Dentro del ecosistema mendocino, nacional y de todo el continente americano, el cóndor andino es una de las especies más importantes –e imponentes- que habita. En Mendoza, esta ave se encuentra protegido y declarado como monumento natural desde 1998, lo que lleva a que su caza está castigada por ley. No obstante -y a partir de un concepto erróneo y peligroso-, durante los últimos años una gran cantidad de estos ejemplares han sido víctimas de matanzas masivas (más allá de estar protegidos). Uno de los casos más emblemáticos (y tristes) fue el registrado en Los Molles (Malargüe) hace ya más de 5 años, episodio en que 34 cóndores murieron intoxicados tras alimentarse de un cebo envenenado intencionalmente en un campo.
Y suele ser justamente esta errónea concepción de que los cóndores son aves de rapiña y predadoras para el ganado -algo instalado entre muchos productores- lo que desencadena estas dolorosas matanzas, con peligros imposibles de prever. Porque esa estrategia ilegal a la que suele recurrirse -también utilizada para combatir a los pumas- es altamente dañina y tóxica. Consiste en envenenar algún animal muerto con tóxicos como el carbofurán y con la idea de que estos animales mueran al ingerirlo. El detalle es que el cóndor no es un animal predador, sino que tiene conductas carroñeras (alimentarse de otros animales muertos, entre lo que pueden aparecer las trampas envenenadas).
Un acercamiento a la situación del cóndor en Argentina
Ante esta situación y el riesgo que trae aparejada para la especie -y también para los seres humanos, ya que si el carbofurán entra en contacto con un cauce, el agua lo transporta y puede llegar hasta el consumo humano-, es que este jueves (27 de abril) se llevará adelante un importante conversatorio.
“Amenazas y estrategias para la conservación del cóndor andino” es el nombre de la charla que se llevará adelante mañana, jueves, a partir de las 17 y en el Cilindro Central del CICUNC, en la UNCuyo. Participarán el director del Programa de Conservación Cóndor Andino (PCCA), Luis Jácome y la directora ejecutiva del programa, Vanesa Astore.
Durante la charla se reflexionará sobre la importancia y las problemáticas que rodean a este majestuoso habitante de la Cordillera de los Andes y se abordará el estado de conservación del cóndor andino. Además, se compartirán públicamente los alcances y resultados del trabajo del Programa de Conservación del Cóndor Andino junto a organizaciones de todo el país.
También se exhibirán en el lugar una muestra de posters dónde quedará ilustrado el trabajo realizado dentro del PCCA, y estará abierta la interacción entre asistentes y disertantes. Para participar, simplemente hay que ir al lugar ya que no requiere inscripción previa.
La importancia de conservar al cóndor andino
A nivel ecosistémico, el cóndor es un animal de los que se consideran “limpiadores naturales”. Esto tiene que ver con que se alimentan de la carroña de los animales en descomposición, donde hay bacterias que pueden ser trasladadas por el agua y convertirse en perjudiciales para el ser humano.
En ese sentido, lo ocurrido en Los Molles en enero de 2018 y con la muerte de los 34 cóndores fue algo muy peligroso, no solo por esa idea errónea de que el cóndor es predador de los animales de ganado, sino porque se envenenó con un producto que podría haber llegado al ser humano. En ese sentido, las consecuencias podrían haber sido letales de no haber sido por un grupo de jóvenes que encontró a los cóndores tendidos sin vida y dio aviso. Porque el cebo intoxicado –con carbofurán- estaba muy cerca de un cauce de agua, lo que podría haber derivado en que el agua contaminada llegara a la población si entraba en contacto.
Además de su aporte como limpiador natural, de su declaración como monumento natural y de su protección por la Ley de Fauna, cultural y ancestralmente el cóndor andino tiene un valor particular, en especial en los pueblos cordilleranos y en las culturas precolombinas. En ese sentido, cada vez que el PCCA realiza una liberación de cóndor, se hace una ceremonia ancestral para acompañar el momento.
La parte científica y que hace al seguimiento de los ejemplares a lo largo de toda su vida es la que le ha permitido a la comunidad volver a tener registros de cóndores volando sobre el mar, algo que no se observaba hace más de 120 años. Así fue como el 14 de enero de 2020, cerca de las 21, se tuvo el primer registro satelital de un cóndor volando sobre el parque natural Islote Lobos (Río Negro). Se trató de Kanut, quien había sido liberado en septiembre de 2019.
