Las tasas de embarazo adolescente han descendido drásticamente en los últimos años en Mendoza y el país. Los especialistas lo atribuyen a un mayor poder de decisión y haber incorporado el concepto de autocuidado que les permite decidir mejor y tomar las medidas necesarias.
Es que los últimos años han logrado tener acceso a mayor y mejor información, instancias de asesoramiento y acceso a métodos anticonceptivos, recursos indispensables.
En la provincia la tasa de embarazo en este segmento se redujo a la mitad en 11 años: pasó de 15,6% del total de los nacimientos en 2011 a 7,5% en 2022.
Habían sido 5.336 sobre un total de 34.254 nacimientos en toda la provincia aquel primer año y fueron 1.594 sobre los 21.296 de 2022.
Como contrapartida, advierten que la rotunda disminución implicó que se está llegando a una especie de núcleo duro, en el que como suele suceder, generar cambios es más difícil.. En ese sentido, Valentina Albornoz, responsable del programa de Salud Sexual y Reproductiva de Mendoza, se refirió a que se ha ralentizado el descenso los últimos dos años.
“La tasa de embarazo adolescente desde el 2015 para acá viene reduciéndose de manera sostenida; en los últimos dos años no se ha visto el descenso que hubo, por ejemplo, en el año 2015, 2016, 2018 porque mientras más chico es el número, más cuesta impactarlo; esos fueron años de alto impacto”, destacó.
Menos embarazo no intencionales
A nivel nacional también se observan mejoras en este sentido y se resaltan datos alentadores sobre temas complejos.
Así lo señalaron desde Casa Fusa, una asociación civil nacional que promueve que adolescentes y jóvenes puedan acceder a un servicio integral de salud de calidad y que se garantice el ejercicio pleno de sus derechos sexuales y reproductivos. En un informe para Los Andes, señalaron que en Argentina, descendió la tasa de fecundidad adolescente en casi un 60% desde el 2015.
La repercusión fue mayor en las provincias que componen el Plan ENIA (Plan de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia). Detallaron que de casi 80 mil nacidos vivos de madres de 15 a 19 años en 2018, se bajó a 46 mil en 2021, con 3 años de implementación del Plan.
“El descenso es también significativo en las niñas de 10 a 14 años, en donde sabemos que esos embarazos en general son producto de violencia sexual y relaciones no consentidas”, expresaron desde la entidad.
“Otro dato importante tiene que ver con que, en adolescentes de 15 a 19, la ‘no intencionalidad’ descendió de 7 a 5 de cada 10 embarazos; esto implica una mayor toma de decisión por parte de las adolescentes, y eso refleja la eficacia de políticas como la ESI o estrategias como la de Asesorías en Salud en Escuelas Secundarias”, agregaron. En este sentido, pusieron en relieve que en Mendoza hay en funcionamiento 57 asesorías en escuelas, que dependen de la política provincial de Salud Adolescente.
Cambios de visión y conductas
Al ser consultada sobre qué factores incidieron en los cambios y sobre todo en aquellos años, Albornoz mencionó varios. Por un lado, en 2015 la implementación de la Educación Sexual Integral en las escuelas (ESI) que ha permitido poner sobre la mesa estos temas, enfocarse en el interés de los chicos y, cuando tuvieran necesidad, derivar a consultorías especializadas. Además alertar sobre pautas de alarma ante abusos.
Agregó, ese mismo año, la incorporación del implante como método anticonceptivo preferencial en adolescentes y que fue la introducción de la anticoncepción a largo plazo para ese grupo.
Luego sumó la actualización de la Interrupción Legal del Embarazo y la incorporación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Un proceso de modificación de las concepciones redundó en definitiva en mayor concientización y acceso y por ende, el cambio de conductas por parte de los adolescentes.
“La información a la que están expuestos hace que tengan curiosidad, interés y sobre todo mucho desarrollo del autocuidado, en un primer momento dirigido a lo que estamos hablando, que es prevención de embarazo”, comentó. Pero por otra parte puso en evidencia la importancia de que sea información adecuada. “Ellos tienen mucha información, a veces excesiva, entonces como que el desafío está más allá de dárselas, en canalizarla y filtrarla un poco de la manera más científica y apropiada posible, porque es cierto que hay a veces información circulando que no es la mejor”, expresó.
“Por otro lado el interés que los chicos demuestran para la prevención, o sea, la idea de que embarazarse en la adolescencia no está bueno y el impacto que tiene para la salud y para su desarrollo económico y social, también creo que son mucho más conscientes de eso que en otro momento, pero eso tiene que ver con una cuestión evolutiva histórica, creo”, agregó.
Sumó el factor accesibilidad a métodos anticonceptivos de diversa índole, que pueden ser entregados en efectores públicos. “Es mucho más fácil hoy acceder a una anticoncepción, ya sea de corto o largo plazo, la anticoncepción de emergencia, la distribución de preservativos y todo eso, creo que les queda mucho más cerca que hace algunos años”, consideró.
Un informe publicado en 2019 por el Programa Nacional de Salud Integral en la Adolescencia menciona la existencia de diversas barreras para el acceso a la anticoncepción por parte de los adolescentes.
Por un lado, desde los servicios de salud menciona restricciones de acceso a métodos anticonceptivos en adolescentes menores de 14 años, juicio moral, sanción social, desconocimiento de marco normativo (deberes y responsabilidades del sistema de salud) y un sistema expulsivo (no atractivo ni adecuado).
También hace referencia a barreras sociales y culturales. Menciona escaso conocimiento del cuerpo y los procesos reproductivos, imprevisibilidad del encuentro sexual, pensamiento mágico y sensación de invulnerabilidad, desconocimiento de uso correcto de métodos anticonceptivos y de emergencia, vergüenza, temor a ser descubiertas/os por adultos, creencias infundadas acerca de los efectos secundarios de los métodos, situaciones de inequidad de género para negociación en la anticoncepción, incluido el uso del preservativo, y abuso sexual.
Nuevo espacio
La asociación civil FUSA lleva más de 30 años de trayectoria en Argentina y la región y ahora tiene una sede más: en Mendoza. De esta manera la provincia gana un espacio de asesoramiento y acompañamiento para adolescentes en manos de especialistas. Fue inaugurado recientemente y esa fue la excusa para organizar un conversatorio que se realizó ayer por la tarde. La jornada “Acceso a la Salud Sexual y Reproductiva en Mendoza: Avances y desafíos”, estuvo dirigida a profesionales de la salud, representantes de organismos públicos de la provincia y organizaciones de la sociedad civil y científicas.
“En Argentina existe un amplio marco normativo que propicia el acceso a la salud sexual y reproductiva. Para que esto se garantice, es fundamental el trabajo y la articulación de las distintas entidades estatales en sus diferentes niveles de alcance - tanto nacional como provincial y municipal - así como la articulación con los organismos de la sociedad civil”, expresan desde la organización entre sus fundamentos.
Entre sus enfoques de trabajo se encuentran el abordaje del abuso sexual contra infancias y adolescencias, prácticas accesibles para personas con discapacidad en materia de derechos de salud sexual reproductiva y no reproductiva, entre otras temáticas.
Además, cuenta con centros médicos que brindan servicios de salud integral a través de equipos interdisciplinarios especializados para asistir situaciones de embarazos no intencionales. La organización ya cuenta con sedes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires, Santa Fe. La sede local está ubicada en la calle Comandante Fossa 98, de Ciudad.