Que los chicos transiten la primaria con la edad esperada parece ser un tema bastante logrado por el sistema y en el que ha habido mejoras. En Mendoza 93% de los alumnos de sexto grado en 2023 llegaron con la edad esperada y a nivel nacional, 94%.
Sin embargo no se trata solo de llegar sino de cómo se llega y es en lo que están puestas las miradas. Un trabajo realizado a nivel nacional mostró los magros resultados que se obtienen si se entrecruza la información de la edad con la del desempeño.
Para eso tomó los resultados de las Pruebas Aprender que evalúan el desempeño en Lengua y Matemática. El resultado fue que en Mendoza 44% de los alumnos llegan en tiempo y forma a ese grado y lo hacen 45% a nivel nacional. Es decir que 45 de cada 100 estudiantes llegan al año 6 de escolaridad en el tiempo teórico esperado y con los aprendizajes al menos satisfactorios tanto en Lengua como en Matemática. Este dato corresponde a la cohorte 2018 - 2023.
Se trata de un grado que suele ser tomado como punto focal teniendo en cuenta que ya han transitado toda la trayectoria primaria y cuando se espera que ya tengan incorporadas ciertas herramientas y aprendizajes. Sin embargo la secundaria, en particular primer año, da cuenta de que se arrastran falencias, algunas difíciles de saldar o irrecuperables. Luego, en el ingreso a la universidad, también se reflejan las mismas falencias arrastradas durante toda la trayectoria obligatoria, lo que demuestra que, en definitiva, se trata de un condicionante.
Ranking provincial
El informe “Índice de Resultados Escolares de primaria: Evolución y análisis por departamento”, del Observatorio de Argentinos por la Educación discriminó los datos por provincia y por departamento. Sus autores son Sandra Ziegler (Flacso), Eugenia Orlicki y Leyre Sáenz Guillén (Observatorio de Argentinos por la Educación).
Los resultados muestran cuales son los que en Mendoza obtienen mejores resultados y superan la media provincial y nacional. Incluso quedan bien posicionados en la región. En el top del ranking quedan los alumnos de la Ciudad de Mendoza, donde son 53%, segundo queda General Alvear con 52%, tercero La Paz con 51% y cuarto Santa Rosa con 49%. Le siguen Luján (48%) y Godoy Cruz (47%). Por debajo de la media local y nacional quedan San Martín (40%) y San Carlos (35%), Tunuyán (30% y Las Heras (28%), el que queda peor posicionado en Cuyo.
El informe incorporó 10 de los 18 departamentos por diversas variables. Por un lado, porque pudieron utilizar solo los departamentos de los que aportó datos la Secretaría de Educación de la Nación. Pero además, los investigadores aplicaron como filtro que hubiera una participación mayor a 60% de la matrícula en las Pruebas Aprender y más de 30 alumnos rindiendo las evaluaciones. Con los datos elaboraron el Índice de Resultados Escolares (IRE) de los estudiantes de primaria que mide cuántos estudiantes de una cohorte llegan a 6° grado en el tiempo teórico y con los conocimientos esperados. Se aprecia que este se ha deteriorado los últimos años.
En la región Cuyo, los IRE más altos están en Junín, en San Luis (56%) y es el único departamento que supera a los 4 primeros mendocinos en la región, es decir que detrás suyo, los locales ocupan desde el segundo al quinto lugar en la región. Le sigue San Juan capital (49%).
En Mendoza -como en Argentina- los IRE en este grado se deterioraron; pasaron de 48% en 2016 a 52% en 2021 y a 43% en 2023.
“Más allá de las cifras, es importante pensar en cómo la falta de aprendizaje afecta a los niños y a la sociedad a lo largo del tiempo. Cuando un niño no logra adquirir conocimientos esperados para su edad, lleva consigo una desventaja que lo acompaña a lo largo de su vida y que también impacta en su comunidad. Necesitamos un sistema educativo inclusivo que se adapte a la realidad de cada comunidad”, resaltó Pablo Mainer, fundador y director de la ONG Hablemos de Bullying.
El nivel socioeconómico es el gran condicionante
Los especialistas reconocen un aspecto como un gran determinante: el nivel socioeconómico (NSE) del alumno y su familia. Romina Durán, directora de Evaluación de la Calidad Educativa de la DGE explicó que el aprendizaje y el desempeño están directamente relacionados con esto y se expresa en el cuestionario complementario que tienen las pruebas Aprender en el que se consulta sobre estos aspectos. “Hay una asociación directa entre el NSE y los resultados de aprendizaje -afirmó Durán- los alumnos de NSE más bajos tienen mayores dificultades en los aprendizajes”, subrayó.
Influye el clima educativo del hogar, mayormente determinado por el nivel académico alcanzado por los padres o personas a cargo. También las condiciones del hogar que van a determinar las comodidades y recursos que tengan los chicos para estudiar, como un lugar adecuado para hacerlo, servicios y acceso a dispositivos electrónicos e internet.
