Dejando una postal que pasará a la historia, la Fuente de los Continentes en el parque General San Martín amaneció congelada este lunes 8 de julio, debido a las bajas temperaturas en Mendoza.
Quienes llegaron de visita turística, pasaron por la zona para el trabajo o enfrentaron la helada para el ejercicio diario, se encontraron esta mañana temprano con el icónico monumento repleto de hielo y el agua congelada, dando una imagen realmente llamativa e inédita.
Esta mañana se registraron fuertes heladas en el área metropolitana, mientras la mínima llegaba a rozar los -3°C. En otras zonas del sur y el Valle de Uco, la temperatura cayó hasta los -10°C.
Video gentileza X @radiomitremza
La Fuente de los Continentes, una joya histórica y artística ubicada en el principal pulmón verde de Mendoza, data de 1914. Fue adquirida por la Ciudad a través del catálogo de la prestigiosa fundición francesa Val D’Osne, en el contexto de los preparativos para el festejo del centenario de la Independencia Argentina.
El encargo de esta fuente formó parte de un conjunto de obras destinadas a embellecer y realzar la magnificencia del parque General San Martín, uno de los espacios verdes más emblemáticos.
La escultura es simétrica en su parte estructural: está basada en una columna central y cuatro ejes.
Como otras de su estilo en la época, fue inspirada en la fuente de los Cuatro Continentes (1874) de los jardines de Luxemburgo, obra de Jean Baptiste Carpeaux, tal cual refleja la Guía de Educación Ambiental, Flora y Fauna de Mendoza del Ministerio de Ambiente y Obras Públicas.
Simboliza sólo cuatro continentes: América, Asia, Europa y África, ya que por aquella época Oceanía era considerada parte de Asia. En la parte inferior se ubica un espejo de agua y sobre esta, cuatro sirenas que sostienen caracolas.
Además, en el centro del espejo de agua hay cuatro figuras diferentes de atlantes sentados sobre un plato cuadrilobulado con un trabajo en relieve de motivos florales. Sobre este plato se ubica otro de forma circular sostenido por cuatro niños que giran y voltean creando un ritmo de suaves curvas. En la base, hacia adelante, hay cuatro nereidas sumergidas en el agua hasta las rodillas sosteniendo caracolas.