La Policía de Mendoza fue una de las instituciones que tuvo que enfrentarse cara a cara con la pandemia del coronavirus. Para los uniformados no existió el home office y el trabajo siguió siendo presencial, en las calles, cuando muchos en otros sectores podían quedarse en casa. En este panorama se dieron bajas, reorganización, nuevas tareas, cambio en la modalidad de los delitos, infractores impensados y un doble objetivo: garantizar la seguridad y la salud pública.
Desde el 20 de marzo de 2020, la provincia empezó a quedar desolada, cual escenario de una madrugada en pleno invierno. Casi nadie se veía afuera, a excepción de unos pocos trabajadores esenciales y de esos efectivos policiales apostados en controles y retenes, quienes también le temían al virus, a ese nuevo enemigo invisible que nadie sabía por dónde llegaría.
Pero había que hacerle frente y la decisión ya se había tomado en una noche cumbre. “El mismo 20 de marzo tuvimos el primer encuentro con la plana mayor de la Policía para delinear el camino a seguir. Les advertí la posibilidad de que ante este fenómeno podíamos perder muchos camaradas y familiares; incluso, dos de los presentes en esa reunión hoy no están como consecuencia del coronavirus”, sostuvo Roberto Munives, director general de la Policía.
A una de las personas que Munives hace referencia como víctima fatal del Covid-19 es Camilo Uvilla, que perdió la vida en abril pasado, siendo en ese momento el comisario al frente del CEO (Centro Estratégico de Operaciones). Un policía reconocido y “fundamental en la estructura de seguridad desde 2015 en adelante”, señaló la máxima autoridad de la Fuerza.
-¿Y cómo se adaptaron a este nuevo mundo?
-Tuvimos que innovar en tácticas y estrategias, no existía un manual para trabajar en pandemia. Era prueba, error, solución, y así. De la manera que fuera, sabíamos que nos teníamos que entregar por la ciudadanía, más allá de que también nosotros teníamos temor e incertidumbre.
A pesar de su investidura y del poder que le otorga el cargo, Munives sintió miedo, como todos. “A lo largo de mis más de 40 años de carrera, pocas veces tuve esta sensación de vulnerabilidad. La preocupación estaba, pero con la convicción de que era lo que teníamos que hacer; y confieso que pensé que podíamos perder a más gente”.
El propio jefe de la Policía fue uno de los tantos que contrajo la enfermedad, en junio de este año. “Por suerte me agarró con las dos dosis de la vacuna y pude pasarlo en mi casa. Igual, me pegó bastante fuerte”, reconoció.
“Es que, en definitiva, (los miembros de la Policía) somos como todos los mendocinos, sólo que con uniforme y con el compromiso de evitar todo lo que ponga en riesgo a la población”, agregó.
Rearmado
Con el paso de los meses y como en toda actividad, la Policía tuvo sus bajas y requirió del armado de un rompecabezas para seguir combatiendo al delito. Entre algunas de las complicaciones, durante 2020 debieron cerrar por unos 10 días ocho comisarías de Mendoza por contagios y aislamientos por contactos estrechos. Este año se repitió la situación en al menos dos seccionales.
A los infectados y aislados hubo que agregar el personal que se preservó por estar dentro de los grupos de riesgo, que en total fueron unos 360 efectivos. “No quedaba otra que organizar y recargar a muchos compañeros”, apuntó Munives.
Desde el inicio de la pandemia a la actualidad son cerca de 2.000 los efectivos infectados, en tanto que se contabilizan nueve fallecidos.
Si bien era muy difícil evitar los contagios, hubo respuestas rápidas. La Policía cuenta con su propio centro de hisopados ante casos sospechosos y fue una de las primeras en arrancar el proceso de vacunación.
Otra manera de enfrentar al delito y un balance positivo
“En los primeros meses de cuarentena hubo algo que en nuestro trabajo nos benefició, y es que el malviviente se empezó a ser muy visible; al haber tan poca gente en la calle, detectábamos más fácilmente el ilícito”, destacó Munives.
“El delito comenzó a mutar y, por ejemplo, se triplicaron los fraudes tecnológicos. Además, pasó a ser un delito estar afuera, era extraño tratar a alguien de infractor sólo porque salía. A eso debimos adaptarnos para cuidar la salud pública, mientras continuábamos incautando droga e investigando robos y homicidios”, agregó el comisario general.
-¿Está conforme con la gestión de seguridad en pandemia?
-Sí. No puedo comparar porque no hubo otras pandemias, aunque sí puedo mirar cómo manejaron la situación en otros lugares. En un estudio, la Universidad de Cambridge nos seleccionó y nos puso entre las cinco ciudades que mejores resultados tuvieron en este contexto.
“El 211° aniversario de nuestra Policía, que hemos cumplido este 20 de octubre, nos encuentra ante un fenómeno excepcional, pero con la certeza de que tenemos que seguir entregándonos al máximo, pase lo que pase. Algunos policías no asumieron la responsabilidad y dieron un paso al costado, aunque la gran mayoría ha cumplido con total profesionalismo”, cerró Munives.