Desde ayer por la tarde -y desde antes también, incluso-, el mundo no habla de otra cosa que no sea de la misión de la NASA que desvió el trayecto de un asteroide que se dirigía hacia la Tierra este lunes. O, dicho de otro modo, quizás en los distintos países del planeta se hablaba y habla de varias cosas, pero el tema común en cada punto del globo terráqueo era y es esta misión -anunciada con bombos y platillos- y que tuvo un desenlace exitoso.
Por medio de una nave teledirigida -que despegó en noviembre del año pasado-, el cuerpo fue impactado ayer por la tarde noche (hora argentina), a 11 millones de kilómetros de la Tierra y logrando desviar la trayectoria del asteroide.
Se trató de un “ensayo de defensa planetaria” llevado adelante por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, según su sigla en inglés) y con la que se intentaba “ayudar a determinar nuestra respuesta en caso de detectar un asteroide que amenaza con golpear la Tierra”, según explicó el jefe de la NASA, Bill Nelson.
Más allá de la espectacularidad del experimento, del anuncio de última hora de ayer referido al éxito de la misión y de la trascendencia del episodio -que es importante de por sí-, la astrónoma mendocina Beatriz García explicó que se trató de un ensayo y aclaró, entre risas, y en tono didáctico que “la humanidad nunca estuvo en peligro”.
“No fue una misión súper espectacular y que tuvo en vilo a la humanidad ante un inminente riesgo, sino que fue más bien una misión que buscaba probar un procedimiento asociado al desvío de la dirección de un asteroide que sea potencialmente peligroso. Pero era un asteroide más y que, a diferencia de otros, estaba más cerca de la Tierra que otros”, destacó la científica mendocina a Los Andes. Además, aclaró que no se trataba de un cuerpo de grandes dimensiones y que implicara algún riesgo extra
“Se probó la potencialidad de la NASA para lanzar una nave y que desvíe la trayectoria cuando se estrella con el asteroide. Y la misión fue exitosa justamente por eso, porque un objeto pequeño fue impactado con una nave desde la Tierra y fue desviado. Ahora ya se sabe que el procedimiento es posible y, lo que es más importante, se llegó en el tiempo previsto a impactar. Esto es fundamental porque, desde que detectás el objeto que puede ser peligroso, hay un tiempo planificado para no llegar tarde. Y aquí se llegó y se completó todo de la manera planificada. Son procedimientos preventivos”, resaltó García, y quien resaltó también la importancia de que se haya elegido uno que estaba cercano a la Tierra.
La realidad no es Hollywood: por qué hay que desviar un asteroide y no fragmentarlo
Películas como “Armagedón” o como “Impacto Profundo” son solo dos de las megaproducciones de Hollywood que abordan en su trama una temática similar a la del experimento que se completó ayer en el espacio. El detalle es que, a diferencia de lo que ocurrió en la vida real, en ambas películas el objetivo de la misión es detonar el cuerpo que se dirige hacia la Tierra, con la intención de fragmentarlo y que los pequeños fragmentos no lleguen a la superficie. Es también lo que, a modo de homenaje a ambas películas, se intenta hacer en Springfield en el episodio de Los Simpson en que Bart descubre su propio cometa.
Pero la realidad no es la ficción, y empírica y potencialmente, es mucho más peligroso fragmentar un asteroide. “Lo que muestran las películas, de una aproximación de la nave hacia el cuerpo, ni tiene mucho que ver con lo que se hizo y se tendrá que hacer en la realidad. Porque no es que la nave puso una bomba en el asteroide para fragmentarlo, sino que lo impactó para desviar su trayectoria. Tanto ‘Armagedón’ como en ‘Impacto Profundo’, el objeto se fragmenta. Pero todos sabemos que eso es más peligroso que no hacer nada, ya que multiplica el peligro”, describió la astrónoma e investigadora mendocina Beatriz García.
“La idea siempre es desviarlo. Tal vez la fragmentación puede resultar espectacular para el cine, pero es mucho riesgo”, se explayó la especialista, quien agrega además que es importante que la sociedad sepa que hay asteroides por todos lados y no únicamente en espacios restringidos.
La experiencia previa a la última misión
La misión completada este lunes por la sonda DART, que impactó y desvió un asteroide “para defender la Tierra” no es inédita. Y es que, anteriormente y con otro objetivo, ya se había enviado una nave para impactar un cometa.
Fue en 2005, cuando la sonda Deep Impact, fue lanzada al espacio para impactar contra un cometa (el 9P/Tempel). La nave enviada impactó contra el cuerpo celeste y abrió un cráter de 150 metros de diámetro.
“Si bien es la primera vez que se hace con el fin de desviar la trayectoria, ya se había impactado un cuerpo celeste con una sonda. En ese primer se pretendía hacer un agujero en el cometa (que está compuesto de hielo) con la finalidad de que saltaran los pedacitos de la materia y así poder estudiarlos”, explicó García.
Además, diferenció la órbita y la proximidad del cometa impactado en 2005 con el del asteroide golpeado este lunes. “El asteroide impactado ahora estaba un poco más cerca de la Tierra. Lo importante en esta misión es que el objeto estaba bastante cerca. En el otro caso, como estaba más lejos, tomó más tiempo”, concluyó la astrónoma.