La Dirección General de Escuelas (DGE) se había propuesto este año la meta de relevar datos concretos sobre los aprendizajes con el censo de fluidez lectora -en el que se avanzó y se continúa hasta el 30 de agosto- y el ausentismo escolar, pero en el segundo semestre la presencialidad se vio afectada por los paros docentes en los que hubo al menos cinco días con medidas de fuerza.
“Cada día que un chico no está en la escuela cuenta y tiene su influencia negativa, más para aquellos alumnos que no asisten con frecuencia por distintos motivos. No está en discusión la legitimidad del reclamo de los docentes, pero también hay que tener en cuenta que el ausentismo impacta en la alfabetización de los alumnos”, indicaron fuentes de la DGE.
Con la vuelta de las vacaciones de invierno se iba a implementar un sistema de comunicación y de notificaciones tempranas para evitar que los días en los que suelen ausentarse, como los viernes o en la previa de los fines de semana largo, continúen con este comportamiento haciendo foco en los padres. Pero, al verse afectada la cotidianeidad de los chicos, se postergó este plan.
Este estudio realizado en conjunto por el especialista Alejandro Ganimian arrojó que son casi 120 horas de clases las que se pierden por faltas en el año escolar y la brecha es mayor entre las escuelas urbano-marginales y rurales con las que están en la zona urbana, siendo un factor importante las desventajas económicas de las familias.
Un plan postergado
A través del sistema Gestión Educativa Mendoza (GEM) se lleva un registro pormenorizado de la situación de cada alumno y sobre su rendimiento en la escuela.
“Tenemos todo listo para empezar con estos grupos de padres a los que les vamos a enviar, vía mensaje de texto, cuántas inasistencias tienen sus hijos y qué períodos son proclives a que falten, pero esta situación de conflicto demoró esta iniciativa. Confiamos en que haya un acuerdo para iniciar lo antes posible”, confiaron desde el equipo del director de Escuelas, José Thomas.
El programa que se vio frenado por el conflicto con el Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE) pone el foco en los sectores más vulnerables, donde los estudiantes tienen reiteradas inasistencias en la semana y que se acumulan con el tiempo.
Los especialistas graficaron que siempre que el educando pierde continuidad en la asistencia a clases hay un correlato de esto en su aprendizaje y el daño es mayor cuando se trata de los niños que iniciaron su escolaridad en la pandemia.
El Censo de Fluidez Lectora demostró las dificultades en la alfabetización, que también explica los problemas en la resolución de ejercicios matemáticos.
En estos momentos se está llevando adelante la segunda medición -de tres que se hacen en el año- que se extenderá hasta septiembre y donde cada escuela recibirá un reporte sobre aquellos alumnos más críticos para darles un apoyo personalizado y que logren revertir los malos resultados.
Se evalúan niños que asisten a tercero, quinto y séptimo grado de nivel primario y primer año del nivel secundario. Participarán en esta etapa 12.000 estudiantes aproximadamente.
Una de las herramientas que incorporó la Provincia es la extensión de la jornada escolar, en la que son contenidos estudiantes de diferentes años en pequeños grupos para reforzar la lectoescritura.
En agosto se incorporaron al programa niños que cursan tercer grado, aunque no fue a pleno su inserción en el sistema, producto de las medidas de fuerza y otros días en que los chicos no asistieron porque los papás no los enviaron en respaldo al reclamo salarial docente.
Se mantiene la agenda de la DGE
En un contexto de acercamiento de las partes en una reanudación de la paritaria este jueves, el Gobierno provincial apuesta a concretar el primer Congreso Internacional de Alfabetización, Lectura y Escritura, el que contará con especialistas nacionales e internacionales y se realizará en octubre próximo.
“Seguimos trabajando y teniendo en agenda estas actividades. Son parte de los objetivos que nos propusimos a comienzo de año y esperamos llegar en el tiempo en que se planificó”, consignaron desde el Gobierno Escolar.
“El gran motor del derecho a aprender de las chicas y los chicos se sustenta, como todo el acontecer en la escuela, en la tarea de aprender a leer y escribir. Las evaluaciones internacionales ubican a la Argentina en un lugar preocupante en comprensión lectora. Esa preocupación para nosotros se ha traducido en acción. Por este motivo, hemos pensado el 2022 como el Año Provincial de la Alfabetización. Queremos asegurar el proceso de alfabetización de cada uno de nuestros estudiantes”, anunció el gobernador Rodolfo Suárez, en la apertura de sesiones legislativas en mayo pasado.
La crisis económica y la inflación asfixiante marcaron en Mendoza un hecho histórico, como el retorno de los paros, luego del Ítem Aula.
El incentivo docente sirvió para neutralizar todo tipo de quita o retenciones de servicios, desde la implementación del resistido Ítem Aula, aplicado desde 2016.
Pese al reclamo de los trabajadores de la educación de que no se descuenten los días de paro en el ámbito de la paritaria, Suárez dijo que la quita es por ley y por ello serán descontadas las jornadas no trabajadas, como la pérdida del presentismo.
El último ofrecimiento se volverá a evaluar con las bases, en el caso de considerarse las simulaciones en el marco de una suba del 72% de enero a noviembre de 2022. El mismo que se le presentó a ATE, Juegos y Casinos y Judiciales.