“Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper”. De acuerdo a esta creencia de la Asia oriental, presente en la mitología china y en la japonesa, existen personas que -sin importar el cómo, el dónde y el cuándo- están destinadas a entrecruzar sus caminos, aún sin conocerse previamente. Efraín Dalcecco (6), quien vive en Guaymallén (Mendoza) y Alejandra (de quien se reservará el apellido), mendocina y quien vive cerca de Manchester (Inglaterra) son dos de estas personas que, sin saberlo ni conocerse, estaban destinadas a cruzar sus vidas. Y con un gesto por demás significativo y sincero, Ale llegó a la vida del niño para cambiársela por completo, y darle una nueva oportunidad a él y a su familia.
Y es que, desde Inglaterra, Alejandra se encargó de costear y gestionar la primera sesión que Efra tendrá el próximo 20 de mayo en una clínica de Paraguay, especializada en tratamientos con células madres. Porque Efraín nació con parálisis cerebral y la única esperanza para mejorar un poco su calidad de vida es sometiéndose a este tratamiento costoso, no solamente por el valor de las sesiones en sí, sino también por lo que implica pagar los pasajes para que el niño y sus padres puedan viajar de Mendoza a Paraguay. Y todo ello lo coordinó Alejandra, a más de 10.000 kilómetros y en contacto permanente con la mamá de Efra.
“No sé de qué manera agradecerle a Ale, es como un ángel bondadoso que apareció para ayudar cuando más lo necesitábamos”, sintetiza, con una indisimulable sonrisa en su rostro, Verónica (33), mamá de Efraín y quien ya está preparando todo para viajar a Paraguay con su esposo y el hijo de ambos el jueves 18 de mayo. La mujer no evita -ni intenta- emocionarse mientras habla, en un descanso en el carrito manicero donde vende maní, garrapiñada y otras confituras, y con el que se gana la vida en la esquina de San Martín y Garibaldi.
Desde Inglaterra, Alejandra cuenta que se enteró del caso de Efra viendo la nota en Los Andes donde se resumía la difícil historia del niño y las distintas campañas solidarias que se iniciaron para intentar ayudarlo para poder comenzar el tratamiento. “El nene tiene la misma edad que mi hijo. Sentí la desesperación de ellos por tratar de dar todo por su hijo”, resume Ale, quien también es médica y logró contactarse directamente con el médico a cargo de la clínica y del tratamiento.
Ale consiguió que se aplique una bonificación excepcional de la mitad de precio en la primera sesión (cuesta 3.000 dólares, pero ella consiguió que se le cobre 1.500 dólares) y, desde Inglaterra, ya abonó el resto para que el 20 de mayo reciba la primera intervención. Además, con el dinero ya conseguido en las distintas campañas, la familia de Efra ya pagó también los pasajes aéreos para viajar a Paraguay.
“Estoy muy nerviosa, va a ser la primera vez que viajamos en avión, ¡hasta me duele un poco la panza y la cabeza! Pero estoy contenta, muy entusiasmada. Porque Efra tiene una nueva oportunidad, y es gracias a la solidaridad de Ale y de otros tantos mendocinos y mendocinas”, resume Verónica, con una mezcla de felicidad y emoción.
Sin embargo, Efraín necesita -por lo menos- entre 1 y 2 sesiones más y cada una cuesta esos 3.000 dólares ya detallados. Por esto mismo es que las colectas y la venta de pastas solidaria sigue en marcha. ¡Si hasta hay una peña organizada para el próximo 25 de mayo en el comedor Horneritos (El Algarrobal)!
La difícil vida de Efra
Sin importar lo que ocurra a su alrededor, Efraín siempre tiene una sonrisa en su rostro, y es de esas sonrisas que contagian a los demás, sin que tampoco importe lo que ocurra alrededor de esa otra gente. Porque su sonrisa permite pausar, al menos por unos minutos, lo que ocurre en la siempre difícil vida real. Y aunque quizás no pueda expresarlo -ni agradecerlo-, a su manera también entiende toda la movida solidaria que se ha gestado en torno a su objetivo de viajar para iniciar el tratamiento con células madres. Y, al igual que sus padres (Verónica y Fabián), estará eternamente agradecida con su “ángel bondadoso”, Alejandra. Y con todas pas personas que se han sumado.
Durante los últimos años, los padres de Efra averiguaron e investigaron todo sobre parálisis cerebral y tratamiento con células madres, quizás la última y única esperanza para quienes se encuentran en esta situación. Y así dieron con la Clínica Mercorplab, con sede en Ecuador y en Paraguay. Tras tomar conocimiento, se pusieron en campaña para poder viajar al país vecino. Y se pusieron una meta clara: conseguir los 2 millones de pesos necesarios para los pasajes aéreos, además de los 6.000 dólares para las 2 sesiones (como mínimo) que necesita inicialmente para el tratamiento.