Por su parte, Mónica Coronado, licenciada en Psicopedagogía y magíster en Educación señaló que hace años que las pruebas muestran las mismas variables. Mencionó las socioeconómicas, “relacionadas con las enormes cifras de pobreza que limitan el acceso a la educación, hábitos lectores familiares, nutrición y bienestar”, enumeró.
Además consideró que esa cohorte es de chicos que se escolarizaron en pandemia, con lo cual puede haber situaciones de pobreza y más demoras en los aprendizajes.
“Respecto a lo territorial, creo que deben cruzar los datos con la pobreza infantil, Las Heras creo que está al frente en ese dato”, analizó.
“Las razones socioeconómicas son institucionales ya que las escuelas que atienden sectores pauperizados tienen mayor rotación de docentes, más desgaste y menos sostén que las de la Villa cabecera”, comentó.
Los investigadores también concluyeron que en general se observa peor desempeño en la ruralidad.
“La ruralidad también es una variable reiterada y tiene que ver con la ya mencionada pobreza, población migrando con las cosechas, las muchas formas de trabajo infantil y a menudo la calidad del servicio educativo”, apuntó Coronado.
Culpa del ausentismo
Desde la DGE se viene trabajando en mejorar la permanencia de los alumnos en la escuela como estrategia fundamental para mejorar las trayectorias. Se ha apuntado a reducir la repitencia y por ende la sobreedad. De hecho el informe nacional muestra que aumentó la proporción de los alumnos que llegaron a sexto grado con la edad adecuada: pasó de 86% en 2016 a 93% en 2023.
También se ha buscado reducir el abandono, en lo cual también se han logrado resultados positivos. El abandono escolar cayó 9,3 puntos porcentuales en el período 2012-2022 en el país. Este pasó de 24,4% en 2018, entre los estudiantes de 17 años habían abandonado la escuela a 15,1% en 2022. Mendoza es la segunda provincia que obtuvo la mayor mejora en este periodo, luego de San Luis y pasó de 30,7% a 17,4%.
De hecho, Mendoza implementó una herramienta de Inteligencia artificial para disminuirla gracias a la detección de trayectorias en riesgo. Gracias al Sistema de Alerta Temprana (SAT) se evitó el abandono escolar de 4.500 estudiantes secundarios este año.
“Hay mucha inasistencia escolar en inicial y primaria, eso baja mucho el desempeño”, advirtió Coronado.
En secundaria también sucede. Según reveló el Observatorio de Argentinos por la Educación, casi la mitad de los alumnos secundarios de Mendoza tiene más de 15 faltas. Mendoza se encuentra entre las provincias con más ausentismo escolar y ocupa el tercer lugar entre las jurisdicciones nacionales. Esto según lo declarado por los mismos estudiantes con datos correspondientes a 2022.
En Mendoza, 23% de los alumnos tiene 20 inasistencias o más, mientras que 24% tiene entre 15 y 19. De este modo, 47%, casi la mitad, tiene más de 15.
Según las respuestas al cuestionario de Aprender 2022, para 49% de los directores de secundaria, el ausentismo estudiantil es hoy el principal problema en el proceso de enseñanza y aprendizaje, el segundo es el ausentismo docente, para 48% de ellos.
¿Se puede mejorar el aprendizaje?
Lo cierto es que ante tal peso de los condicionantes del contexto, pareciera que las estrategias meramente pedagógicas no son suficientes. Efectivamente la escuela tiene que ocuparse cada vez más del impacto de las condiciones socioeconómicas, como de tantas otras, ya que es una inevitable caja de resonancia.
“Todos los niños pueden aprender a su ritmo y forma, hoy más que nunca necesitan una escuela más presente en la comunidad, con docentes apoyados por la sociedad y familias más conscientes de sus responsabilidades educativas (más diálogo, menos pantallas)”, recomendó la psicopedagoga.
Para Coronado, hay que trabajar en el ausentismo pero plantea otra problemática: consideró que parece difícil una mejora con la caída del presupuesto.
En ese sentido Duran dijo que hay diversas estrategias, planes y programas que buscan contrarrestar estas variables. “Hay mucho trabajo que se realiza en las instituciones, de acompañamiento a las familias, hay mucho trabajo en cuanto a la importancia de la asistencia a clases, de que los chicos vayan a las escuelas, porque en las escuelas es donde se puede ayudar y acompañar los aprendizajes de los chicos, porque cuando el contexto no es el más favorable, es la institución educativa el lugar en donde se puede acompañar de mejor manera a los chicos”. Luego agregó: “También hay soluciones que tienen que ver con alimentación, con espacios en los que los estudiantes se quedan un tiempo más en la escuela para fortalecer los aprendizajes, y en ese tiempo también acceden a una vianda, se les da el servicio del comedor en las instituciones”.