La muerte de la modelo Silvina Luna fue el corolario de un largo padecimiento que comenzó en 2011, luego de haberse realizado una cirugía estética. Es que como otros pacientes que se operaron con el llamado “cirujano de los famosos”, Aníbal Lotocki, tuvo un deterioro de su salud tras haberse aplicado metacrilato, tal cual ellos mismos han denunciado. Se trata de una sustancia prohibida para tal fin.
Silvina, de 43 años, murió ayer en el Hospital Italiano del barrio porteño de Almagro. Su cuadro era de hipercalcemia, lo que la llevó a una insuficiencia renal y aguardaba un trasplante. Por ello, se realizaban sesiones de 4 horas de diálisis 3 veces por semana. Tras complicarse su situación, fue internada 79 días antes de su fallecimiento, donde adquirió una bacteria que terminó por afectar tanto su endeble condición que llegó a este desenlace.
Qué es el metacrilato
En 2011, se realizó una cirugía para rellenar los glúteos, en la que Lotocki le aplicó el metacrilato, un plástico que ingresó a su torrente sanguíneo.
Se llama polimetilmetacrilato (PMMA), un producto sintético compuesto por microesferas de acrílico. En medicina, se utiliza la resina de este plástico para la fabricación de prótesis óseas y dentales. Además, se usa para cubrir ciertos comprimidos a fines de retardar la absorción de las drogas.
Sin embargo desde 2001 su uso está prohibido en Argentina para determinadas cirugías como es el caso del aumento de glúteos o pantorrillas. La decisión se basa en que se ha demostrado que puede provocar alteraciones graves, especialmente de la función renal.
Las microesferas pueden migrar a determinados órganos, puede producir embolias pulmonares, insuficiencia renal o cardíaca y cansancio generalizado.
La hipercalcemia es el exceso de calcio en sangre que genera una destrucción de los glóbulos renales y finalmente insuficiencia renal crónica.
Los especialistas explican que no puede inyectarse directamente en los tejidos porque puede generar estas consecuencias.
El médico esteticista y cirujano plástico y reconstructivo Fernando Felice explicó a Clarín que se trata de una sustancia que únicamente está permitido aplicar en dosis mínimas (1ml) y solo si proviene de productos médicos con fines estéticos aprobados por ANMAT.
Sin embargo, pueden llegar a usarse 100 veces más para lograr el objetivo. El profesional señaló no es el tratamiento adecuado para esa área del cuerpo: “El relleno de metacrilato que se utiliza con fines estéticos viene en jeringas de 1 centímetro cúbico, y se vende con fines estéticos, o sea que si uno quisiera rellenar un glúteo, por ejemplo, necesitaría mínimo 100 jeringas de cada lado”.
Pero además, no es una sustancia adecuada: “Tampoco es el relleno ideal para una estructura blanda como lo es un glúteo, formado por piel, grasa y músculo. No se puede colocar un relleno de polimetilmetacrilato, que al fin y al cabo no deja de ser un acrílico, un plástico duro, no está indicado para relleno glúteo”.