La necesidad de que viajen los 2 padres a Paraguay con el niño mientras duren las sesiones tiene su explicación. Porque Efraín requiere de una silla ortopédica y adaptada para movilizarse -no por sus propios medios-, lo que hace que su autonomía esté muy restringida. “Cada vez que hay que trasladar a Efra, es llevarlo con su silla. Y está creciendo, por lo que yo no me lo puedo sola. Por eso la idea es viajar a Paraguay con mi esposo, para que entre los dos podamos hacernos cargo de todo”, sintetiza Verónica.
A punto de cumplir 7 años, el niño cada vez está más grande, lo que hace que poder trasladarlo implique un gran esfuerzo. Por esto es que, consideran, es el momento indicado para comenzar con el tratamiento. “Por la mañana completa sesiones de terapia, mientras que en la tarde va a la escuela Fidela Maldonado de Cano (Godoy Cruz)”, cuenta su mamá.
Cómo ayudar a Efaín
Hay dos maneras de ayudar a Efraín y su familia. La primera de ellas es colaborando económicamente en la colecta solidaria que apunta a reunir la mayor cantidad de dinero posible (porque aún resta cubrir, por lo menos, una sesión más en Paraguay). Vía Mercado Pago se pueden hacer donaciones al CVU 0000003100042252239200, o al alias AHORA-POR.EFRA (CUIT/CUIL 27348723486). También hay una cuenta de Instagram @ahora_por.efra.
Además, se ha encarado una venta de pastas caseras desde el comedor Horneritos. “Efra y su familia siempre han estado para ayudar en el comedor, por eso ahora nosotros vamos a estar con ellos”, se sincera Gabriela Carmona, coordinadora del comedor.
Fideos, sorrentinos, canelones, panqueques y pancitos para pernil son las preparaciones artesanales que en el comedor están elaborando con una única meta: recaudar fondos que le permitan a Efraín viajar e iniciar el delicado y costoso tratamiento. Efra, su mamá Verónica y la abuela del niño, son firmes voluntarios del comedor y siempre han estado para ayudar. Pero ahora son ellos quienes necesitan ayuda.
“Estamos preparando y vendiendo de a poquito, pero la verdad es que esta vez nos está costando un poco más que en otras campañas solidarias. Porque a veces tenemos harina y no tenemos huevos, a veces es al revés. Y la gente cada vez la pasa peor, por lo que muchas personas que solían ayudar en el comedor, ahora no pueden hacerlo. Nosotros vamos a hacer lo que podamos y hasta donde podamos, pero no vamos a parar hasta que Efra pueda viajar”, destaca la responsable de Horneritos, Gabriela Carmona. Y en sus palabras se nota como existe esa disputa entre la resignación -a la que nunca dejará sobreponerse- y la esperanza -esa misma que saca desde vaya uno a saber dónde-.
Incluso, agrega que, mientras es cada vez menos la gente que puede ayudar, el número de familias que llegan al lugar por asistencia se ha incrementado (hoy entregan más de 1.500 raciones de comida diarias a la misma cantidad de personas).
Hasta el momento ya han recolectado más de 100.000 pesos con la venta de pastas, y todo el dinero será destinado a la causa de Efra. El mismo Efra que no se pierde una sola clase de folclore que toma su abuela Elsa en el espacio comunitario ubicado en El Algarrobal. Porque, mientras ella ensaya y aprende, Efra está atento a cada uno de sus movimientos, y lo mismo ocurre cuando en el lugar se lleva adelante alguna de las tantas acciones solidarias que acompañan distintas causas que precisan de la ayuda de la comunidad.
Gabriela y los voluntarios y voluntarias de Horneritos necesitan harina, huevos y verduras para elaborar las pastas, además de bandejas y material descartable para su distribución y venta. Quienes quieran y puedan colaborar, pueden comunicarse al 2613136783 o transferir a ese teléfono vía Mercado Pago. También pueden hacerlo al alias comedor.horneritos.
Además, pueden acercar mercadería al espacio comunitario (calle Horneros y Cisterna. Manzana B - Casa 1, El Algarrobal, Las Heras). En cuanto a cómo adquirir las pastas caseras, también están disponibles en el comedor y en el salón “El Relincho” -ubicado frente a Horneritos-. Además, se puede coordinar con la mamá de Efra -Verónica- buscándola en el carrito de venta de maní y garrapiñada ubicado en la esquina de Garibaldi y San Martín, en pleno Kilómetro 0.
“Hemos ayudado a tanta gente y hecho campañas tan bonitas como la de Beni y la de Juanita, y queremos que Efra pueda viajar, es una familia muy humilde que necesita mucho de nosotros, no vamos a bajar los brazos al menos hasta ayudarlo a él. Después Dios dirá que ocurrirá con el comedor, porque nos está costando mucho”, concluye Gabi.