado, otros -ni lerdos ni perezosos- compartieron de inmediato en las redes sociales todas sus inquietudes sobre el extraño sonido (con temblor incluido); y también hubo quienes compartieron fotos y teorías en las mismas redes.
En concreto, la explosión se registró a las 13:40, se escuchó en Luján, Maipú, Guaymallén y Godoy Cruz (con fuerza) y las versiones fueron variadas: desde un episodio en una cantera cementera de Las Heras hasta un transformador que explotó en Luzuriaga, Maipú. Sin embargo, ambos episodios fueron descartados como el génesis de misterioso episodio. E, incluso, no faltaron otras teorías que aportaron una mayor cuota de misterio: el ingreso a la atmósfera de algún aerolito.
Y mientras Mendoza aguarda alguna confirmación o certeza sobre el origen de la explosión, volvió a hablarse de otro fenómeno: el “cielomoto”. Equivalente, desde lo lingüístico, a un terremoto, pero en el cielo; no es la primera vez que -en el contexto de la pandemia- escuchamos o leemos esta palabra. Ya en abril del año pasado, luego de que nos sorprendiéramos durante algunas noches con sonidos similares a trompetas provenientes del cielo (no faltaron quienes lo relacionaron el la escena bíblica del Apocalipsis); expertos de la NASA dieron precisiones sobre los cielomotos y qué son.
Más comunes de lo que se cree
Ya en abril del año pasado, según publicó Infobae, desde la Nasa advirtieron que estos estruendos o trompetas son más frecuentes de lo que uno puede pensar. Oportunamente, los expertos explicaron que aquellas “trompetas” se trataban de un “cielomoto”; una especie de terremoto en el cielo. E, incluso, fueron un poco más allá en cuanto a precisiones al explicar que, mientras que en la tierra los movimientos sísmicos ocurren a causa del choque de placas; en el cielo se produce por el choque de masas de aire calientes y frías.
Por su parte, el científico David Hill -del Servicio Meteorológico de Estados Unidos-, indicó que los “cielomotos” pueden generarse en cualquier parte del mundo, y su origen puede ser desde “olas que golpean los acantilados hasta la caída de un meteorito”.
Según los distintos especialistas, se trata de un fenómeno habitual; aunque -con la vorágine que se da en las grandes ciudades- no se llega a apreciar. En ese sentido, aclararon que los cielomotos se pueden formar en cualquier parte del mundo, aunque en los últimos años surgieron más casos en Estados Unidos, América del Sur y Australia.
