Cada 29 de agosto, Argentina conmemora el Día del Árbol desde 1901, fecha que fue propuesta por Estanislao Zeballos. Esta celebración resalta la trascendental importancia de los árboles como recurso natural fundamental en la vida de las personas y el entorno ambiental. Más allá de su belleza y majestuosidad, los árboles cumplen roles esenciales en la preservación del medio ambiente.
Con este día, Zeballos buscó generar consciencia sobre los daños irreparables producidos por las diversas técnicas de deforestación utilizadas por el hombre y extender una invitación al cuidado de los espacios verdes existentes y a la creación de nuevos.
Estos seres vivos desempeñan un papel crucial en la salud del planeta. A través de la fotosíntesis, los árboles absorben dióxido de carbono y liberan oxígeno, contribuyendo directamente a la oxigenación del aire que respiramos. Además, su sistema de raíces ayuda a evitar la erosión del suelo y la pérdida de nutrientes.
Un aspecto crucial en la actualidad es la contribución de los árboles en la lucha contra el calentamiento global. Actúan como sumideros de carbono, absorbiendo grandes cantidades de dióxido de carbono y ayudando a mitigar los efectos del cambio climático.
En 2007, Argentina promulgó la Ley 26.331 de Bosques Nativos, que establece directrices para la conservación y el uso sostenible de los ecosistemas forestales autóctonos. Esta ley busca equilibrar la producción con la preservación de la naturaleza, garantizando la protección de los bosques nativos.
LAS ESPECIES DE ÁRBOLES MÁS DESTACADOS DE ARGENTINA:
Dentro de las áreas protegidas del país, encontramos ejemplos destacados de especies arbóreas de gran valor. El alerce (Fitzroya cupressoides), presente en el Parque Nacional Los Alerces en la provincia de Chubut, es uno de los árboles más longevos del mundo, con ejemplares que alcanzan los 2.600 años de edad. Este parque es reconocido como Patrimonio Mundial por la UNESCO debido a la belleza de su paisaje natural.
En la región patagónica, el pehuén (Araucaria araucana) es una conífera considerada un fósil viviente, presente en el Parque Nacional Lanín. Puede vivir más de 1.300 años y alcanzar alturas de hasta 50 metros.
En el norte del país, en la región chaqueña, el quebracho colorado chaqueño (Schinopsis balansae) es un árbol emblemático que se conserva en diversas áreas protegidas. Con una madera resistente y una corteza agrietada, esta especie puede superar los veinte metros de altura.