Por el alto costo de la fruta y la pérdida de poder adquisitivo de los hogares, las personas dejan de consumirla. Esto se expresa en un descenso en las ventas que se nota en cualquier verdulería.
El asunto es que en el país, el consumo de frutas y verduras era bajo desde hace tiempo y esto es algo sobre lo que alertan los especialistas. Desde diversos organismos se estaba trabajando en generar conciencia al respecto, pero bajo estas condiciones, el acceso se deteriora más aún.
“Se nota bastante la baja en la compra de verdura y fruta, hay algunos artículos que han aumentado notablemente, otros que han bajado, pero en general a la gente le cuesta llegar con los fondos a fin de mes, entonces se nota muchísimo, sobre todo la última semana del mes”, expresó Omar Carrasco, presidente de la Unión Frutihortícola Argentina (UFHA).
Estimó que la caída es de aproximadamente un 30% desde noviembre a la fecha.
Sucede que hay personas que directamente comen muy poca fruta, pero por otra parte al momento de cubrir una comida, esta no es considerada como sustancial, sino que se opta por priorizar el plato principal y que este sea “llenador”.
“En mi casa se come mucha fruta, pero la verdad es que ahora estamos tratando de controlar los gastos y calculando los costos por comida y eso nos lleva a que a veces la pasemos por alto porque la verdad es que en el costo total suma mucho con el precio que tiene ahora”, aceptó Mariela, que tiene dos hijos.
Daniel es verdulero y fue contundente al afirmar que definitivamente la gente está comprando menos fruta. “La gente antes llevaba un kilo ahora lleva 2 o 3 unidades”, ilustró.
E inmediatamente empezó a contar cuánto cuestan las cosas como para dar una noción de que para muchos bolsillos es un peso extra: “la pera y la manzana son lo más barato ahora y cuestan 300 pesos el kilo, la banana 400, la naranja 600 y este durazno que es bien lindo cuesta 700 pesos”.
Dijo que es algo que viene sucediendo hace tiempo, más o menos unos 7 u 8 meses pero que desde principio de año se agravó.
“En la de clase media es en la que más se nota, porque el que lleva poco lo hace siempre y el que tiene lleva lo que quiere”, apuntó.
El último registro de inflación mensual fue de 6% en febrero, sin embargo, el de los alimentos fue mayor y superó el 10%.
Las frutas no son las preferidas
“La recomendación es de cinco porciones de frutas y verduras por día, que hace años que no se cubre en Argentina, tal cual lo han mostrado las encuestas y ahora con los altos costos, las personas están resignando el consumo de frutas y verduras y lo están reemplazando por harina, por pan, alimentos de baja calidad, incluso también pasa con la leche y por el aumento, con los huevos”, dijo la licenciada Cecila Llaver, decana de la Facultad de Nutrición de la Universidad Juan Agustín Maza.
La última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo realizada en 2018, lo puso en evidencia. Sólo 6% de los consultados dijo llegar al consumo de cinco o más porciones de frutas o verduras al día entre la población mayor de 18 años en el país. En Mendoza, fue 5,4%
El promedio de porciones diarias consumidas era de 2. Cinco años después, con el deterioro del poder adquisitivo se puede estimar un empeoramiento.
“Las frutas y verduras son la principal fuente de vitaminas y minerales, sobre todo de vitaminas y que nuestro organismo no produce y son aportados sobre todo por alimentos que se consumen crudos como es el caso de estos. Al disminuir el consumo va a haber carencias y menor respuesta del sistema inmunológico por la disminución de vitaminas como la C y la E, que se encuentran en los frutos secos que también tienen un alto costo y que son las llamadas vitaminas antioxidantes”, detalló la especialista.
También mencionó el caso de la vitamina A que se puede consumir cruda en la zanahoria o en algunas verduras de hojas verdes oscuras. “Entonces esto impacta ampliamente en la nutrición y en la salud de las personas en todas las etapas de la vida pero sobre todo, desde los primeros mil días, hasta los dos años de vida y toda la infancia”. Y agregó: “Lamentablemente en la infancia reemplazan por snacks, comidas rápidas como chizitos o papitas que son productos que no aportan ningún tipo de nutriente”.
Para una familia a la que cubrir la canasta básica se le hace difícil este es un producto que suele eliminar. “En mi casa la verdad que nunca hemos comido mucha fruta. Imaginate que en mi casa hay tres varones, uno adolescente y comen mucho. Preferimos aquello que nos satisface más”, dijo Andrea.
Impacto para la comercialización
“En los productores ha impactado fuertemente porque tienen los costos de producción a precio dólar y la venta en pesos devaluados, entonces les pega duro; y sin dudas que al comercializador también porque los márgenes no son tantos para seguir con los gastos fijos y de ganancias”, detalló Carrasco.
Explicó que no se puede hablar de una suba promedio de los productos porque hay un vaivén bastante complejo pero además se suma el aspecto estacional.
En las verdulerías también han tenido que adaptar las compras para que los productos no se deterioren si pasan varios días allí por una reducción de la demanda. Es que no están las cosas como para andar tirando y con lo que cuestan las cosas nadie quiere llevarse algo en malas condiciones. “Ahora compro lo justo, para no tirar. Ya más o menos sé lo que tengo que comprar, a lo mejor me falta y voy al otro día y traigo más pero no pierdo”, explicó Daniel.